Enamorarse No Está En El Contrato

Después de comer, Kilian invitó a los chicos a beber a la playa. Misma idea tuvieron Brenda y Gladys después de la cena, en realidad las chicas querían estar en un lugar más tranquilo para poder hablar con sus compañeros de clases. Habían decidido que era hora de decirles sus reales sentimientos, después de todo por eso habían ido tan lejos de viaje.

Un poco apartados del resort los cuatro chicos caminaron para acomodarse en un buen lugar, se sentaron en la arena.

—Vamos a beber bajo el cielo estrellado— les dijo Kilian mientras repartía el alcohol.

—Con Sayer solíamos ir a la playa a beber cuando teníamos dieciséis años— contó Aidan mirando el mar.

—Eran unos chicos bastante traviesos— les dijo Kilian.

—Ya sabes, a esa edad uno hace locuras— dijo Sayer.

—No deberías decir eso— le dijo Mael a su amigo—. Recuerda que nosotros también nos escapábamos de casa.

Los menores se pusieron a reír.

—No digas esas cosas, se supone que somos mayores— le dijo Kilian a su amigo casi con un puchero—. Debemos dar el ejemplo.

—Entonces no les mientas— dijo Mael bebiendo de su trago.

Kilian suspiró y prefirió hacer un brindis.

Frente a ellos y no muy lejos del grupo se encontraban Indigo y los demás. Las chicas repartieron las cervezas y comenzaron a beber.

—Saben, con Gladys queríamos decirles algo— les dijo Brenda.

Los otros dos las quedaron mirando y les pusieron atención.

—Sucede que hace un año que queríamos salir con ustedes, pero en una condición no de amigos— les dijo Brenda.

—Más bien algo más íntimo— sonrió Gladys.

Indigo y Odris sabían a donde querían llegar sus compañeras, pero para ser sincero ninguno buscaba algo serio. Por el momento cada uno quería centrarse en sus asuntos y no en mujeres.

—Imagino lo que quieren decir— les sonrió Indigo—. Pero chicas les seremos súper sinceros, ninguno de nosotros busca algo serio, ¿entienden?.

Las chicas se quedaron mirando.

—Bien, entendemos— dijo Gladys—. Entonces, ¿podemos obtener una recompensa por nuestra sinceridad?.

—De acuerdo— les dijo Odris aceptando la oferta.

Brenda se acercó a Indigo y Gladys a Odris, ambas chicas cerraron sus labios sobre los ajenos. Un cálido beso bajo la noche estrellada.

El grupo que estaba atrás seguía bebiendo, sin embargo los ojos de Aidan estaban viendo como Indigo besaba a esa chica. Sin darse cuenta se levantó de golpe.

—¿Aidan?— le preguntó Sayer viendo a su amigo.

—Voy, voy al baño— dijo el chico alejándose del grupo. Caminó rápidamente hacia el resort.

Indigo escuchó la voz de Sayer llamar al pelinegro. Por inercia se alejó del beso y miró hacia atrás viendo a Aidan alejarse de la playa.

—¿Sucede algo?— le preguntó confundida Brenda.

—No, sólo necesito ir al baño— dijo el castaño levantándose de la arena.

Sin mirar a nadie se dirigió hacia el resort. Una vez dentro buscó los baños más cercano, seguramente el chico estaría ahí. Y no se equivocó, Aidan se estaba lavando las manos.

—¿Necesitas algo?— le preguntó el pelinegro apenas lo vio entrar. Cerró la llave.

—No es nada— le dijo Indigo, ¿por qué lo había seguido?.

—Bien, si no es nada— dijo molesto Aidan—. Me voy entonces.

—Espera— le dijo Indigo tomándolo de un brazo, el pelinegro lo quedó mirando—. ¿Te gusta?.

—¿Qué?. ¿Quién me gusta?— preguntó confundido Aidan.

—Kilian— le dijo el castaño—. ¿Él te gusta?.

Aidan se soltó del brazo y lo miró entre molesto y confundido.

—¿Por qué lo preguntas?. ¿Acaso harás algo?— le preguntó Aidan—. Ni siquiera deberías estar aquí, dejaste a tu pareja sola.

—Ella no es mi pareja.

—¿A no?. Creí que lo eran, después de ver como se besaban— le dijo enojado Aidan. ¿Enojado?. ¿En serio estaba tan enojado?.

—¿Y tú?, ¿por qué dejas que él te alimente y se acerque tanto a ti?— le preguntó Indigo.

Ambos se miraban enojados, reclamando por situaciones que se supone no deberían molestar al otro. Pero ahí estaban buscando respuestas a preguntas confusas.

—Kilian es bueno conmigo, y me enseñará todo lo que sea respecto a la carrera— le dijo Aidan—. Te pido que no te metas, porque yo no diré nada de tu novia.

Indigo lo empujó hacia la pared dejando acorralado al pelinegro.

—Que no se te olvide que te vas a casar conmigo— le dijo el castaño. Aidan miró aquellos ojos como si fueran a poseerlo ahí mismo.

El pelinegro lo empujó.

—Es sólo un arreglo, nada más. Una maldita farsa— dijo Aidan saliendo el baño.

Indigo se sintió de cierta manera frustrado y molesto, salió del baño y fue con sus amigos. Aidan ya estaba con su grupo, apenas llegó se bebió su vaso al seco.

—¿Más?— le preguntó Sayer—. ¿Estás bien?.

—Sí, bien— le sonrió Aidan.

¿Qué había sido todo aquello?. Indigo se veía notoriamente molesto, pero era imposible que estuviera celoso de Kilian, ¿o sí?. No, eso era absurdo, ellos se odiaban desde siempre. Tal vez sólo lo estaba molestando y quería demostrar su poder como el "hombre de la relación". Realmente estar casado con él sería una mierda.

—Que se vaya al demonio— dijo Aidan molesto. Tomó su vaso y nuevamente se lo tomó al seco.

Mientras que Indigo se unía a su grupo, las chicas habían estado bromeando con Odris.

—Al fin llegas— le sonrió Brenda.

El castaño se sentó a su lado, le sonrió a la chica y continuó bebiendo.

Las horas fueron pasando y el frío se hizo presente. Era más de la medianoche cuando los grupos decidieron regresar a sus habitaciones. Con lo enojado y confundido que estaba Aidan, había bebido más de la cuenta y ahora sus piernas se doblaban sin control. Sus amigos para seguirle el paso también habían bebido a destajo. Los cuatro iban riendo tratando de entrar al resort, detrás de ellos iban Indigo, Odris y las dos chicas.

De pronto Aidan se tropezó y se fue hacia adelante, en su borrachera Kilian lo alcanzó a tomar por la cintura y ambos cayeron al piso. Sin explicación alguna Indigo se apresuró para levantar a Aidan del suelo.

—Eres un idiota— le dijo Indigo a Kilian.

Sayer y Mael levantaron a Kilian algo confundidos, Indigo tenía a Aidan tomado por la cintura.

—Si no puedes cuidar bien de él, entonces no lo hagas— terminó de decir Indigo llevándose a Aidan de ahí.

Sayer y Mael que estaban bastante borrachos para discutir, se llevaron a Kilian a la habitación. Odris llevó a las chicas a sus dormitorios, para ser sincero no sabía porque su amigo había actuado así.

Mientras que Indigo llevó a Aidan a su habitación. El pelinegro estaba casi dormido por lo que preguntar cual era su dormitorio era una pérdida de tiempo. Entraron al cuarto con gran dificultad, el castaño lo dejó sobre la cama y luego fue a cerrar la puerta.

—Sabes Aidan— dijo Indigo caminando hacia él. Le sacó los zapatos y la ropa que estaba llena de arena—. Si quieres coquetear con Kilian, no deberías emborracharte, es penoso.

—Mph, mm.

El pelinegro estaba perdido en los sueños del alcohol.

—Genial, seguramente mañana me vas a agradecer por salvarte de ese borracho— dijo Indigo. Finalmente lo dejó en ropa interior y con la polera. Con algo de dificultad lo acostó—. Ni siquiera sé porque te cuido.

Aidan estaba profundamente dormido. Indigo se sacó las ropas y de la misma forma se acostó al lado de su rival.

—Ya quiero ver tú cara mañana— se burló el castaño. De pronto sus ojos fueron a dar sobre el collar de corazón—. ¿Por qué lo usas sí me odias tanto?.

Aidan respiraba profundamente, el chico estaba sumido en los brazos de Morfeo. Las palabras de su rival eran imperceptibles a sus oídos. Indigo apagó la luz y se acomdó quedando frente a su rostro, el chico cerró los ojos quedándose dormido.

El resto de los amigos se fueron a sus habitaciones a dormir profundamente.