Encontrando A Mí Mate

TARA

Estoy muy feliz, tal y como creía a Víctor no lo espanto mi muy complicada situación familiar, al contrario, me mostró su apoyo, es un hombre fantástico y no puedo estar más feliz por haberlo encontrado, si bien no tenemos mucho de conocernos, sé que él es el hombre con el que pasaré el resto de mi vida.

El día fue más que perfecto, lo único extraño fue el impulso de Víctor por llevarme a mí y a mi familia a un lugar, ¿Qué lugar?, no sé, al final, debido a que a Víctor le costó un poco convencer a mi padre de ir junto con Emma, él se quedó a dormir conmigo, así que antes de dormir, intente convencerlo de que me dijera a donde vamos a ir, pero no logre nada.

- Vamos a donde vive un amigo – eso fue todo lo que pude sacarle, lo que no me dice nada de nada.

Así que aquí estoy, en el auto rumbo a lo desconocido, oyendo canciones de películas infantiles, las cuales mi novio canta a todo pulmón junto con mi hermana, la verdad me sorprende que se sepa la letra de todas las canciones, ni yo me las sé, y eso que las he oído miles de veces.

El viaje fue largo, tal y como nos dijo Víctor, fueron más de dos horas de camino, y en un momento dejamos el camino principal para adentrarnos en un pequeño camino de tierra del cual nunca había oído, pero que nos internaba en el bosque.

- Víctor, no quiero decirte por donde ir, puesto que yo no sé a dónde vamos, pero he vivido en esta ciudad toda mi vida, y puedo asegurarte que no hay nada por aquí – le dice mi padre, quien luce confundido por el camino que tomo mi novio.

- Este es un camino secreto, y le puedo asegurar que nos llevara a nuestro destino – le dice Víctor y suena muy seguro.

Al parecer mi padre quedo satisfecho por sus palabras, puesto que no volvió a preguntar y mejor subió a Emma a sus piernas para que no brincara tanto, debido a que el camino era de terracería.

Seguimos en el camino al menos treinta minutos más, cuando una torre de madera apareció frente a nosotros, y de ella bajo un hombre, que parecía estar vigilando el lugar.

- Es un placer volver a verlo, Víctor, el alfa y su hermano lo esperan - lo saludo el hombre.

- Es bueno saberlo, gracias por decirme – le dice Víctor.

Eso fue un poco raro, y al ver a mi papá atreves del espejo, sé que le también piensa lo mismo, no avanzamos ni 5 minutos, cuando las cosas se ponen aún más extrañas, literalmente llegamos un pequeño pueblo en medio del bosque, bueno decirle pueblo no lo describe bien, puesto que es más como una mini ciudad.

Avanzamos por las calles del lugar, hasta llegar a una enorme mansión de piedra, y allí hay tres personas esperándonos, 2 hombres y una mujer, mi mirada se dirige directamente a uno de los hombres, el cual se paree mucho a mi novio, así que asumo que es Haran, su hermano, puesto que Víctor me había mencionado que este lo había acompañado, pero hasta ahora no lo había conocido.

- Ya hemos llegado – nos anuncia Víctor, quien se detiene frente a la casa y baja del auto.

Inmediatamente, yo hago lo mismo, y mientras Víctor ayuda a bajar a mi padre, yo ayudo a Emma y una vez estamos todos fuera del auto, nos dirigimos hacia las personas que nos esperan.

- Tara, señor Armando, Emma, les presento a mi hermano Haran, así como al alfa y a la luna de esta manada – nos dice Víctor, presentándonos a las personas frente a nosotros.

¿Luna?, ¿alfa?, ¿manada?, qué diablos dijo mi novio, otra cosa extraña más que añadir a la lista.

- Es un placer para nosotros conocerlos – dice mi padre, sacándome de mi ensoñación, por lo que rápidamente yo también contesto.

- El placer es nuestro, prepare una de las habitaciones de abajo para que puedan hablar, allí nadie los molestara, mientras tanto mi Luna cuidara de la niña – dice el hombre al que presentaron como el alfa.

- Seguramente la Luna de la manada tendrá cosas que hacer, así que yo me encargaré de cuidar de la pequeña, qué te parece Emma, ¿quieres jugar conmigo? – le pregunta Haran a mi hermana mientras la levanta en brazos, y si bien parece algo normal que Haran se ofrezca a cuidar a mi hermana, el anhelo en sus ojos al sostenerla y la tristeza en los ojos de Víctor al verlos juntos me dice que aquí hay algo más.

- Sí, quiero jugar contigo – le dice mi hermana, quien se aferra a Haran, como si de su peluche favorito se tarara, algo extraño, puesto que Emma siempre ha sido tímida con los extraños

- En ese caso pueden pasar, y cualquier cosa que necesiten no duden en pedirlo – nos dice el alfa y todos entramos a la casa.

La pareja, que al parecer son los dueños de esa casa, desaparecen nada más entrar, y Haran junto con Emma no tardan mucho en irse también, por lo que solo quedamos Víctor, mi padre y yo en el recibidor.

- Por aquí, la habitación que nos designó el alfa está por este lado – nos dice Víctor y con muchas preguntas que necesitan respuesta lo seguimos.

- ¿aquí hay algo raro? – me dice mi padre, ambos nos rezagamos un poco para poder hablar sin que Víctor nos oiga.

- Lo sé, Víctor, tiene que responder muchas preguntas – le contesto a mi padre, quien asiente.

Llegamos a una habitación muy espaciosa, es como una pequeña sala de estar, tiene al menos dos sillones en el perímetro, mientras que el centro está totalmente vacío, yo tomo asiento en uno de los sillones y mi padre se coloca a mi lado, mientras que Víctor se queda de pie en medio de la habitación.

- Estoy seguro de que con lo que vieron, ambos tiene muchas preguntas, y contestaré cada una de ellas, pero antes debo de explicarles algo, así que les pido que no me interrumpan, por más inverosímil que suene lo que les cuente, les pido que no me interrumpan, y si una vez termine de hablar, aún tiene preguntas, las contestaré gustoso – nos dice Víctor.

Mi padre y yo nos vemos por un instante y después asentimos, sea lo que sea que nos tenga que contar Víctor, debe de ser algo importante si no quiere que los interrumpamos, así que decidimos cumplir con su petición.