Perseguida por el Amor de un Tío Viudo

"¡Casandra, Dios mío...!" Greta llegó y abrazó inmediatamente a su amiga. "¿Dónde creías que estabas?"

Casandra pareció sonreír. "Lo siento, te hice entrar en pánico."

Greta se sentó en la silla junto a la cama del paciente. "Estaba en pánico y preocupada, ¡hasta te busqué en la sala de perritos calientes!", dijo Greta.

"Pero estás bien, ¿verdad? ¿Qué haces aquí?", Greta seguía preguntando.

"Estoy bien, sólo estaba un poco mareada y me desmayé, y cuando me di cuenta, ya estaba aquí", respondió Casandra.

"Mejor que no lo sepas, Gret, me da miedo que te alejes de mí si te enteras de mi enfermedad.", dijo Casandra para sí misma.

"Gracias a Dios que estás bien, estaba preocupada". Greta volvió a abrazar a Casandra.

Click

"Sandra..." Sonya llegó y se abalanzó a abrazar a su hija, mientras que Casandra no respondió en absoluto al abrazo de Sonya. "Estás bien." La mujer de 40 años miró a Casandra con tristeza.

"Como puedes ver."

Cassandra miró hacia la puerta y vio a un hombre más joven que su madre de pie en el umbral con los brazos cruzados.

"Gracias a Dios. Mamá se preocupó mucho, cariño, cuando se enteró de que habías vuelto..."

"Estoy bien, mamá", dijo Casandra con el rostro inexpresivo.

Sonya suspiró al ver la reacción de su hija. "¿Tu padre no ha venido todavía?", preguntó Sonya sin mirarlo.

Casandra sólo se encogió de hombros con indiferencia.

"Ese Hans de verdad, sin pensar en su hija. Debe ser por Yolanda", dijo Sonya enfadada.

"Cariño, llego tarde". El hombre que estaba en la puerta llamó a Sonya.

"Un momento, Jay, estoy viendo a mi hija", respondió Sonya con cierto disgusto.

"Pero tienes una sesión de fotos, querida, y yo también tengo mi agenda", dijo el hombre de nuevo.

Casandra puso los ojos en blanco, ya estaba acostumbrada a esta situación.

"Hans no piensa en su hija, siempre antepone a Yolanda", dijo Sonya enfadada, maldiciendo a Hans una vez más.

"Mamá y papá son iguales, no hay diferencia. Nunca os preocuparéis por mí aunque me muera".

"¡¡Casandra!!". Sonya miró a Casandra con severidad.

"¿Qué? ¿No es esa la verdad? Estáis demasiado ocupados con vuestro propio placer. No os importa que esté a punto de volverme loca, sí... ¡¡¡sí!!!", gritó Casandra con una oleada de emoción, su rostro se puso rojo y sus ojos brillaron con fiereza.

"No quería nacer de padres como vosotros, ¡¡¡ojalá estuviera muerta!!"

"¡¡Casandra!!".

¡Zas!

Greta se tapó la boca con los ojos muy abiertos al ver lo que ocurría ante ella.

"Casandra..." La mano de Sonya temblaba con una expresión de remordimiento. Su mano quiso tocar la cara de Casandra, pero ésta la apartó con fuerza.

"¡Vete...! ¡¡No os necesito!! ¡¡¡Fuera!!!", Casandra le tiró una almohada a Sonya.

"Sandra, perdóname, mamá". Sonya lloró de remordimiento, quería abrazar a su hija, pero ésta se lo impidió con vehemencia.

"¡Fuera! ¡He dicho que te vayas!".

"¿Qué está pasando aquí?". El doctor Fadli irrumpió al oír el alboroto del exterior.

"Échala, tío, no quiero verla. ¡Es malvada!", gritó Casandra señalando a Sonya.

"Cálmate, Casandra". El doctor Fadli abrazó a Casandra, que había perdido el control.

"Hija, perdóname, mamá". Sonya lloraba y seguía intentando acercarse a su hija, pero Casandra se enfureció aún más.

"Hermana, será mejor que salgas, no está bien ahora mismo", dijo Fadli.

"Pero..."

"Por Casandra, hermana." Fadli miró a Sonya con súplica.

Sonya no tuvo otra opción, al ver la reacción de Casandra, su corazón también le dolía.

"Vámonos, Sonya". Jay rodeó los hombros de Sonya para llevársela.

"Cuida de Sandra", dijo Sonya a Fadli, su hermano menor.

Fadli sólo asintió, Greta se acercó a Casandra y abrazó a su amiga.

"Soy yo, Sandra". Greta se echó a llorar al ver a su amiga tan angustiada y destrozada.

"Los odio, ¡los odio!", dijo Casandra con voz ahogada.

Fadli le inyectó otro tranquilizante a Casandra, y al poco tiempo la chica se calmó y se quedó dormida.

"Doctor, ¿está bien?", preguntó Greta al ver el rostro tranquilo de Casandra dormida.

"Como puedes ver, no puede controlarse cuando quiere desahogar su ira", dijo Fadli.

Greta miró con tristeza a su amiga, no sabía lo que le había pasado, ya que había conocido a Casandra cuando ésta se convirtió en una nueva alumna de su clase.

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"¿Así que la modelo que vamos a utilizar es Jovanca?", preguntó Arsen a su asistente Jerry.

"Sí, señor, porque es la única modelo profesional que buscamos", respondió Jerry.

Arsen se frotó la cara con brusquedad. "¿Por qué ella? Busca otra", dijo Arsen, que parecía oponerse.

"Si buscamos otra, no tendremos suficiente tiempo, señor. Tenemos que hacer la exposición pasado mañana".

"¡Mierda...!", maldijo Arsen al recordarlo. "De acuerdo, puedes salir", despidió a Jerry.

Arsen apoyó la cabeza en el respaldo de la silla, no se esperaba volver a ver a su ex mujer, de la que se había divorciado hacía dos años, y ahora se encontraban de nuevo por trabajo.

Toc, toc, toc...

"Adelante..." Arsen se incorporó en su asiento.

"Disculpe, señor Arsen, la señorita Jovanca quiere hablar sobre el contrato de colaboración", dijo la secretaria, Dina.

"Hola... señor Arsen, ¿cómo está?". Jovanca caminó con una elegante sonrisa hacia Arsen, su ex marido.

La mujer repitió su pregunta porque Arsen aún no había respondido. "Estoy segura de que estás bien..."

"Guarde las distancias, señora Jovanca", dijo Arsen enfadado cuando Jovanca quiso besarle en la mejilla.

Jovanca sonrió con torpeza, molesta. "Oh, vamos, Arsen, no somos unos desconocidos que acaban de conocerse." Jovanca seguía manteniendo su elegante sonrisa, que habría cautivado a cualquier hombre que la viera.

"Creo que es usted lo suficientemente profesional, señora Jovanca, porque nuestra agencia elige modelos que son profesionales en su trabajo, nada más". Arsen miró a Jovanca con una leve sonrisa, sus ojos eran agudos y su voz firme e implícita.

Mientras tanto, Jovanca sintió que su confianza se desvanecía al ver la fría actitud de Arsen, que era totalmente diferente a la del pasado.

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