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LA ABOGADA DEL CAPO ITALIANO

LA ABOGADA DEL CAPO ITALIANO

Status: Terminada
Genre:Aventura de una noche / Arrogante / Mafia / Equilibrio De Poder / Completas
Popularitas:841.8k
Nilai: 4.9
nombre de autor: Mar

Luigui Cardona hijo adoptivo de Cardona el encargado de la mafia Italiana.
Enamorado de Emma Greco Alvarez una de las hijas menores de Giacomo Greco y Soledad Alvarez .
Emma es la menor de las trillizas y es la última de los hijos de esta familia .
Es la más parecida en la forma de ser a Soledad pero tiene la fuerza , fortaleza de Giacomo.
Enamorada de Luigui en la cual le declara su amor a él siendo rechazada , eso le rompe el corazón a la pequeña Emma , pero no le impide después de cinco años aprovechar la situación y obligarlo a casarse con él así cumpliendo las palabras que le dijo ese día.
Luigui aceptará ese gran amor que siente por Emma desde el primer día en que la conoció .

NovelToon tiene autorización de Mar para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

CAPITULO 7

Las luces iluminaban el lugar con un resplandor vibrante, mientras la música invitaba a bailar. La noche avanzaba entre brindis, sonrisas y complicidad entre Emma y sus amigos. La energía era contagiosa, y el ambiente desprendía una magia especial.

—Buenas noches —saludó Sara con una sonrisa encantadora al llegar a la mesa donde estaban sus hermanas Emma y Rebeca.

Con un gesto cariñoso, abrazó a ambas y se sentó entre ellas, acomodándose con elegancia.

—Hola, hermanita —respondió Emma, pasándole un cóctel que Sara tomó con tranquilidad.

Emma, siempre enérgica y con ganas de divertirse, se levantó para bailar. Su compañero de baile no era otro que Edward, su amigo y colega, un excelente abogado con quien compartía una amistad inquebrantable. La pista de baile se llenó de risas y movimientos coordinados, mientras la música los envolvía en su ritmo embriagador.

A unos metros de distancia, Josephe observaba la escena, cámara en mano, sacando fotos de Emma con disimulo... o al menos, intentándolo. Aunque había sido un experto en el sigilo durante los primeros años, aún no podía creer lo bobo que había sido al dejarse descubrir hacía cinco años. Ahora su misión era otra: tomar las fotos que Emma "aprobara" y enviárselas a Luigui esa misma noche.

Josephe suspiró. Sabía perfectamente que Emma solo pretendía poner celoso a Luigui. Y él... él solo era el intermediario en ese juego peligroso.

A su lado, Rebeca lo observaba de reojo, mordiéndose el labio para contener la risa. Para ella, Josephe era el hombre más simpático y tonto a la vez. Dejarse descubrir por Emma había sido un error imperdonable, pero la forma en que ocurrió fue tan ridícula que todavía lo recordaban entre carcajadas.

El brindis continuó entre bromas y chistes internos. En algún punto de la conversación, alguien mencionó aquel momento en el que Emma había atrapado a Josephe, y entonces las risas explotaron como un estallido de fuegos artificiales.

—¡Por Dios, todavía no supero cómo lo encontraste! —dijo Edward, secándose una lágrima de la risa.

—Fue el momento más vergonzoso de mi vida —reconoció Josephe con un gesto resignado, pero divertido.

—¿Vergonzoso? Fue épico —intervino Rebeca, todavía riendo—. A ver, Emma, cuéntalo otra vez.

Emma tomó su copa, bebió un sorbo con calma y, con una sonrisa traviesa, comenzó a relatarlo.

—Todo empezó un día cuando salía de la universidad... ya saben, vestida muy sexy y impecable, con mi cabello suelto y una expresión de "soy una abogada en proceso, respétenme" —bromeó, provocando otra ronda de risas—. Y entonces, de la nada, sentí una presencia... como si alguien me estuviera observando.

—Qué miedo —dijo Sara en tono burlón, haciendo que todos se rieran.

—¡Exacto! ¡Miedo! —siguió Emma, exagerando su expresión—. Porque cuando me giré lentamente... ¿adivinen qué vi?

—¿A Josephe? —preguntó Rebeca, ya con lágrimas en los ojos.

—¡Sí! —afirmó Emma, señalándolo con dramatismo—. Pero no como alguien normal, no. ¡Lo vi escondido detrás de un arbusto!

La mesa estalló en carcajadas.

—¡Un maldito arbusto! —gritó Edward, golpeando la mesa de la risa—. ¡No puede ser, Josephe, qué idiota!

—¡Déjenme terminar! —Emma apenas podía hablar de la risa—. Lo mejor de todo fue que intentó escabullirse cuando lo vi, pero...

—¡Pero tropezó con una raíz y cayó de cabeza en un charco de lodo! —gritó Rebeca antes de que Emma terminara.

Las risas aumentaron. Josephe, con la cara roja de vergüenza pero sin poder evitar reírse también, se llevó una mano a la frente.

—Y ahí, todo embarrado, intentó correr, pero... —continuó Emma—. Ahí sí que me enojé.

—Te pusiste en modo mafia —soltó Edward entre carcajadas.

—Exacto. Así que llamé a unos hombres de mi papá y... bueno, lo llevaron a una bodega.

—¿¡A una bodega!? —Sara abrió los ojos con sorpresa—. Emma, eres peor que Cardona.

—Solo un poquito —respondió Emma, guiñándole un ojo—. En fin, ahí sí que cantó como un pajarito.

Josephe suspiró, derrotado.

—Lo admito. Fue un desastre. Pero, en mi defensa, Luigui me pagaba bien y me sigue pagando muy bien —dijo con una sonrisa.

—Sí, sí, lo que digas —dijo Rebeca, burlona—. Pero admitámoslo, al final nos hicimos amigos gracias a esa metida de pata tuya.

—Eso sí —asintió Josephe, levantando su copa—. Así que, por la amistad y por los recuerdos ridículos... ¡salud!

—¡Salud! —dijeron todos al mismo tiempo, chocando sus copas.

Emma, aún con una sonrisa traviesa en los labios, miró a Josephe y extendió la mano.

—Ahora sí, muéstrame las fotos.

Josephe tragó saliva, sintiendo que había caído en otra trampa.

—Emma... no me mires así.

—Las fotos, Josephe —insistió ella, con un tono perversamente divertido.

Josephe suspiró. Esa mujer era imposible de roer.

Emma observó la pantalla de su teléfono con una sonrisa de victoria. Había elegido la foto perfecta: ella y Edward, demasiado cerca, con sus labios a punto de rozarse. Sin pensarlo dos veces, le dió la orden a Josephe que la enviara a su "querido Jefe", Emma estaba segura de que llegaría a los ojos de Luigui en cuestión de minutos. Quería que la viera, que la imaginara con otro hombre, que sintiera el ardor de los celos y la desesperación.

Luigui estaba en plena reunión con algunos socios de la mafia cuando recibió la foto. Apenas la vio, su mandíbula se tensó y la furia estalló en su pecho como un volcán en erupción. Emma. Su Emma. Con otro.

Con un movimiento rápido, golpeó a uno de los hombres en la mesa, un tipo que intentaba desafiar su autoridad. El impacto fue brutal, haciendo que el sujeto cayera al suelo con un quejido de dolor.

—¡Nadie desafía mis órdenes! —rugió Luigui con los ojos encendidos de rabia.

Los demás en la mesa guardaron silencio. Nadie se atrevía a enfrentarlo cuando estaba así.

Sacó su teléfono y marcó de inmediato.

—Josephe, ¿dónde está Emma ahora? —preguntó con la voz dura, conteniendo su ira.

—Se encuentra en el bar de la 120 —respondió Josephe con cautela—. Pero, Luigui, si te presentas, ella podría darse cuenta de que la vigilamos.

Luigui apretó los dientes. Josephe tenía razón, pero en ese momento no le importaba nada más que encontrarla. La imagen de Emma con Edward lo consumía por dentro.

—Luigui —la voz de Nick lo hizo girar. Su amigo lo miraba con el ceño fruncido, cruzándose de brazos—. ¿A dónde demonios crees que vas?

—Al bar —espetó Luigui, con los ojos oscurecidos por la rabia—. Nadie tiene derecho a estar con Emma. ¡Nadie! Ella es mía. Solo mía. ¡Maldita sea!

Nick lo observó con una mezcla de incredulidad y diversión.

—Si tanto la amas, ¿por qué no lo aceptas y estás con ella como pareja de una vez? —desafió, clavando la mirada en la de Luigui.

Luigui sintió que le daban un puñetazo directo al orgullo. Su corazón latió con furia, pero su mente se nubló con la única verdad que lo frenaba.

—No puedo —gruñó, pasándose una mano por el cabello—. No hasta que sepa si tengo un hijo o no. Ese es mi maldito problema.

Nick suspiró, negando con la cabeza.

—Y mientras sigues atormentándote con eso, Emma está con otro —dijo con un tono sarcástico—. No me jodas, —Luigui, estás a punto de perderla.

Luigui lo ignoró y caminó hacia su auto con pasos pesados.

—¿A dónde vas ahora? —preguntó Nick, siguiéndolo.

—Al apartamento —respondió sin mirarlo—. Necesito sacar toda esta rabia antes de hacer una locura. Sigue buscando a esa mujer, Nick. No quiero más sorpresas.

Se metió al auto y azotó la puerta con fuerza. Sus manos temblaban sobre el volante mientras encendía el motor. En cuanto pisó el acelerador, salió disparado como un loco, con un solo pensamiento en la cabeza: Emma…Mi Emma...

Continuara ...

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Libros Odi
genial me encanta la trama
Andrea Morganti
Hermosa novela. Gracias escritora por compartir tu talento 🥰
Edith Zenteno
no me gustó me cargo que pasarán 5 años me carga eso en las novelas por último 2 o 3 pero 5 ?? fome
Edith Zenteno
no dicen que estatura es la de El y de ella porque le dice enana
Mar: por la edad /Grin//Facepalm/
total 1 replies
🍀🌼Móni🌼🍀
Dios mio que comienzo
Yanira valdez
Que no leen bien o que?? No la abuela ya le había dicho que iba a tener una misión y la misión era ella y no puso donde hubo fuego cenizas quedan🤭😂mis amores el desde que escucho que la iba a ver dijo esa chica yo me la como y me la quedo😌😆
Sintiaroxani Piña Rodriguez
hermosa historia me atrapó de principio hasta el finmuchas felicidades escritora siga escribiendo así bendiciones 🌹🌹👏👏
Adiana Navas
muy linda
Luz Maria Cayetano
/Good/
Lucenid Perez Quintero
excelente trabajo, sigue así😊😊
Lucenid Perez Quintero
felicitaciones 🎉🥳🎉 autora!!! hermosa historia 😍🤩🤩😃
Naty Puello
Excelente
Nora Reyes
Excelente historia autora, felicitaciones!!!
María Alejandrina Bastarrachea Marrufo
me está encantando la novela
María Alejandrina Bastarrachea Marrufo
yo igual pensé que era virgen
Nora Reyes
Espero que no sea el que está siendo golpeado,pobre!!!
Nora Reyes
Que hdp,mal nacido 😡
Julia Rosa Montero Rojas
me encantó tu historia maravillosa de inicio a fin
Nora Reyes
Excelentes capítulos, felicitaciones 👏
Marli
No leo no porque ella ahora está enamorándose de jhosep
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