Un Mundo Diferente. [JEON.JK.] #SRMDJ

La princesa y la pelirroja se encontraban en la habitación de la primera mencionada. Habían hablado sobre cómo le había sucedido aquel accidente y la chica le contó lo sucedido, la pelirroja se encontraba un poco enojada con el Rey por haber maltratado a la princesa pero la castaña la calmó diciéndole que no era importante lo que las lleva a ese momento:

—Oye, nada está bien, él no puede tratarte de ese modo y no preocuparse, ni siquiera entró cuando escuchó que te dañaste la muñeca. —se puso de pie—, ya verá, le daré una lección.

—Oh no por favor.

—¿Cómo que no? ¿Es tu hermano y mi siquiera le puedes decir así? ¿Qué clase de formalismo es ese?

—Déjalo así HeeRa, yo ya estoy acostumbrada a eso. —dijo la castaña con la mirada baja.

HeeRa tomó el mentón de la chica y la hizo levantar la mirada.

—No te sientas mal. Anda, salgamos un rato.

—¿A dónde?

—Tienes un jardín precioso, ¿por qué no me lo enseñas?

—Pero el Rey

—Me vale el Rey.

—Será una salida de chicas. —sonrió. Y aunque la princesa no había escuchado aquello jamás, le encantó la idea.

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—¿Salida de chicas? —inquirió el Rey dejando su pluma sobre su escritorio.

—Sí majestad, eso ha dicho la señorita Min y la princesa ha pedido que no la acompañe. —dijo el escolta Kim un tanto preocupado.

—¿Sabes donde irán? —el escolta del Rey negó.

—No me dieron esa información cuando salieron mi Rey, solo tomaron una cesta y se fueron.

—Dios mío, esa mujer me volverá loco. —masajeó sus sienes—. Vamos NamJoon, dile a la cocinera que prepare una cesta, supongo que tendremos una “salida” tú y yo. Ah, y dile a la cocinera que prepare un jajangmyeon, mucho jajangmyeon.

—Jajang... Jajangmyeon —repitió el escolta. Y el Rey asintió.

El escolta, sin palabras ante aquella barbaridad de idea, decidió por obedecer. Salió del estudio del Rey rumbo a la cocina mientras repetía aquella palabra durante el camino para no olvidarla y al llegar le dijo a la cocinera las órdenes del Rey.

El Rey se reunió con su escolta y el mayordomo cerca de la puerta, se encontraba cambiado con ropa de montar al igual que el escolta Kim.

—Señor ¿Está seguro que saldrá sin guardias? —preguntó nervioso el mayordomo. Aquello era un insulto para el escolta del Rey y este lo sabía, pues notó como éste apretó su mandíbula, más no dijo nada. El Rey trató de corregir eso.

—SeokJin, NamJoon está capacitado para derribar un batallón de hombres él solo.

—Eso lo sé mi Rey, pero no confío en esa niña. —esta vez el molesto fue el Rey y el escolta lo notó.

—HeeRa no me hará daño SeokJin, regresaremos al atardecer, no te preocupes de más.

El mayordomo, desconfiado, hizo una reverencia despidiendo a su Rey, el en verdad no confiaba en la pelirroja.

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—NaHye ¿Cuál es tu edad?

—19 años.

—¡Ommo! Pero si eres más pequeña de lo que pareces —haló una de sus mejillas, a lo que la chica sonrió avergonzada—. Desde ahora dime Unni.

—¿Unni? —la mayor asintió sonriendo.

—Sí, hermana mayor. Y tú eres mi DongSaeng, mi hermana pequeña.

—¿Hermana? —la miró. La pelirroja asintió sonriendo.

—¿No quieres?

—Oh sí, es que se siente muy raro.

—Supongo que desde que llegué todo es raro.

—Un poco.

Continuaron caminando hasta que una pregunta surgió para la castaña, bueno, muchas preguntas.

—¿Cuál es tu edad Unni? ¿Tienes hermanos? ¿Cuál es tú color favorito?

—Jaja, que hermosa eres. —la chica se sonrojó—. Bueno, yo tengo 22 años, tengo una pequeña hermana —apreturró la mejilla de la chica una vez más—. y mi color favorito es el negro y el morado.

—¿El morado? —exclamó a lo que la pelirroja asintió sonriendo—. ¡Ese también es mi color favorito!

—Oh, tenemos algo en común entonces.

—¡Sí!

Rieron. Pasaron algunos minutos en los que surgió otra pregunta por parte de la castaña una vez más.

—Unni ¿puedo preguntarte algo?

—Ya lo estás haciendo ¿No? —dijo divertida. La castaña rió.

—No Unni, no es eso lo que quisiera saber.

—Entonces ¿qué? Dilo ya...

—Es personal, me da vergüenza... mejor no digo nada —se tapó el rostro avergonzada.

—Oye —detuvo su andar y frunció el ceño queriendo parecer molesta—, eso no se hace, no puedes decir que vas a preguntar algo y luego arrepentirte —hizo un puchero que hizo reír a la princesa—, anda, pregúntame lo que quieras si me siento incómoda te lo haré saber. ¿Bueno? —la princesa asintió varias veces.

—Bueno... yo... quería saber si... te has enamorado alguna vez, o si alguien la ha cortejando ¿cómo se siente eso? —dijo lo último rápidamente. Miró la reacción de la pelirroja.

—Mmhh, no, nunca me he enamorado, y tampoco me han cortejando, no puedo decirte qué se siente. —miró curiosa a la jovencita y una sonrisa atravesó sus labios— ¿Y tú?

—¿Y-yo? —se señaló y la mayor asintió—, oh no —negó agitando sus manos y moviendo su cabeza lentamente—, no no.

—Yo creo que sí. —sonrió pícara—. He visto las miraditas que se dan el escolta del Rey y tú, no digas que no.

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—NamJoon, debo confesar algo. —dijo el Rey mientras su caballo trotaba, frenó un poco a este y su acompañante imitó su acción.

—Mis labios están sellados mi Rey.

—Lo sé y más te vale —soltó un suspiro—, estoy enamorado. —confesó directamente sin rodeos.

El escolta lo miró.

—HeeRa es tan diferente, no quiero que se vaya, quiero que se quede conmigo. —dijo con un deje de tristeza en su tono.

—Majestad —el Rey lo miró—, si me permite-

—Sí te permito, habla de una vez hombre. —dijo desesperado el Rey.

—Por un lado yo no estoy de acuerdo —el Rey frunció el ceño pro su escolta siguió hablando—, pero por otro lado —apartó la vista del Rey y hablo con el corazón en la mano—, si realmente la ama luche por ella sin importar nada, no permita que se vaya porque esa persona especial aparece solo una vez en la vida.

Aquella inesperadas palabras que acababa de escuchar el Rey lo llenaron de un sentimiento que no supo identificar.

—¿Has dejado escapar a esa persona? —quiso saber el Rey. El escolta lo miró y luego bajo la mirada a las riendas de su caballo.

—No me atrevo a luchar por ese amor mi Rey, es... un amor imposible.

—Amor imposible —repitió el Rey—. Mi amor por HeeRa también es imposible.

—Esa persona para mí es como la luna majestad —miró al Rey por unos segundos, sonriendo a pesar de que sus ojos estaban un poco mojados—, ella es inalcanzable.

El Rey miró sus manos que sostenían las riendas de su caballo. El escolta detuvo su caballo y el rey al notar aquello también lo hizo.

—¿Por qué te detienes NamJoon?

—Son violetas —señaló las flores—, a la princesa le gusta mucho ese color, le llevaré algunas.

El Rey asintió. Se bajó del caballo y cortó unas flores también, el escolta lo miró.

—¿Qué? Le llevaré flores a HeeRa.

Ambos sonrieron.

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—Él sí me gusta —confesó la princesa—, pero no podemos estar juntos.

—Déjame adivinar, tu hermano- —sus palabras se cortaron al ver algo blanco moverse entre la hierba— ¡Oh! ¡Oh! ¡Un conejo! —sonrió y tras tomar el borde de su vestido corrió hacia donde se encontraba el pequeño conejo.

—Unni espérame, rió la princesa. La pelirroja pudo tomar al pequeño conejo y la princesa tomó otro.

—¿Son dos? —cuestionó la princesa y miró a su alrededor.

—Eso parece. —respondió la pelirroja mientras acariciaba la pequeña bola de pelos.

A sus espaldas, alguien las acechaba. Dos presas pequeñas habían tomado tamaño, esa mañana, aquel lobo comería el festín que no comía hace días. Pasados unos minutos, decidido a atacar corrió hacia sus presas pero repentinamente dos intrusos llegaron a tiempo y en vez de saltarle arriba a la pelirroja atacó al Rey por error tumbándolo al suelo.

El Rey sacó una pequeña daga con su mano libre, mientras con el antebrazo de la otra impedía que el animal se acercase a su cara, y cortó al lobo superficialmente, pues este se movía demasiado tratando de atacarlo. Al sentir el corte aulló con dolor permitiéndole ver cómo se acercaba otro hombre con una espada con la intención de acabar con su vida, por lo que corrió lejos y sin esperanza de comer un día más.

—¿Están bien? —quiso saber NamJoon, más para la princesa que para la pelirroja quien se encontraba más preocupada por el Rey que aún estaba en el suelo, pues le había hecho seña a su escolta de que fuera a rectificar a las damas, él se estaba recuperando de la agitación.

Una nube de tela azul clara cayó a su lado y distinguió una cabellera color fuego resaltando el cielo azul, miró a su lado a la chica, que parecía estar buscando algo desesperada en el cuerpo del Rey. Cuándo lo miró el sonrió y extendió su mano para entregarle el ramo de violetas, ramo el cual se encontraba en un estado de vida crítico.

—Son para ti. —la chica desvió la mirada de los ojos de él hacia las flores y notó un color carmesí en la manga destruida de la camisa del rey.

Atrajo el brazo de este rápidamente para examinarlo y notó lo dañado que estaba, miró al Rey.

—¡Te ha mordido!

...PERSONAJES:...

El mayordomo, Kim SeokJin:

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...U.M.Diferente by SenioritaRMDeJeon...

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