Un matrimonio entre amigos. ¿Qué podría salir mal?
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Capítulo 7 - La Fiesta de Cumpleaños
El día del cumpleaños número 17 de Valerie llegó, y como era tradición, sus padres organizaron una gran fiesta. Valerie se vistió con un hermoso vestido rosa y trató de mostrar entusiasmo, pero su corazón no estaba completamente en ello.
Sebastián llegó con sus padres, y Valerie sintió una mezcla de esperanza y nerviosismo al verlo. Tal vez la ocasión especial los ayudaría a reconectarse.
Durante la fiesta, Sebastián mantuvo su distancia, hablando con otros invitados pero evitando a Valerie. Ella trató de acercarse varias veces, pero siempre parecía encontrar una excusa para alejarse.
Elizabeth observaba la situación con el corazón encogido. Podía ver el dolor en los ojos de Valerie cada vez que Sebastián la evitaba.
Finalmente, cuando llegó el momento de los regalos, Sebastián se acercó con una pequeña caja envuelta elegantemente.
-Feliz cumpleaños, Valerie- dijo formalmente, entregándole la caja.
Valerie la abrió con manos temblorosas y encontró un collar delicado con un pequeño dije en forma de luna. Era hermoso, pero impersonal. No había nada del Sebastián que solía darle regalos que tenían significado especial entre ellos.
-Gracias- murmuró, tratando de ocultar su decepción. -Es muy bonito.
-De nada- respondió Sebastián, y se alejó antes de que ella pudiera decir algo más.
Elizabeth se acercó cuando Sebastián se fue. -Es precioso- dijo, admirando el collar.
-Sí- respondió Valerie tristemente. -Es muy... apropiado.
Elizabeth entendió inmediatamente. El regalo era lo que un prometido le daría a su prometida, no lo que un mejor amigo le daría a su mejor amiga.
Esa noche, Valerie lloró. No por tener que casarse con Sebastián, sino por haber perdido a su mejor amigo en el proceso.
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Después de la fiesta de cumpleaños, Sebastián decidió que necesitaba aún más distancia. Comenzó a hacer planes para ir a estudiar a la capital durante los próximos años, supuestamente para prepararse mejor para sus futuras responsabilidades.
Cuando Valerie se enteró de los planes de Sebastián a través de Elizabeth (quien lo había escuchado de sus propios padres), se sintió como si hubiera recibido una bofetada.
-Se va a ir- murmuró, sentada bajo su árbol favorito con Elizabeth.
-Solo por un tiempo- trató de consolarla Elizabeth, aunque ella misma se sentía devastada por la noticia.
-No, Liz. Se va porque no puede soportar estar cerca de mí- Valerie recogió sus rodillas contra su pecho. -Mi mejor amigo me odia.
-No te odia- protestó Elizabeth, aunque no estaba completamente segura.
-Entonces, ¿por qué actúa como si yo fuera una enfermedad contagiosa?
Elizabeth no tuvo respuesta para eso.
Una semana antes de que Sebastián partiera hacia la capital, Valerie decidió hacer un último intento de arreglar las cosas. Fue a la mansión Cross y pidió hablar con él a solas.
Se encontraron en el jardín de la mansión Cross, ambos incómodos y nerviosos.
-Escuché que te vas- dijo Valerie directamente.
-Sí- respondió Sebastián, mirando hacia el suelo. -Mis padres piensan que será bueno para mi educación.
-¿Y tú qué piensas?
Sebastián finalmente la miró. -Pienso que será bueno para... nosotros. La distancia nos dará perspectiva.
Valerie sintió lágrimas llenando sus ojos. -¿Perspectiva sobre qué? ¿Sobre lo terrible que es la idea de estar conmigo?
-Val, no es eso...
-¿Entonces qué es?- explotó Valerie. -¡Porque desde que nos enteramos del compromiso, has actuado como si yo fuera tu enemiga! ¡Como si de repente fuera una persona diferente!
-¡Porque lo eres!- gritó Sebastián de vuelta.
-Ya no eres solo Valerie, mi mejor amiga ¡Ahora eres Valerie, mi futura esposa, y eso cambia TODO!
Ambos se quedaron en silencio después del estallido.
-No tenía que cambiar nada- murmuró Valerie. -Podríamos haber encontrado una manera de que funcionara.
-No para mí- dijo Sebastián suavemente. -No puedo actuar normal sabiendo lo que se supone que va a pasar entre nosotros. No puedo separar al amigo del... del prometido.
Valerie se limpió las lágrimas. -Entonces supongo que esto es un adiós.
Sebastián no respondió, pero su silencio fue respuesta suficiente.
-Espero que encuentres lo que estás buscando en la capital y te des cuenta de lo que acabas de hacer- dijo Valerie con la voz temblorosa.
Con eso, Valerie se dio la vuelta y se alejó, dejando a Sebastián solo con sus pensamientos confusos y la sensación de que acababa de cometer un error terrible.