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Complejo De Amigos

Complejo De Amigos

Status: Terminada
Genre:Completas / Harén / Maltrato Emocional / Malentendidos / Dejar escapar al amor / Juego del gato y el ratón / Mujer despreciada
Popularitas:3.2k
Nilai: 5
nombre de autor: valeria isabel leguizamon

son amigos de la infancia se quieren como hermanos pero ella siente algo más que una amistad ¿un amor no correspondido por él?

NovelToon tiene autorización de valeria isabel leguizamon para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

capitulo 20

Stiven abrió la puerta con una expresión que mezclaba sorpresa y cautela. Sus ojos se clavaron en Amelia, tratando de descifrar sus pensamientos antes de que ella pudiera decir algo. Durante unos segundos, ninguno habló. Solo se escuchaba el leve zumbido del viento que soplaba a su alrededor.

— ¿Puedo pasar? — preguntó Amelia finalmente, su voz baja pero firme.

Stiven asintió de inmediato, haciéndose a un lado para que ella entrara. La sala estaba en penumbra, iluminada apenas por la luz que se filtraba por las cortinas. Amelia se quedó de pie, sin saber muy bien por dónde empezar.

— No esperaba verte por aquí — dijo Stiven, cerrando la puerta detrás de ella. Su tono no era de reproche, sino de genuina curiosidad.

Amelia lo miró, sintiendo cómo el peso de las decisiones que había tomado en los últimos días comenzaba a hacerse más evidente.

— Tampoco estaba segura de venir — confesó.

Stiven ladeó la cabeza, evaluándola con cuidado. Finalmente, señaló el sofá.

— Siéntate. Hablemos.

Ella obedeció, aunque su postura seguía tensa. Stiven se sentó frente a ella, apoyando los codos en las rodillas mientras la miraba con atención.

— ¿Qué pasa, Amelia? — preguntó con suavidad, como si temiera que una palabra más alta pudiera hacerla huir.

Amelia respiró profundamente, buscando las palabras correctas.

— Estoy... tratando de entenderme a mí misma. Todo lo que ha pasado con Axel, contigo, con mi madre… Siento que estoy perdiendo el control de mi vida, y no sé cómo recuperarlo.

Stiven asintió lentamente, como si sus palabras confirmaran algo que él ya sospechaba.

— Has pasado por mucho. Es normal que te sientas así.

Amelia lo miró, dudando por un instante si debía continuar. Pero ya estaba allí. Había tomado la decisión de ser honesta, incluso si eso significaba enfrentar verdades incómodas.

— Cuando hablo contigo, me siento... menos sola. Siento que puedo respirar, aunque no sé si debería confiar en ti.

Stiven se quedó en silencio por un momento, procesando sus palabras. Finalmente, suspiró.

— No puedo culparte por eso. No después de todo lo que hice. Pero quiero que sepas que lo digo en serio cuando digo que he cambiado. Estoy aquí para ti, Amelia, y no espero nada a cambio.

Ella lo observó detenidamente, buscando algún rastro de insinceridad en su rostro. Pero lo que vio fue algo diferente: una vulnerabilidad que no recordaba haber visto antes.

— No sé si estoy lista para creer eso — admitió, su voz quebrándose ligeramente.

Stiven esbozó una sonrisa pequeña y triste.

— No te culpo. Pero tampoco voy a rendirme. Si necesitas tiempo, te lo daré. Solo quiero que sepas que no estás sola, ¿de acuerdo?

Amelia asintió, sintiendo cómo una pequeña parte de su corazón se alivianaba al escuchar esas palabras.

Los días siguientes transcurrieron con cierta calma, aunque la tensión en la escuela seguía presente. Amelia evitaba a Axel tanto como podía, y él parecía respetar su distancia. Sin embargo, no podía ignorar las miradas furtivas que le lanzaba en los pasillos, como si quisiera acercarse pero no supiera cómo hacerlo.

Por otro lado, Stiven comenzó a ocupar un lugar más constante en su vida. A veces la acompañaba a casa después de clases, o le mandaba mensajes para asegurarse de que estuviera bien. Aunque Amelia seguía siendo cautelosa, no podía negar que su presencia le brindaba un tipo de consuelo que no había sentido en mucho tiempo.

Una tarde, mientras caminaban juntos hacia la casa de Amelia, Stiven se detuvo de repente.

— Amelia, hay algo que necesito decirte — comenzó, su tono serio.

Ella se giró para mirarlo, algo nerviosa por el cambio en su actitud.

— ¿Qué pasa?

Stiven metió las manos en los bolsillos, como si buscara la manera correcta de expresar lo que sentía.

— Sé que estoy lejos de ser perfecto. Sé que probablemente no soy la persona en la que deberías confiar, pero... quiero intentarlo. Quiero demostrarte que puedo ser alguien diferente, alguien que esté a tu altura.

Amelia sintió que su corazón se aceleraba. No estaba segura de si eran las palabras de Stiven o el hecho de que, por primera vez, parecía estar hablando desde un lugar genuino.

— Stiven... — comenzó, pero él la interrumpió.

— No tienes que decirme nada ahora. Solo quiero que lo sepas. Y si necesitas tiempo para decidir lo que quieres, te lo daré. No voy a presionarte.

Ella asintió lentamente, sintiendo cómo una extraña mezcla de emociones la invadía. Por un lado, estaba agradecida por su sinceridad. Por otro, sabía que abrirse a él nuevamente significaba asumir un riesgo enorme.

— Gracias por ser honesto — dijo finalmente, su voz suave pero firme. — Pero necesito pensar en esto.

Stiven sonrió, aunque había un destello de decepción en sus ojos.

— Tómate el tiempo que necesites.

Esa noche, mientras Amelia se recostaba en su cama, sus pensamientos la abrumaban. Por un lado, estaba Axel, quien aún ocupaba un lugar importante en su corazón, pero cuya incapacidad para comprometerse plenamente la había dejado agotada. Por otro, estaba Stiven, quien parecía estar dispuesto a luchar por ella, pero cuyo pasado aún pesaba sobre ellos.

Por primera vez en mucho tiempo, Amelia sintió que debía tomar una decisión. No podía seguir dejando que las circunstancias dictaran su vida. Era hora de recuperar el control, de decidir lo que realmente quería, sin importar lo que los demás pensaran.

Respiró profundamente y cerró los ojos, sabiendo que el camino que tenía por delante no sería fácil, pero estaba dispuesta a enfrentarlo.

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Bettzi Iseth Nieto Peralta
dale consistencia a ésta novela, solo veo a un bravucón y a una pendeja. y no tengo ni la mínima idea del porqué son así
valeria leguizamon: son así porque cuando el se dio cuenta de que siente algo por ella comenzo alejarse poco a poco se explica en los primeros capítulos
total 1 replies
Bettzi Iseth Nieto Peralta
uff, que molesta es ésa protagonista. busca testigos, a tus amigas, que le expliquen a tu mamá todo lo que Stiven te hace
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