Astrid Steel, hija del temible mafioso Magnus puso sus ojos en Aiden Harris desde la adolescencia, quien fue enviado al extranjero prometiendo volver cuando ella fuera mayor, pero al volver ya había olvidado su promesa, creando en ella un profundo dolor, pero no esperaba que la joven fuera desafiante, creando una fortaleza en ella, la lucha por volverla a tenerla se convirtió en un desafío contra el amor que ambos sentían.
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Emboscada
Aiden y Astrid después de una noche de entrega y gemidos, por la mañana se levantó con dificultad,— Voy a tener que pasar a la farmacia, no puedo llegar así a casa!— No es necesario que vayas tú, ya mi concejal viene con un medicamento para dolor y otro para día después algo así me dijo,— Me hubieras avisado hay algo que se llama vergüenza, obvio que tú no sabes que es, Aiden se echó a reír,— Eres un poco culpable también,— Te dije que te dejaría descansar, para no lastimarte mucho! Pero tú no quisiste, pedías más,
Astrid lo acribilló, pero eso hizo que el la volviera atrapar dejándola abajo de él, besándola como si de eso dependiera su vida,— ¡Me tengo que ir mi familia va a estar preguntándose qué pasó conmigo,— ¿Que les dirás?— preguntó volviéndola a besar,— ¡Le verdad!— ¿Les dirás que te folle toda la noche?— Magnus me va a querer cortar la polla,— le contestó con una carcajada,— ¡Papá es un hombre que entiende razones.
PRIVADO MINISTRAL
Adolfo Davis, tenía arrodillado a su hombre encargado de hacer qué las bebidas fueran solamente para la familia de los mafiosos incluyéndolos a ellos,— ¡Eres un inepto! Como dejaste que la estúpida de mí esposa tomara una de ellas,— Ella la tomó sin que nos diéramos cuenta contestó el hombre, apunto de caer de los golpes recibidos.— ¡Los mafiosos no son tontos ninguno tomo nada, se llevaron al chico que las repartía! El no sabe de dónde vino la orden no es un problema.
Ahora tengo que hablar con la prensa, se va hacer una investigación,— ¿Sabes de lo que hablo imbesil?— Gritando lo volvió a someter a golpes, Nuestro mandato está listo y no quiero equivocaciones,— ¡Nos vamos al plan B, espero que el Brasileño no sea un estúpido como ustedes.
Tengo que ir a consolar a mí hija, no quiero a ninguno cerca, estaré en duelo por la muerte de mi querida esposa, pónganse en contacto con el Brasileño, y comuníquenle los nuevos planes.
MANSIÓN STELL
Magnus y Oliver tenían una conversación, por los acontecimientos de el día anterior, Sonia fue a llevarles un café y los resultados de la prueba que tomó de la esposa del ministro,— Este veneno es muy difícil de conseguir por aquí, se usa en el Amazona, las tribus lo requerían para cazar ilegalmente los jaguares, los inyectaban el veneno con flechas para disecarlos, es un veneno muy peligroso.
Pues éramos el blanco por lo que sabemos, debemos dar con el camaleón y acabar con ese payaso, Dijo Oliver viendo llegar el automóvil de Aiden, pero ver quien bajo de el fue la sorpresa, Astrid vestía una camisa del mafioso que le daba a media pierna, Oliver alzó las cejas, Sonia se tapó la boca para no soltar a reír, pero Magnus estaba incrédulo,— Le voy a contar la verga a ese hijo tuyo, le dijo negando,— Es la edad de la calentura, ustedes aún la traen colgando hicieron lo mismo,— Les dijo la bioquímica saludando a su nieta con la mano.
Oliver alcanzó a su hijo despidiéndose del mafioso,— Tenemos las grabaciones le dijo su hijo yendo de nuevo a su vehículo,— Vamos a ver qué hay en ellas, le contestó yendo a su propio auto, partieron de la mansión, pero en el camino el auto de Oliver fue blanco de una explosión, Aiden alcanzó a ver por el retrovisor tomó su arma regresando al lugar, no veía a su padre por ningún sitio, pero un helicóptero salió de la nada disparando, se cubrió con el auto aún en llamas.
Con una sonrisa disparó a la cabeza del hombre que asomaba la cabeza disparandoles, vio a su padre a un lado del auto se movió hacia el cuidando de que las llamas no lo alcanzaran, ¿Te hirieron?— No tuvieron oportunidad escuché el misil alcance a salir antes de qué el auto fuera el blanco.
Tomó su teléfono hizo una llamada rápida, ¿Traes armas?— ¡Solo estás dos!— ¡Y tu? También las dos que cargo, las tengo en el maletero, tampoco pensé necesitarlas,— Estoy seguro que vienen más dijo mientras otra ráfaga de disparos pegaron en la lamina del auto, cúbreme voy a mi auto tengo una que les va a entretener mientras Trevol y los demás llegan, Aiden corrió mientras Oliver disparaba a la nave.
Saco unas granadas, pero las balas rebotaban cerca de él, hizo una pausa para enseguida rápidamente sacar una MG 42 alemana y una UZI ambas letales, cuando se puso en guardia le tiró a su padre la UZI que atrapó empezando a disparar, pero se escucharon más rotores, sabían que era así, entre los dos mafiosos les hicieron frente haciendo desestabilizar al primer helicóptero que los había atacado cayendo en una bola de fuego al impactar al suelo, pero aparecieron tres más y camionetas con gente bien armada.
Los mafiosos no sé daban abasto y las municiones se estaban agotando, los hombres empezaron a descender de las camionetas, Oliver ya no tenía balas, su hijo lo jaló hacia atrás de él sin dejar de disparar,— ¡Acorrálenlos y hágalos mierda!grito uno, dos se le acercaron, pero Aiden los derribó uno de una patada, mientras al otro lo tenía aprisionado del cuello con su brazo, quitándole el arma que usó en su contra.
Dos más se aproximaron uno se le echó encima pero Aiden era una fiera, se lo quitó pero ver que le apuntaban a su padre, lo dejó caer,— Levanta las manos maldito mafioso, Aiden apretó los puños eran demasiado y su padre estaba encañonado, de un momento a otro uno cayó con un tiro en la cabeza, Aiden aprovechó el descuido disparandole al que le apuntaba a su padre dandole en la mano que sostenía la pistola, el mafioso tomó el arma disipándole entre ceja y ceja, una flota de helicóptero llegaron, Trevol y sus hombres empezaron hacerles frente.
Aiden ordenó que tiraran las redes,— Vamos a ver qué harán echos mierda!— Sus hombres tiraron dos de las redes eléctricas encima de las camionetas llenas de los hombres que los atacaban, quedando atrapados electrocutados al instante, otros dos helicópteros llegaron, eran Magnus y Astrid, piloteando uno, descendió con una arma disparando a todo lo que quedaba.