Ella es alegre, divertida, atrevida, rebelde, y de un gran corazón, pero a los ojos del mundo está defectuosa. Él es guapo, adinerado, malcriado y caprichoso, es el más popular y codiciado por todas. ¿Qué pasará cuando se encuentren? Averigüémoslo juntos.
NovelToon tiene autorización de Mel yan para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
Capítulo Veintidos
Luego del altercado que Rose tuvo con Cristian, en la escuela. Pasaron ocho días. El chico fue suspendido por todo un mes, con la advertencia de que si volvía a ocurrir una vez más, algo parecido, sería expulsado.
Afortunadamente, todo el grupo se había calmado y los días transcurrieron bastante tranquilos. El horario de gimnasia había acabado. Los chicos habían ido a ducharse. Franco estaba en el vestidor, cuando Vanessa se acercó por detrás y lo abrazó, metiendo una de sus manos en sus pantalones. El chico se sobresaltó y se apartó inmediatamente.
_ ¡¿Qué mierda?! - la miró - ¿Estás loca? ¿Qué haces aquí?
_ Solo vine a verte. Pensé que tal vez, te gustaría recordar viejos tiempos - iba a acercarse de nuevo a él. Pero este extendió la mano y la detuvo.
_ No te acerques. No quiero nada contigo.
La joven esbozó una sonrisa burlona.
_ Jamás hubiera imaginado, que te gustaba tanto la carne de cerdo.
_ Sí. Me encanta. La comería todos los días y a toda hora - la joven se molestó.
_ Eres un cerdo asqueroso. Solo un cerdo se fijaría en otro cerdo.
_ Pues, sí. Fíjate. Por eso no entiendo que haces aquí ¿A ti también te gusta el cerdo? - Uso su insulto para insultarla. Eso la sacó de quicios
_ No te pases de listo, conmigo. Ambos sabemos que no eres más que un idiota.
_ Puede ser, pero este idiota ya no quiere nada contigo - la hizo a un lado para salir y la chica le enseñó el celular.
_ En realidad, yo tampoco quiero nada contigo. Pero no voy a permitir que te quedes con esa cerda. A mí nadie me deja y menos por una chancha apestosa como ella.
_ Cuida lo que dices. Vuelves a llamarla así y me olvidaré que eres mujer - la amenazó con evidente furia.
_ Está bien. No la llamaré así, pero te doy hasta mañana por la mañana para que la dejes o le enseñaré este video a tu padre.
_ No lo harías.
_ Pruébame - su mirada estaba llena de despecho y malicia.
_ ¡Vete a la mierda! - fingió que no le importó, pero en realidad estaba muerto de miedo. Sí su padre veía eso lo volvería a mandar al exterior y perdería a Rose. Salió del lugar
_ Hasta mañana, no lo olvides - le gritó antes de que terminara de salir. Se quedó con los brazos cruzados y una sonrisa malévola en el rostro.
Franco salió completamente afectado, no sabía que hacer. Sí su padre se enteraba de como se había estado comportando lo mandaría de nuevo a Europa o quien sabe a qué otro lugar o lo que era peor se lo diría su madre. Estaba totalmente atormentado por sus pensamientos que pasó frente a Rose y no se dio cuenta de que ella lo esperaba con una sonrisa. Las amigas de Vanessa estaban ahí y cuando vieron lo que ocurrió comenzaron a reírse de la chica. Pero esta, lejos de importarle los rumores y las risas. Se preocupó y comenzó a caminar detrás de él. Se dio cuenta de que iba a irse del colegio, pero lo siguió de todos modos. El chico caminó y caminó, se encontraba visiblemente afectado por algo. Llegó hasta un parque y se sentó en un asiento frente a una pequeña laguna donde nadaba una familia de patos.
Se quedó ahí sentado por un buen rato. Ella lo espiaba desde atrás de un árbol, de repente lo vio tomarse la cabeza y ponerse en posición fetal, estaba llorando. La joven suspiró y decidió acercarse a él.
_ ¿Quieres contarme qué sucede? - le pasó su pañuelo. El joven lo miró sorprendido, tenía la cara empapada en lágrimas.
_ ¿Qué haces aquí? - le preguntó limpiando sus ojos.
_ Te seguí desde la escuela. Iba a buscarte para ir a la cantina por nachos, pero pasaste frente a mí y no me viste. Así que deduje que algo te pasaba, tú nunca me ignoras - le volvió a pasar el pañuelo.
Miró hacia la nada y volvió a llorar.
_ ¡Soy un idiota! - se sentía la bronca en su voz - ¡Me odio! ¿Cómo pude ser tan imbécil? Hice tantas cosas feas Rose y ahora el karma me pasa factura. Vannesa me amenazó con darle ese vídeo a mi papá, si no termino contigo hoy - meneó la cabeza de forma negativa - Te amo Rose, pero no... ni siquiera me importa que me envíe lejos. No quiero que se lo diga a mi madre, no quiero que ella sepa la clase de hijo que tiene. Quisiera poder volver el tiempo atrás y no haría nada de lo que hice. Cortaría lazos con un montón de gente. Si tan solo te hubiera conocido antes.
Recostó su cabeza sobre el hombro de ella y lloró como un niño.
La muchacha sintió su dolor, se dio cuenta de que estaba siendo muy sincero.
_ Terminemos Franco.
El joven levantó la cabeza y la miró con angustia y dolor.
_ ¿Qué? ¡No! ¿Por qué haces esto? Yo, no quiero terminar contigo.
_ No eres tú el que está terminando. Soy yo, la que quiere terminar - su voz y su rostro se veían totalmente serenos.
_ ¡No! ¡No quiero! ¡No lo acepto! - lloró con más intensidad.
_ Franco, no vale la pena pasar por esto. Tú y yo sabemos que lo nuestro no va a durar mucho. Somos muy distintos. Dentro de un año terminará la prepa y ya no habrá nada en común que nos una. Aparecerá alguna chica bonita, delgada que no ande con cicatrices y moretones. Y con respecto a lo que está pasando ahora, tienes razón. No puedes volver el tiempo atrás, pero puedes ser diferente desde ahora para que tu madre y tu padre nunca tengan que avergonzarse de ti. Es mejor terminar ahora que aunque creas que me amas - le sonrió y le dio un golpecito en la nariz - es nuevo, es de esos metejones que nos dan a esta edad. Estaremos bien, estarás bien.
El joven no le respondió, solo la miró con cierta decepción y alivio. Le dolía muchísimo sus palabras, pero a la vez sonaban a consuelo.
_ Además, siempre podemos ser amigos. Ánimo, ¡fightin! - le dio un golpe en el brazo - ya que me salí temprano iré a casa a comer algo, me muero de hambre. Deberías hacer lo mismo.
Se dio la vuelta y comenzó a caminar, Franco se quedó quieto, no dijo nada. No la detuvo, ni le suplico solo se quedó viendo a la nada. Ella se alejó sonriente como siempre. Unas cuadras más adelante, las lágrimas comenzaron a brotar de sus ojos y su sonrisa se fue apagando. Comenzó a correr dejando su corazón atrás, con cada zancada que daba.
Gracias por los capítulos autora