Alessandra creía que estaba sola en el mundo, pero nunca se dio cuenta de que siempre estuvo rodeada de personas que la amaban. Ahora, como Diana, debe averiguar como llegó a este mundo, y en el camino aprender a expresar y defender el amor que siente por los que la rodean.
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Hacer ¿lo correcto? (2)
Diana: Mi madre hizo muchos sacrificios para sacarme adelante, es la mujer más maravillosa que conocí. Ella siempre me decía “sigue adelante, si la vida te da limones, no desesperes, sólo aprende a hacer limonada. No te caigas y vive con la frente en alto”. Así que yo… sólo he seguido adelante.
Duque: (Triste) Veo que tuviste una vida difícil… así que permíteme mostrarte lo que es ser un padre, te trataré con cariño y respeto, si hay algo que te incomode o moleste, dímelo, yo te trataré como lo hacía con mi niña… ella era lo más hermoso que la vida me dio…
Diana: (Sorprendida) Vaya, creí que usted odiaba a su hija, porque cuando ella nació su madre murió…
Duque: (Enojado) ¡¿Quién se atrevió a decir eso?! ¡Seguramente fue ese Príncipe bueno para nada! No le creas… mi hija era la joya más preciada en mi vida…
Diana: (Con una sonrisa) Ahora lo entiendo… disculpe por el comentario, pero para tener más confianza, ¿podría tutearlo? Eso me haría sentir más cómoda al hablar con usted, y a riesgo de molestar a su hija cuando regrese… ¿sería tan amable de romper el compromiso con el Príncipe de pacotilla?
Duque: (Suspirando aliviado) Sí, de todo corazón. Debo ver al Rey en dos días, en teoría deberías ir conmigo al Palacio para terminar de concretar el matrimonio, pero entonces, mejor le diré a su Majestad que no estás dispuesta y que se busque otra novia para el tipo ese…
Diana: Duque… tenga mucho cuidado, el Rey y el Príncipe deben estar más interesados en su poder económico que en un compromiso matrimonial, así que, en caso de que le insistan en mantener el acuerdo dígale a su Majestad que si desea seguir contando con el apoyo del ducado, mejor se rompa el compromiso, pues de insistir, usted podría desheredarme y regalar todo a la caridad… a ver qué le dicen…
Duque: También lo pensé hace mucho tiempo, la única que nunca lo vio claramente fue mi princesa, ella siempre creyó que si se mantenía siempre visible para él, el Príncipe la amaría algún día… era tan triste verlo. Pero cuenta con ello… ¿Algo más?
Diana: ¡Sí! Tengo entendido que, principalmente, los nobles tienen magia en este mundo… ¿qué hay de este cuerpo? ¿Tiene o no tiene?
Duque: En teoría la tiene, usualmente se manifiesta a los 10 años, pero mi pequeña nunca la manifestó bien, o no quiso saber de qué tipo de magia se trataba y como yo la protegería siempre, quería pensar que también lo haría el Príncipe… (visiblemente triste) le fallé terriblemente. Así que ella nunca lo intentó… ¿quieres hacer la prueba?
Diana: Claro, ¿qué hay que hacer?
Duque: Es un ritual que se lleva a cabo en una montaña cerca del ducado, hablaré con el templo para que se haga de la manera más discreta posible, no quiero que nadie sepa qué apenas haremos el ritual, porque corremos el riesgo de que por falta de práctica, o el cambio de alma, se perdiera la magia. Piensa en ella como un músculo que se debe ejercitar, pero si no se usa, se pierde.
Diana: Se lo agradeceré mucho… no duele, ¿verdad?
Duque: (Con una tierna y bella sonrisa) No, no duele, pero una vez que tengamos el resultado, si aun posees magia podría contratar un maestro particular para que te enseñe a usarla. Por cierto, se supone que en dos semanas deberás regresar a la escuela, es la Real Academia, mi hija tomaba clases especiales en preparación para ser reina, pero puedes cambiar las materias que desees, yo te apoyaré y hablaré con ellos. Además, debido a que está muy cerca, mi niña iba y venía del colegio, pero si quieres quedarte allá podemos arreglarlo y… desafortunadamente, mañana vendrá ese tipo a verte, si quieres le digo que no...
Diana: No se preocupe por la escuela, revisaré las materias, ¿en qué grado estoy? Y no hay inconveniente en regresar, de hecho, será mejor para evitar problemas con los amigos de su hija.
Duque: Es el primer grado, y desafortunadamente mi hija no tenía muchos amigos, pero debemos ponernos de acuerdo en la historia a contar para que nadie se extrañe de por qué no los conoces. Me alegrará verte de regreso siempre y me gustaría que cuando yo salga también me recibas.
Diana: Y respecto al principito… permítame hablar con él mañana, tengo un plan… Ah, y quiero pedirle un favor más…
Duque: Bien, recuerda que en dos días debíamos ir al Palacio para terminar de concretar el matrimonio. Si tu plan no funciona o ese tipo te quiere humillar, retiraré definitivamente mi apoyo al Rey.
El Duque le dio un tierno abrazo a la niña y se retiró. Por lo visto, es alguien que se da cuenta de las cosas, pero omite muchas de ellas para no entrar en conflicto.
