Seducida por un Mafioso

Matteo

Bajo a mi oficina y me sirvo una bebida, trato de entender lo que acaba de suceder, no puede ser virgen (sonrío), en un mundo como este no es posible, solo tenía miedo de que obligara algo, eso explicaría por qué quería tanto que me fuera, no quiero hacer nada a la fuerza, quiero que ella también me desee, ¡y lo hará!

Doy un gran sorbo a mi bebida, me siento y enciendo un cigarro, las horas pasan, ya casi es medianoche, espero que toda la operación salga según lo planeado.

tic tac, tic tac.

El reloj marca la 1:30 de la madrugada,

tiempo suficiente para que alguien me dé alguna noticia, me levanto y camino de un lado a otro.

*****

Beatrice

Él sale de mi habitación e intento respirar, ¿qué mierda acaba de pasar? ¿quién se cree que es para preguntarme sobre mi intimidad? no puede volver a tocarme, ¿y si me obliga a algo?

Pongo mis manos en mis labios y recuerdo su boca junto a la mía.

Saco la cabeza tratando de alejar ese tipo de pensamientos, miro la bandeja, parece que mi estómago sabe que hay comida aquí y comienza a rugir sin parar, tomo una silla y me siento, como un poco de todo, pronto termino mi comida, pongo mis manos en mi estómago satisfecho, voy al baño y me cepillo los dientes, luego me siento de nuevo en la cama.

¿Cómo estará papá?

¿Habrá conseguido algo de dinero?

Tengo que jugar bien mis cartas con Matteo, en el momento adecuado pediré permiso para ver a mi padre. Es tan triste tener que pedirle permiso a un hombre que no es mi padre.

Me acuesto y me muevo de un lado a otro, no puedo dormir, menos mal que aquí hay un balcón para intentar respirar aire fresco, me levanto y voy allí, solo estoy en pijama, como ya es tarde y nadie me notará de todos modos, me apoyo en el pequeño muro, hace frío, pero no me importa, ¿qué es más frío que la vida que estoy viviendo? Miro al cielo esperando que Dios me libre de todo esto.

De repente veo a Matteo, al principio no me nota, trato de retroceder pero es demasiado tarde, vuelvo adentro y me acuesto rápidamente en la cama.

No puede ser, no puede ser.

Espero un rato, pero él no viene, escucho el ruido del carro, corro hacia el balcón y respiro aliviada, espero de verdad que se haya ido, regreso a la cama y aunque no puedo dormir, me quedo allí.

***

Matteo

Estoy en mi oficina cuando recibo la llamada de mi padre, diciéndome que mi hermano recibió un disparo, dejo todo y voy a verlos, ¡no podía salir mal este plan!

Necesito descubrir qué sucedió.

En cuanto salgo por la puerta, siento la sensación de que alguien me está observando, me detengo y miro hacia el balcón de su habitación, la veo y la rabia me invade, mis hombres podrían verla, ¿qué mierda está usando?

Hay un millón de abrigos y batas en su maldito armario, ¿por qué está usando ese pedazo de tela allí?

En cuanto ve que la he visto, ella corre adentro, cierro los ojos y respiro profundamente.

Tengo ganas de subir allá y enseñarle una lección, pero debo concentrarme en mi hermano, sacudo la cabeza, respiro profundamente y salgo hacia la casa de mi padre.

Continuará...