La italiana y el CEO americano. Una Navidad muy diferente. Monalisa, una italiana fuerte, cariñosa, trabajadora, supertorpe o desastrosa, divertida y muy dispuesta, está pasando por un momento muy difícil. Se siente traicionada por las personas que más apoyó y amó, su familia y la de su exmarido. Cuando su matrimonio terminó, fue juzgada y culpada por todo, incluso por la infidelidad de su ex. Cansada de todo y de todos, incluidos sus parientes, y con la Navidad acercándose, decide visitar a su hija y ayudar a una antigua amiga que vive en Nueva York, para despejar su mente.
Abraham es un importante estadounidense, polémico en su vida personal, guapo y muy poderoso. Suele aparecer en público con mujeres bellísimas. Estuvo casado con una famosa actriz durante cinco años y tiene un hijo con ella. Tras la separación, comenzó una relación igualmente polémica, llena de infidelidades de su parte y altibajos con su antigua entrenadora personal, de la cual también tiene otro hijo. Como empresario, es muy respetado, pero su vida personal es bastante cuestionable. A pesar de tener 36 años, sigue disfrutando de fiestas y clubes nocturnos.
Surge un gran negocio, pero el lado personal de Abraham resulta ser clave para sus socios, y su reputación personal es un desastre. Esto puede convertirse en un gran problema, y Abraham necesita urgentemente ayuda en ese aspecto, ya que está interfiriendo en un trato que ha estado buscando por años. Necesita una mujer que lo ayude a mejorar su imagen.
Monalisa, por su parte, quiere un nuevo comienzo, una nueva vida y un nuevo rumbo. Sus destinos se cruzan y...
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Capítulo 8
Monalisa
Salimos de allí y fuimos al mercado, necesito que estas chicas se alimenten mejor
Valentina – Mamá, por favor, trata de no exagerar.
Monalisa – Tranquila que solo voy a comprar lo básico.
Valentina – Sabes que solo somos dos y luego, ni tú ni yo vamos a almorzar en casa.
Monalisa – ¿Cómo así? ¿No podemos almorzar en casa?
Valentina – En la universidad no compensa, pues tenemos poco tiempo para almorzar y las clases son todo el día.
Y en la empresa, que va a ser en el lugar de Martina, queda lejos de nuestro apartamento, mamá.
Tendrás que ir en taxi todos los días, porque en autobús no te voy a dejar ir, me da miedo que te pierdas.
Monalisa – Estaba pensando en ir caminando, ¿está muy lejos?
Lisa – Se hacen unos treinta minutos en coche hasta la empresa del señor Abraham Potters y, Mona, es un bombón.
Monalisa – ¿Treinta minutos? Ah, ¿pero es en la ciudad de al lado?
Valentina, riendo – Mamá, aquí todo está lejos y nuestro tráfico es horrible.
Monalisa – No os entiendo, siempre decís que N.Y. es increíble.
Valentina – Cuando salgamos de aquí, vamos a pasar por algunos lugares decorados por Navidad ¡y te van a encantar! ¡Central Park es precioso!
Monalisa
Compré lo básico y se estaban volviendo locas, diciendo que había comprado demasiado...
Chicas, solo compré pasta, carne, embutidos, fruta, verdura, productos de limpieza, helados (incluso en invierno me encanta el helado) y como el vino, lo necesito.
Solo llené dos carritos de la compra y no hice caso a lo que dijeron, yo soy la que va a pagar.
Encontré mis plantitas, vibré de alegría y Tina se escondió, dijo que soy muy escandalosa.
Compré romero, albahaca, ruda para poner en la puerta, lavanda para los baños, palitos de bambú, rosas, orquídeas y algunas más...
Parecía que yo era la niña y ellas las madres, me echaron una buena reprimenda, ni caso. Estoy feliz, tendremos plantitas.
En otro lugar
Abraham
Evelyn me ha llamado para decirme que no iba a poder recoger a Cris, la madre de su actual novio estaba mal y la tuvieron que ingresar.
Así que lo recogerá el martes, no pasa nada, doña Ruth los cuida.
Me quedo con mis amigos jugando y bebiendo.
Joe – Qué fuerte lo que ha hecho Emma.
Sam – ¿Que fuerte? No, tío, ha sido una maldad con la niña.
Steven – Sí, menos mal que mi ex en ese sentido es buena, cuida bien de mi hijo. No me puedo quejar, me vuelve loco y me incordiaba bastante, pero lo cuida.
Abraham – La verdad es que me ha sorprendido mucho la actitud de Emma, ella no era así,
no sé qué ha pasado y tampoco quiero saberlo.
Me da pena mi hija, seguro que Vicky la va a echar de menos y no quiero ni pensar cómo voy a manejar esto.
Sam – Es complicado, pero desde que se quedó embarazada, recuerdo que dijo que no quería tener a la niña.
Abraham – Sí, pero no podía permitir tal locura, por eso me quedé con ella hasta que nació Vicky y luego poco a poco lo dejamos.
No lo entiendo, la cantidad que le pasaba a Vicky como pensión era bastante considerable, sé que ella no se gastaba eso en la niña y tampoco me importaba, ella estaba cuidando de mi hija, bueno, eso era lo que yo creía.
Después de lo que he oído hoy, creo que mi hija va a sufrir ahora, pero será mejor más adelante.
Steven – Cierto.
Sam – ¿Salimos?
Abraham – Podéis iros, hoy no tengo ganas de salir.
Joe – Entonces vamos a beber y a jugar aquí mismo, amigos siempre juntos.
Abraham – Gracias.
Monalisa
Paseamos y realmente N.Y. en Navidad es ¡preciosa! Me encantaron las decoraciones, pasamos por unas casas en las que quería parar a hacer fotos, pero las chicas no me dejaron. Unas decoraciones tan bonitas.
¡Luego lo pasamos mal, pero lo guardamos todo!
Coloqué las plantitas y a las chicas les encantaron, sabía que les iban a gustar.
Hice una pasta como la que hacía la abuela, aprendí con ella, comieron tanto que creo que van a explotar, me fui a dormir feliz.
Mañana viene Martina a buscarme y me ha dicho que al señor Abraham no le gustan los retrasos y eso es muy malo.... Mejor pongo el despertador mucho más temprano, porque soy muy lenta para arreglarme, hasta que mi alma llega al cuerpo tarda un poco.
En la mansión
Abraham
Ruth vino a avisarme que se iba y que los había dejado durmiendo, me dejó el vigilabebés, los chicos se acabaron yendo, mañana todos trabajamos.
Subo, antes de darme una ducha y acostarme, miro a mis hijos, Don Ruth los había puesto en la misma habitación.
Me quedo mirando a mi hijo con semblante triste, incluso durmiendo y mi pequeña niña ni se imagina lo que ha hecho su propia madre, menos mal que Steven me ha dicho que se va a ocupar personalmente de esto, es sin duda uno de los mejores del país, nunca más me va a quitar a Vicky.
Mejor me acuesto y mañana todavía tengo a la señora que va a ocupar el lugar de Martina, espero que pueda con ello.
no leeré nada más tuyo
es una vergüenza