EL AMOR DE LA CEO

Quienes estaban en el departamento solo ven como Franco ingresa con Luciana en brazos y después de saber por Elías que había tenido un nuevo atentado, todos se preocuparon enormemente, todos menos una, esta es Laurent que observa con absoluta molestia toda la escena.

-          Señor, paso algo más, ¿están bien? – Pregunta Elías raídamente al recibir a su jefe.

-          Trae una compresa con hielo, es el pie de la señorita, estamos bien, no paso nada más, vuelvan todos a sus labores. – Orden Franco, mientras todos van saliendo dejándolos solos, Elías entra con a compresa y se marcha rápidamente pues, aunque vio a su jefe más calmado es obvio que la tormenta aún no ha pasado.

-          Dámela, yo puedo hacerlo. – Dice Luciana amablemente, cuando Franco iba a ponerla en su pie, pero de hacerlo se podría dar cuenta que todo está bien y en este momento no se puede arriesgar, pues debe encontrar la forma de que Franco no notifique la situación a su padre o de verdad va a estar en problemas.

Franco al principio quería hacerlo el mismo, pero después se dio cuenta que ya ha roto muchos límites con ella en un día y accedió, pero se sentó cerca debe tener una importante charla con ella.

-          ¿Estas bien? – Pregunta Franco después de un largo suspiro, donde calmo una parte de sus demonios.

-          Si, no fue nada grave, no me lastime el pie. – Responde Luciana en tono conciliador, pues debe pedir un gran favor al enojado hombre sentado frente a ella, así que la mejor estrategia es la amabilidad.

-          No lo pregunto solo por el pie, lo que paso pudo ser aterrador, aun cuando fue agua es obvio que fue una advertencia. – Dice Franco.

-          A eso, bueno debo decir que, si fue muy extraño, pero estoy bien, lamento que el director Ruiz se haya visto perjudicado. – Dice Luciana con pesar haciendo enojar nuevamente a Franco que en este momento no tiene una pizca de paciencia.

-          Debería preocuparse por usted primero, ambos sabemos que lo anterior tampoco fue un accidente y usted lo sabe, hoy fue una clara amenaza, muéstreme el sobre, vi cuando lo tomo. – Dice Franco con firmeza.

Luciana pensó que él no había visto aquello, pero se equivocó ahora será más difícil.

-          Aquí está ni siquiera lo he leído. – Dice Luciana bajito, pero cuando Franco lo va a tomar ella rápidamente lo quita y mirándolo a los ojos le dice.

-          Te lo puedo dar, pero necesito que hagas algo por mí a cambio. – Dice Luciana con seguridad.

-          No creo que este sea el momento para esto, estamos hablando de su seguridad. – Responde Franco absolutamente molesto, parece que estuviera hablando con una niña.

-          Lo sé, pero, mira sé que soy un dolor de cabeza, no tengo como refutar eso, pero si tú me ayudas con algo, yo voy acatar todas tus indicaciones de ahora en adelante, mejor dicho, no tendrás ni una sola queja de mí, lo que tu digas eso se hará, colaborare perfectamente con el equipo de seguridad, sin poner ninguna excusa. – Se compromete Luciana y Franco debe admitir que es una propuesta demasiado tentadora, pero que tan grande puede ser el precio de tan preciado compromiso.

Franco lo piensa un poco y decide preguntar.

-          ¿Qué es lo que quieres a cambio?, no creo que sea nada sencillo si estas dispuesta a colaborar activamente con nosotros.

-          Te equivocas es muy sencillo, lo único que pido es que mi padre no sea informado de esto, así de sencillo. – Sonríe Luciana, pero Franco se levanta inmediatamente.

-          ¿ESTAS LOCA?, pero que pregunta la mis es obvio que lo estas, Tu mejor que nadie deberías saber quién es tu padre, además fue el quien contrato la empresa, sabes el problema tan grande en el que nos meteríamos si no le informamos claramente la situación, la última vez lo deje pasar porque no podía comprobar que no era un accidente, pero esta vez es obvio que alguien te quiere hacer daño, ¿sabe lo que su padre haría si a usted le pasa algo? Y para colmo él no fue informado, mejor pídame que me entregue a una sentencia de muerte. – Declara absolutamente seguro Franco, ella al parecer lo quiere muerto, definitivamente

-          Tampoco exageres. – Dice Luciana aun sabiendo que no está exagerando y la mirada de Franco se lo confirma. – Bueno está bien sé que estoy pidiendo mucho, pero al menos un tiempo, mientras sabemos que está pasando, si no tenemos nada claro mi papi es capaz de llevarme a rastras de regreso al Sur sin preguntar, así que solo va a ser mientras tenemos una respuesta, además a ti también te conviene, si yo obedezco y colaboro podremos darle resultados y así él no se enojara. – Explica Luciana tranquilamente y Franco piensa en lo fácil que parecen ser las cosas para ella, pero es obvio están hablando de su padre a ella solo la llevaría de vuelta a casa a ellos quien sabe que destino les esperaría.