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Una Oportunidad, Tres Milagros.

Una Oportunidad, Tres Milagros.

Status: Terminada
Genre:Romance / Madre soltera / Embarazo no planeado / Completas
Popularitas:4.7M
Nilai: 4.9
nombre de autor: Rosa Verbel

¡En emisión!

En un pintoresco pueblo, Victoria Torres, una joven de dieciséis años, se enfrenta a los retos de la vida con sueños e ilusiones. Su mundo cambia drásticamente cuando se enamora de Martín Sierra, el chico más popular de la escuela. Sin embargo, su relación, marcada por el secreto y la rebeldía, culmina en un giro inesperado: un embarazo no planeado. La desilusión y el rechazo de Martín, junto con la furia de su estricto padre, empujan a Victoria a un viaje lleno de sacrificios y desafíos. A pesar de su juventud, toma la valiente decisión de criar a sus tres hijos, luchando por un futuro mejor. Esta es la historia de una madre que, a través del dolor y la adversidad, descubre su fortaleza interior y el verdadero significado del amor y la familia.

Mientras Victoria lucha por sacar adelante a sus trillizos, en la capital un hombre sufre un divorcio por no poder tener hijos. es estéril.

NovelToon tiene autorización de Rosa Verbel para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Capítulo 17

Los días pasaron con la rapidez de un suspiro. Cuando Victoria menos lo notó, sus hijos ya tenían siete meses de nacidos y habían revolucionado por completo su pequeño mundo en la pensión.

El primer mes fue el más difícil. Los pechos adoloridos, las noches en vela, el miedo constante de hacerlo mal… pero también fue el mes en que se convirtió en madre con cada gramo de su alma.

A los dos meses, los bebés ya reconocían su voz, la buscaban con los ojos y sonreían cuando ella se acercaba. A los tres, empezaron a balbucear sonidos que parecían palabras de otro universo, y su risa, esa risa contagiosa de los bebés felices, se convirtió en el himno de la pensión.

Victoria había crecido. No solo como madre, sino como mujer. Más fuerte, más decidida, más serena. La adolescente asustada del pasado ahora sabía preparar un tetero con los ojos cerrados, cambiar tres pañales en menos de cinco minutos y calmar el llanto con un abrazo y una canción.

Su cuerpo también había cambiado. Aunque aún tenía marcas del embarazo, la cicatriz de la cesárea y algo de cansancio perpetuo bajo los ojos, se veía hermosa. Porque ahora su belleza tenía la luz de quien ama sin condiciones.

Doña María seguía a su lado. Con paciencia, la ayudaba a cargar, bañar, alimentar y hasta reír en los días más pesados. Su presencia era un bálsamo, un abrazo constante.

Lisseth continuaba trabajando como interna en una casa de una familia adinerada. El sueldo era bueno y cada que podía, se traía ropa de bebé, leche o pañales. En sus días libres, volvía como si fuera tía de sangre, abrazando a los bebés y a Victoria con ternura infinita.

Carlitos, por su parte, iba a la escuela cada mañana con su maletín azul y sus cuadernos bien forrados. En las tardes, hacía tareas en la recepción con victoria cuando los bebés estaban en su siesta, y luego cuando terminaba  subía a jugar con los trillizos.

—¡Voy a enseñarles a gatear! —decía con entusiasmo.

Y lo logró. Ahora, con siete meses, los tres empezaban a arrastrarse torpemente por el suelo, explorando con curiosidad cada rincón de la habitación. Valentina era la más rápida, Valeria la más observadora y Victor, el más fuerte y sereno.

La pensión ya no era la misma. Entre baberos, sonajeros y cunas pequeñas, se respiraba amor. A veces, otros huéspedes se detenían a mirar por la puerta abierta y decían:

—Qué hermosos niños. Y qué mamá tan valiente.

Aquella noche de su séptimo mes, Valentina estaba inquieta. Su llanto era más agudo que de costumbre, y Victoria lo notó apenas cayó la noche. Al revisarla, vio la encía inflamada. Su primer diente venía en camino.

—Ay, mi amor… te está doliendo —le murmuró con ternura, acariciándole la carita sudorosa.

Además, los tres bebés habían recibido sus vacunas esa mañana, y los efectos secundarios no se habían hecho esperar. Fiebre leve, llanto, mucho malestar.

Victor dormía plácidamente, fuerte como un roble. Pero Valeria y Valentina estaban decaídas, lloraban suavecito, buscando el pecho y el calor de su madre.

Victoria se mecía en la mecedora con ambas encima, sudando, con los ojos hinchados, pero sin quejarse.

—Shhh… ya va a pasar, mis amores. Mamita está aquí —canturreaba, con voz cansada pero dulce.

Doña María, sentada en la cama con una compresa tibia en las manos, observaba en silencio.

—Nunca vi a alguien tan joven ser tan madre —susurró, conmovida.

—Siento que los amo más cada día —respondió Victoria, meciendo a sus hijas—. Aunque no tenga descanso, aunque me duela el cuerpo entero… ellos son mi vida.

—Dios te los dio con propósito. Porque sabía que tú ibas a protegerlos con el alma.

Victoria sonrió, aunque tenía lágrimas en los ojos.

—Valentina está más caliente… ¿Me ayudas con otra toallita fría?

—Claro, hijita.

Las horas pasaban lentas. La habitación apenas iluminada por una lámpara tenue, el sonido de la mecedora y el canto suave de Victoria eran los únicos testigos de una noche difícil, pero llena de amor.

...

Mientras tanto, al otro lado de la ciudad…

Mathias había regresado a la capital cinco meses atrás. Después de un par de meses en el extranjero, intentando sanar las heridas abiertas, se había refugiado en el trabajo y en un pequeño apartamento elegante pero silencioso.

A veces, recordaba a la joven de ojos negros y mirada dulce que había visto en la clínica. Se la imaginaba con su bebé en brazos, con una sonrisa cansada y unos ojos llenos de amor. Y sin quererlo, sonreía también, con cierta nostalgia en el pecho.

—¿Cómo habrá terminado su historia? —se preguntaba a veces, mirando por la ventana.

Estaba más tranquilo, más centrado. Las heridas seguían allí, pero dolían menos. Había aceptado que la vida no siempre salía como uno esperaba. Su diagnóstico de esterilidad irreversible seguía pesando en el corazón, pero ya no lo definía.

Una tarde, mientras revisaba sus redes sociales, una imagen le cortó la respiración por un instante.

Era Karla, su exesposa, con un vestido ajustado que dejaba ver una barriguita de unos cuatro meses. A su lado, Brandon Ferias —su viejo rival— sonreía con una arrogancia conocida.

Mathias sintió un nudo en la garganta.

—Ya veo… —murmuró, sin rabia, pero con un vacío amargo.

No podía decir que le dolía por amor. Ya no. Pero había algo profundamente injusto en que Karla, quien lo había dejado al saber que él no podía tener hijos, ahora estuviera embarazada de otro hombre.

Aun así, no le deseó mal.

—Ojalá sea feliz… —susurró, dejando el celular sobre la mesa.

Se sirvió una copa de vino, miró el techo y pensó, sin poder evitarlo, en aquella chica embarazada que nunca volvió a ver.

Quizá algún día… la vida volvería a cruzarlos.

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lucy Arboleda
🥹🥹🥹🥹🥹🥹🥹🥹🥹🥹❤❤❤❤❤❤❤ohhhhh
lucy Arboleda
doña María es usted un angel
lucy Arboleda
ángeles enviados de Dios , de verdad pasa. 😭
lucy Arboleda
el padre debe ser abusivo
lucy Arboleda
que padre tiene 🤬🤬🤬
lucy Arboleda
pobre victoria
Estela Mary Ballarini Dottori
despacio, lento, lento, todo comienza a encarrilar...
Anonymous
Si quedan embarazadas ya viejas casadas y con hijos y dicen “ fue un accidente” porque no podría quedar en embarazo una niña de 16 años?
Estela Mary Ballarini Dottori
cuesta mucho uno solo, me imagino con tres, pero la recompensa es fantástica
Edith Valenzuela
hermosa historia, por favor que no tengan episodios tristes y menos con una ex amiga y empañe su felicidad, que el amor sea la luz en su camino
Blanca Vanegas
Muchas felicidades excelente novela siga cosechando muchos éxitos 🌼
Rositha🌹📝📚: Muchas gracias por tu apoyo y puntuación 🤩♥️
total 1 replies
Blanca Vanegas
Muchas felicidades excelente novela siga cosechando muchos éxitos 🌼
Estela Mary Ballarini Dottori
¿cuanto dolor?, ¡Qué difícil es poder asimilarlo todo de golpe!!!!
Estela Mary Ballarini Dottori
creo que es la desecion correcta, por lo visto el amor de ella no era tan fuerte como el creía....
Mari Chavez
hermosa novela le deseo muchos éxitos y bendiciones
Jessica Arroyo
maldita perra ya tenía a otro 😢
Maria Rojas
felicidades autora una gran historia de amor me encantó con muchos mensajes y reflexiones nunca darnos por vencidos, nunca perder la fe la esperanza porque Dios siempre pone en nuestra camino un ángel que nos cuida gracias por compartir que sigan los éxitos bendiciones 😊🙏
Rositha🌹📝📚: Muchas gracias por tu apoyo y puntuación 🤩♥️
total 1 replies
Estela Mary Ballarini Dottori
parece que los ca.inos de ambos se cruzan para unirse en un punto
Estela Mary Ballarini Dottori
la verdad, al comienzo dudé un poco de coso sería el resultado pero debo reconocer que cada día me gusta más
Juana Rojas
los niños son adorables 😂, me encanto la historia.
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