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Destino

Destino

Status: En proceso
Genre:Malentendidos / La Vida Después del Adiós
Popularitas:5k
Nilai: 5
nombre de autor: NELSI BLANCO

Alana una chica de 18 años, ha vivido sola con su madre desde que tenía 2 años de edad, yabque su padre las abandono, pero no fue empedimento para ellas, juntas salieron adelante y eran muy felices hasta que un día de pronto apareció su padre y la entregó para saldar una deuda que tenía.

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capítulo. 7

Alana salió y se acercó a su padre, expresándole: Aquí tienes la muestra de sangre para la prueba. Te pido que no te acerques más a mí; no deseo nada de ti, ni siquiera la casa. Haré todo lo posible por desocuparla hoy mismo para evitar volver a verte nunca más. Posteriormente, salió de la clínica, tomó un taxi y se dirigió al restaurante.

Martín salió y le informó que los resultados estarían listos en tres días, y que serían enviados a su oficina. Él se comprometió a llamarlo para proceder con cualquier asunto necesario. Juan aceptó y ambos se despidieron.

Alana llegó a su lugar de trabajo, se cambió rápidamente y comenzó a atender a los clientes. A pesar de su mal humor, Celia la aconsejaba y la distraía para mejorar su ánimo.

Alrededor de las seis de la tarde, Alana envió un mensaje a su madre expresándole que la extrañaba y que necesitaba un abrazo. Al llegar a casa, Ana leyó el mensaje y respondió: También te extraño, mi niña, pero dime, ¿te pasó algo?. Sin embargo, Alana no respondió, ya que el restaurante se llenó de clientes. Ana, al ver que no obtenía respuesta, se quedó pensativa y decidió esperar a su hija por la noche.

Martín llegó al restaurante acompañado únicamente de su mejor amigo, Alex Durán. Al sentarse, comenzó a mirar a su alrededor en busca de Álana, pero no la vio. Álana, al notar su llegada, decidió atender a otros clientes y solicitó a Celia que se hiciera cargo de su mesa. Celia se acercó a ellos y les dijo: Buenas noches, aquí tienen el menú. Alex tomó el menú y Martín, dirigiéndose a Celia, le preguntó: Disculpa, ¿dónde está tu otra compañera? Creo que se llama Álana. Celia, sorprendida por la pregunta, respondió: A ella le tocó atender del otro lado, señor. Pero si necesita algo, yo puedo atenderle, no hay problemas.

Martín: No te preocupes, está todo bien.

Alex realizó su pedido y, posteriormente, Martín también hizo el suyo.

Celia se encargó de recoger los pedidos.

Mientras tanto, Martín conversaba con su amigo sobre sus planes con Juan, quien sugería la posibilidad de tener una esposa de conveniencia para que sus padres le dieran un poco de tranquilidad.

Alex le preguntó a Martín por qué no se casaba con Sara, a lo que Martín respondió que nunca lo haría, ya que sus padres no la aprobaban.

Alex intentaba aconsejar a Martín, mientras él buscaba la oportunidad de ver a Alana, a quien le pareció muy atractiva, aunque algo malhumorada, y le despertó un cierto interés.

Celia llegó con los pedidos y Martín le dijo a su amigo: Ya vuelvo, voy al baño; necesito lavarme las manos. Mientras caminaba, vio a Alana que se acercaba a los baños. Aceleró el paso y la llamó: ¡Alana!

Ella se volvió y, al verlo, hizo una mueca con los ojos y respondió: Dígame, señor, ¿necesita algo?

Martín sonrió y comentó: ¿Sigues molesta?

Alana respondió: No, no estoy molesta, solo estoy trabajando.

Martín insistió: Podemos hablar en otro lugar.

Alana replicó: Creo que le acabo de decir que estoy trabajando.

Martín: Me gustaría entender por qué has decidido trabajar aquí siendo la hija de Juan Aguilar, propietario de una de las empresas más destacadas del país.

Alana: Eso es un asunto personal y no considero que deba comentarlo.

Martín sonríe y responde: Está bien, de todas formas buscaré la información.

Alana: Con tu permiso, debo continuar con mis labores o podría recibir una llamada de atención.

Martín: Está bien, continúa.

Alana se aleja para retomar sus actividades, mientras Martín ingresa al baño, se lava las manos y regresa a su mesa.

Alrededor de una hora después, Martín salió con su amigo Alex, dejando una generosa propina a Celia y pidiéndole que entregara otra propina a Alana. Alana se encontraba organizando algunas mesas, ya que había habido una buena afluencia de clientes. Le estaba yendo muy bien en el restaurante, a pesar de ser solo su segundo día de trabajo. Se percató de que las entradas y salidas de clientes eran constantes, lo cual le agradaba, ya que siempre recibía propinas, lo que sería de gran ayuda para su madre. Eran alrededor de las 10 de la noche y Alana se preparaba para concluir su jornada laboral cuando Celia se acercó y le entregó el dinero, comentándole...Alana, esta propina te la dejan el señor Martín y Alex; así me lo indicaron.

Alana se sorprendió y respondió: Pero yo no los atendí a ellos, tú fuiste quien los atendió, es tuya.

Celia: Sí, a mí también me dieron propina y me pidieron que te la entregara.

Alana: Qué extraño, pero muchas gracias, Celia.

Celia: Quizás nos dieron a las dos porque no estaban con sus novias.

Alana: No lo sé, pero se agradece, es de mucha ayuda. Bueno, Celia, me voy. Nos vemos mañana, descansa.

Celia: Hasta mañana.

Alana tomó un taxi y llegó rápidamente a casa. Al abrir la puerta, su madre la estaba esperando. Ana, al escuchar el sonido de la puerta, se levantó y se acercó para ver a su hija.

Alana, al verla, le dijo: Mami, ¿aún no estás durmiendo?

Ana respondió: Quise esperarte, mi amor. Me enviaste un mensaje diciéndome que necesitabas un abrazo y me quedé preocupada.

Alana le dijo: Ay, mami, debo contarte lo que me hizo ese señor que dice ser mi padre.

Ana exclamó: ¿Otra vez te buscó?

Alana insistió: Ven, sentémonos, mamá.

Caminaron hacia el sillón, y Alana le dijo:Me llevó a la fuerza a una clínica para hacerme una prueba de ADN, ya que necesitaba estar seguro de que yo soy su hija. Me aseguró que, si el resultado era positivo, me dejaría la casa. Ana se enfureció y expresó su indignación, cuestionando si estaba loco por dudar de mi palabra y de su propia paternidad, dado que sabe que jamás he estado con otro hombre. Considero que su comportamiento es inaceptable y no pienso dejar que esto quede sin respuesta; estoy decidida a que escuche lo que tengo que decir.

Alana: Mamá, no vale la pena. Ese hombre regresa a molestar después de 16 años, claro que está loco.

Ana: No, iré. Mañana mismo lo buscaré y hablaré con él.

Alana: Mami, no lo busques, no vale la pena. Sería mejor que planificáramos adónde ir mañana, así no tenemos que volver a verlo.

Ana: No es tan sencillo, hija. Hoy busqué casas y departamentos en alquiler, y no encontré nada disponible. Y los que hay son demasiado costosos.

Encontraremos algo, mamá. Podemos salir mañana temprano y continuar la búsqueda; sin embargo, preferiría que no intentaras localizar a ese hombre.

Ana: De acuerdo, hija. Iremos mañana por la mañana.

Espero que tengamos suerte.

Alana: Gracias, mamá. Ahora vamos a descansar.

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QUIEN VA ACEPTAR UNA MUJER COMO SARA DE NUERA SI ES UNA MANTENIDA Y MALA PERSONA Y EL TAL SANTIAGO ES UN ENAMORADO DE SARA O EN UN ENVIDIOSO DE LO PEOR DE MARTIN
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Ojala se quede sola juan y alas que protegen a esa dos mujeres lo dejen solo para que nadie lo ayude. enfermo y sin plata
se de cuenta del erro que cometio dejar a su hija y la madre de su hija
Gabriela Deisel
Ojala el papá de alana quede solo sin nadie que lo ayude tipo en silla de rueda para que sepa q es depender de otro y cambia alana y su madre han trabajado por años en cambio el las cambio por dos zorras gastadoras complusiva
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