"Ser una cobarde en el amor, ¿te puede costar tu propio corazón? Freya seguirá huyendo de sí misma."
Tendrá que decidir entre el amor o la pasión
Descubre lo que sucederá 🤓
Esta historia es solo amor entre chicas
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Capítulo 14: La invitación peligrosa
Habían pasado semanas desde aquel incidente, pero Min-ju no dejaba de escribirme o llamarme. Ignoraba todos sus mensajes sin más. Aun así, había algo que me resultaba irritante: esa mujer del restaurante, la que estaba con Min-ju. ¿Quién era ella? No era tan linda como yo, claro está, pero... algo no encajaba. Algo sobre ella me desconcertaba.
Lo único positivo era que Min-ju evitaba acercarse cuando Charlotte estaba conmigo. Aunque, para ser honesta, Charlotte tampoco se me despegaba últimamente. Había algo en su actitud que me hacía sentir aún más atrapada, como si siempre estuviera vigilándome, no dejándome espacio. Sin embargo, esa tarde en el almuerzo fue diferente. Charlotte estaba ocupada con un encargo de los profesores y no se encontraba a la vista.
Y como si Min-ju hubiera estado esperando ese momento, aprovechó para sentarse en mi mesa mientras almorzaba. La sensación de incomodidad me invadió tan rápido que casi me ahogué con el primer bocado.
—Te ves muy linda cuando comes —dijo con una sonrisa, dejando un pastel frente a mí—. Te traje esto.
Arqueé una ceja al ver el pastel. Demonios, esa mujer sabía cómo comprar mi atención. Sabía exactamente qué hacer para que bajara la guardia.
—Solo por esta vez me lo comeré —respondí, tratando de sonar indiferente, como si su presencia no me afectara en absoluto.
—Si no lo quieres, entonces me lo como yo —replicó, fingiendo ir a tomarlo, como si fuera una amenaza.
—¡No, no, espera! Sí lo quiero.
—Ya sabía que no lo rechazarías.
—Sí, sí. Dame eso y vete.
Min-ju no parecía tener la intención de irse tan rápido. Me miró fijamente, evaluando mi reacción.
—¿Por qué tan fría hoy? ¿Es porque no está tu novia cerca? —preguntó, como si no tuviera ni idea del problema en el que me había metido aquel día.
No le respondí. Me limité a disfrutar ese maldito y delicioso pastel que había traído, dejando que mi silencio hablara por mí.
—No respondes mis mensajes desde que nos vimos en el restaurante. ¿Por qué? —insistió, como si realmente no entendiera lo obvio.
—¿De verdad no es obvio? Lo que fue, fue. Pero el problema que me causaste... —mi voz se cortó, sabiendo que hablar de eso solo abriría viejas heridas.
—Yo solo estaba comiendo con Lauren, no sé de qué hablas.
Ese nombre. Lauren. Mis ojos se entrecerraron de inmediato, mostrando mi irritación. Así que se llama Lauren, pensé, apretando los puños debajo de la mesa.
Min-ju parecía notar mi incomodidad y, con una sonrisa triunfal, preguntó:
—¿Estás celosa de ella?
—¿Yo? ¿Celosa de esa? —bufé sin pensar, la respuesta saliendo casi de forma automática—. No es tan linda como yo, así que no importa.
—Es cierto, tú eres más linda.
Mi corazón dio un pequeño vuelco al escuchar sus palabras, pero me obligué a ignorarlo. Sabía que no debía caer en ese juego.
—Por curiosidad... ¿es tu novia o solo una amiga? —intenté sonar desinteresada, aunque mi voz traicionaba un leve tono molesto. No podía evitarlo.
—Es solo una amiga, como tú.
Respondió con tanta seguridad que no supe si sentirme aliviada o más irritada. La forma en que lo dijo, tan tranquila, me hizo dudar.
—Ya veo.
Intenté volver a concentrarme en mi almuerzo, pero ella cambió el tema rápidamente, como si le divirtiera provocarme.
—Dejemos eso. Mejor vamos a una fiesta esta noche. ¿Qué dices?
—No, gracias. Hoy estaré en casa.
—Claro, porque es viernes de películas —comentó con sarcasmo.
—Sí, estaré con Charlotte.
En ese momento, unas manos tocaron mis hombros, haciéndome saltar del susto. Me volví rápidamente y vi a Charlotte de pie detrás de mí, observando con interés.
—¿De qué hablan? —preguntó en un tono curioso, aunque calmado, sin mostrar signos de celos, pero sí de vigilancia.
—Le decía a tu "novia" Fraye si vamos a una fiesta esta noche —respondió Min-ju con un tono travieso, casi despectivo.
—Ya dije que no. Hoy estoy ocupada con Charlotte.
Antes de que pudiera terminar, Charlotte interrumpió, como si no le importara lo que dijera Min-ju.
—¿Por qué no? Vamos, cariño —dijo, su sonrisa falsa un desafío directo hacia Min-ju.
La tensión entre las dos se podía cortar con un cuchillo. Min-ju la miró, pero no dijo nada. Charlotte la había dejado sin palabras.
Suspiré profundamente. ¿De verdad sería buena idea ir a una fiesta con estas dos? Mi mente daba vueltas, pero la incomodidad crecía. Sabía que si iba, las tensiones solo empeorarían.
—No, realmente prefiero quedarme en casa —dije, tratando de cortar la conversación. Ya había tenido suficiente de todo eso por hoy.
Min-ju se levantó con una sonrisa burlona, sin añadir nada más. Sabía que había ganado una pequeña batalla, pero también sabía que no era la última.
Charlotte y yo nos quedamos en silencio después de que se fue. El peso de la situación se mantenía en el aire, y aunque trataba de ocultarlo, la incomodidad seguía allí.
No estaba segura de cómo sería todo a partir de ahora, pero algo me decía que las cosas entre Charlotte y yo, y entre Min-ju y yo, estaban lejos de resolverse.