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Colores En La Oscuridad.

Colores En La Oscuridad.

Status: En proceso
Genre:Escuela / Romance / Mujer poderosa / Amor a primera vista / Apoyo mutuo / Amor eterno
Popularitas:2.4k
Nilai: 5
nombre de autor: Katerin Salc

Sinopsis: Camila es una apasionada estudiante de arte que decide participar en un programa de voluntariado en un hospital, buscando dar un sentido más profundo a su vida y su arte. Allí conoce a Gabriel, un joven carismático que enfrenta una dura batalla contra el cáncer. A pesar de la gravedad de su situación, Gabriel irradia una energía contagiosa que transforma el entorno del hospital.

A medida que Camila y Gabriel pasan tiempo juntos, su amistad florece. Camila descubre que el arte puede ser una poderosa herramienta de sanación, mientras que Gabriel encuentra en ella una fuente de inspiración y alegría. Juntos, crean un mundo de colores y risas en medio de la adversidad, compartiendo sueños, miedos y momentos de vulnerabilidad.

NovelToon tiene autorización de Katerin Salc para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Encuentros inesperados.

Camila había disfrutado de cada momento divertido en el cumpleaños de su padre, pero ahora, en el camino de regreso a la ciudad, la sensación de melancolía la envolvía como una manta pesada. Amaba a su familia y la idea de dejarlos luego de a ver pasado un día tan increíble le dolía, pero debía regresar, sus obligaciones la esperaban. La música aún resonaba en su mente, pero el silencio del automóvil era ensordecedor. A su lado, Amanda, su mejor amiga y conductora, conversaba animadamente sobre los regalos y las sorpresas de su fiesta de cumpleaños pasada, mientras que Gabriel, que se veía un poco cansado, escuchaba con una sonrisa leve en la parte de atrás del auto.

—¿Recuerdas lo enojados que se veían los dueños de la casa? —preguntó Amanda, girándose hacia Camila. —¡Fue épico! Pero aun no comprendo porque tanto drama.

—Sí, el clima no ayudó mucho en ese entonces, pero fue muy divertido —respondió Camila, forzando una risa, también estaba agotada.

La fiesta de Amanda el año pasado fue en la playa, Santiago había rentado una casa en la playa y me había pedido ayuda para decorarla al gusto de mi amiga, él estaba atento de todos los detalles. Si a última hora necesitaba de algo, él simplemente corría a buscarlo, quería que todo saliera perfecto para ella. 

Amanda no tenía ni idea, la forma de engañarla fue decirle que una pareja quería un mural personalizado en su sala y buscaban a alguien que lo realizará y dieron con Amanda en sus redes sociales. Ella muy feliz se dirigió al lugar y ¡Sorpresa! Amigos y algunos familiares se encontraban allí aguardando para acompañarla en su día. 

Siempre he pensado que Santiago es el indicado para ella, ese chico vendería su alma con tal de verla feliz, la cosa en esa fiesta no fue tan genial como planeamos, pues no solo fue un día lluvioso, sino que un grupo de chicos que nadie invitó se colaron en la casa y estropearon varias esculturas que los dueños atesoraban mucho, el chiste no le salió barato a Santiago pero ni pestañeó al cancelarle a los dueños lo que les debía.

Santiago me pidió que no le contará jamás a Amanda y hasta ahora es algo de lo que ella jamás se enteró.

Gabriel sonrió, pero su expresión era más seria. —Lo importante es que estuviste con tu familia y amigos. Eso hace que cualquier celebración sea especial.

Camila asintió, agradecida por su presencia. Había algo reconfortante en Gabriel, una tranquilidad que contrastaba con las preocupaciones que siempre acompañaban a las personas. A pesar de su diagnóstico, él nunca parecía perder la esperanza.

Al llegar al hospital, el aire se volvió un poco triste. Camila sintió un nudo en el estómago al pensar en que Gabriel debía pasar ese día en solitario después de lo de anoche.

Amanda, que había estado revisando su teléfono, de repente se puso seria, una expresión de preocupación cruzando su rostro.

—Es mi novio —dijo en voz baja, casi como si se lo dijera a sí misma. —Tengo que ir a verlo. ¿Estás bien aquí con Gabriel? ¿O necesitas que te lleve a algún lado?

—Sí, no te preocupes —respondió Camila, aunque una parte de ella estaba preocupada y queria acompañarla para apoyarla, sabia que las cosas no estaban bien con Santiago y su amiga no la involucraria. Amanda le lanzó una mirada rápida, como si estuviera buscando aprobación, y luego se despidió con un cálido abrazo a ambos.

Una vez que Amanda se fue, Camila y Gabriel se dirigieron a la habitación. El hospital como siempre tenía su olor peculiar, una mezcla de desinfectante y algo indefinido que nunca lograba identificar. A medida que caminaban, Gabriel le habló sobre los videojuegos que tenía y lo obsesionado que estaba por ellos, tratando de distraerla.

—Me alegra que me invitarás a compartir con tu familia, ellos son geniales. Mi semana va a mejorar significativamente después de esto, gracias. —dijo él, con una sonrisa que iluminaba su rostro.

—No fue nada, Gabriel. Sabes que siempre me alegrará que estés bien. Tu felicidad es la mía —respondió Camila, sintiéndose encantada. —Además, me gusta pasar tiempo contigo.

De repente, al llegar a la sala de espera, Camila se detuvo en seco. Allí, sentado en un sillón, estaba Alex, su ex novio. El corazón de Camila se detuvo por un momento. Alex se encontraba recostado en la silla, su brazo izquierdo estaba pegado a su pecho mientras su otra mano sujetaba aquella que se veía mal, a su lado se encontraba un chico que no identificó. 

Rápidamente se apresuró a acercarse pues se sentía preocupada, había pasado tiempo que no lo veía, pues siempre intentaba evitarlo. La sorpresa de encontrarlo allí fue abrumadora.

—Camila —dijo Alex, intentando levantarse con un poco de esfuerzo, su rostro mostró una mueca de dolor por el esfuerzo —No esperaba verte aquí.

—Hola, Alex. Yo tampoco —murmuró ella, sintiendo una mezcla de emociones. Había pasado tiempo desde su ruptura, pero los recuerdos de la traición todavía la herían. 

—¿Qué haces aquí? —preguntó Alex, intentando sonar casual, aunque su mirada de dolor por su estado lo delataba.

—Vengo a ver a un amigo —respondió Camila, tratando de mantener la compostura. Gabriel, a su lado, observó la interacción en silencio, consciente de la tensión en el aire —¿Que sucedió? No te ves muy bien.

—Hoy es día de limpieza en la fraternidad, fue una caída tonta. Limpiaba las ventanas y caí sobre mi brazo —El color de piel de Alex estaba cinco tonos más pálido de lo normal.

Una enfermera dijo su nombre, y el chico a su lado se levantó para ayudarlo —Fue lindo verte Cami ¿Podemos hablar luego? —Alex le pidió, su tono más serio ahora. Camila sintió que la tensión se intensificó.

—¿Hablar de qué, Alex? ¿De cómo me engañaste con la “solo es una amiga”? —La ira brotó de su pecho, pero ella se contuvo. No quería que Gabriel se sintiera incómodo. 

—Lo sé, lo sé. Pero necesito disculparme. Me equivoqué, y lo lamento de verdad —dijo Alex, su voz casi suplicante. —No supe lo que tenía hasta que lo perdí.

Camila sintió una mezcla de desdén y compasión. Parte de ella quería gritarle, hacerle pagar por el dolor que había causado, pero otra parte sabía que había pasado demasiado tiempo y que ya no valía la pena. 

—Lo que hiciste fue imperdonable, Alex. No puedo volver atrás —dijo, con su voz firme —Estoy con un amigo y debo irme. Y creo que tú también.

—Camila, escucha, espero tener la oportunidad en el futuro de explicarte, nadie nunca me hizo sentir tan amado como cuando estaba contigo. —insistió él, acercándose un paso. 

—Repito. No tengo tiempo para esto —dijo ella, sintiendo que la ira comenzaba a burbujear nuevamente. Tomó la mano de Gabriel, y la apretó.

Esto fue señal suficiente para Gabriel, que había estado observando en silencio, dio un paso adelante —Camila, vamos a la habitación. No tienes que hacer esto —dijo con suavidad, su voz tranquila. 

Camila sintió una oleada de gratitud hacia él —Sí, tienes razón —respondió, sintiendo que su corazón se aliviaba un poco. Miró a Alex una última vez —Deseo de corazón que te mejores —dijo, y se dio la vuelta, caminando junto a Gabriel hacia la habitación.

El pasillo del hospital parecía interminable, pero cada paso que daba con Gabriel a su lado la hacía sentir más fuerte. No era un camino fácil, pero sabía que tenía que dejar atrás el pasado. Al llegar a la habitación de Gabriel, él se sentó en la cama, y Camila se acomodó en una silla cercana.

—¿Estás bien? —le preguntó Gabriel, su mirada preocupada.

—Sí, solo… fue un momento extraño —dijo Camila, tratando de despejar la mente. —A veces el pasado vuelve para atormentarte.

—Es normal —respondió él, su voz suave y comprensiva —Todos tenemos cosas con las que lidiar. Lo importante es cómo decidimos enfrentarlas.

Camila sintió que las palabras de Gabriel resonaban en su interior. En ese momento, comprendió que su vida estaba en un camino nuevo. Ya no quería aferrarse a las sombras del pasado, quería avanzar. 

—Gracias por estar aquí, Gabriel —dijo ella, sonriendo. —A veces pienso que eres una de las mejores cosas que me han pasado.

Él sonrió de vuelta, un brillo en sus ojos. —Y yo estoy agradecido por tenerte a mi lado en este camino, he estado mas animado para afrontar todo esto desde que te conocí.

En su estómago comenzó a sentirse una sensación extraña, la hacía sentir bien. Mientras la tarde se desvanecía y la luz del sol comenzaba a entrar por la ventana, Camila supo que, aunque el pasado siempre estaría presente, su futuro era un lienzo en blanco, listo para ser pintado con nuevas experiencias y amistades. Estaba lista para enfrentar lo que viniera, junto a Gabriel, y quizás, solo quizás, encontrar un nuevo comienzo. 

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Leblanc🌶️
Después de un día agotador, encontré en tu novela un refugio perfecto para desconectar y relajarme. 🙏
Lah_
No puedo concentrarme en nada más, solo en la continuación de tu historia. 😢
Victor
No puedo esperar por el próximo, darnos más, gracias
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