NovelToon NovelToon
Desiree

Desiree

Status: En proceso
Genre:Romance / Mujer poderosa / Mafia / Diferencia de edad / Pareja destinada / El Ascenso de la Reina
Popularitas:15.5k
Nilai: 4.8
nombre de autor: Jess Queen

Tercera parte! En emisión asique no se desesperen que vamos a paso lento pero seguro. Escribo con mucho amor asi que espero lo mismo de ustedes 🖤

NovelToon tiene autorización de Jess Queen para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Cap 6

Cap 6

Vlad, al igual que los otros Volkov, tiene el cabello largo y lacio que les llega a la cintura, ese mismo tono gris tormenta en los ojos que comparte con su padre, hermanos, y tíos, igual que Dima. Es un rasgo muy marcado en la familia, excepto en Ares, quien heredó el cabello anaranjado rojizo de mi tía Roisin, junto con esos ojos tan negros como el carbón.

—¿Te caíste al agua? —pregunta Vlad mientras se sienta en la tumbona junto a Dima— ¿O te tiraste con ropa y todo? —Le sonríe a su primo, y me doy cuenta de que ellos se llevan mejor de lo que pensaba—. Recuérdame comprarte un traje de baño.

Aflojo los cordones y me quito los botines de cuero, dejándolos a un lado para que se sequen, y estrujo la trenza que sigue soltando agua.

—No, gracioso, nuestro primo me tiró al agua porque no quiero casarme con él. —Dima se ríe, y Vlad enarca una ceja.

—Debiste ahogarla, es lo menos que se merece por despreciar al Vor de la mafia Rusa —dice con ese tono frío que claramente es una broma—. No sé qué le espera con los demás, ya que ha rechazado a tres futuros líderes, al Vor y al jefe de los Boyevik.

Los hijos de mis tios Theo y Eliot, son herederos de las mafias de Texas y la Cosa Nostra. El hijo de mi tio Nik, es el Vor mas importante de los Vor v zakone de la mafia, rusa es el lider de los demas porquee ha demostrado ser implacable y es una figura muy respetada dentro de la jerarquía criminal, casi como un "padrino" en otras organizaciones mafiosas. Los Vory son la élite de la mafia rusa, y se espera que vivan de acuerdo con un código rígido de conducta, que incluye lealtad, camaradería y la idea de que son delincuentes de por vida. Despues estan Aiden, que es heredero del imperio criminal de su padre en lo ndres y Ares, quien ocuparia el ugar de Vlad si algo le pasara, ya que será el proximo líder de la mafia rusa, al ser el primogenito de mi Tio Iván.

Vlad se encarga de lavar el dinero de las mafias a través de las empresas de la familia Prescott y Volkov mientras se sumerge en el mundo criminal con maxima autoridad al igual que su padre, y recientemente se instaló en Nueva York para trabajar allí por un tiempo. Siempre está moviéndose, controlando fábricas y asegurándose de que no le falte ni un solo centavo... Frunzo el ceño de repente.

—Cuidado, que la pequeña está a punto de sacar las uñas —bromea Dima con una sonrisa—. Ya la enojaste.

Pero no es por la broma que me he molestado.

—Pues que se enoje, no le tengo miedo a esta mocosa insolente.

—Te mudaste a Nueva York hace poco... —murmuro, pensando en voz alta, y capto la atención de ambos—. ¿Qué tan lejos estás de mi universidad?

—A dos calles —responde Vlad, sonriendo—. ¿O creiste que dejaria que estes ssola  por ahi sin proteccion extra?

Dimitri estalla nuevamente en carcajadas, sujetándose el estómago. Jamás lo había visto tan divertido.

—Te lo dije, primita... —Se seca las lágrimas de tanto reír—. Mejor ve a cambiarte, que vamos a entrenar. Le daremos una paliza a los mocosos que se acercan buscándote.

—Esto no se queda así —le advierto a Vlad, señalándolo con el dedo, mientras él adopta su típica expresión inexpresiva—. Hablaremos de esto después.

Mis pies descalzos sienten el calor del piso bajo el sol, el hormigón casi quema a través de mi piel húmeda. La ropa sigue empapada, pegándoseme al cuerpo mientras el agua se mezcla con el sudor que empieza a formarse por el calor. Respiro hondo y dejo que el aire caliente me envuelva, notando cómo el ambiente parece distorsionarse un poco por la temperatura. La humedad de mi trenza va soltando gotitas que caen lentamente al suelo, formando un pequeño charco a mis pies.

El sonido de las risas de Dima todavía resuena con gracia, pero ahora, esas risas se apagan al ver acercarse a mis hermanos, con León al frente. La legión de demonios que son siempre tan sincronizados, siempre tan juntos, camina detrás de él como si el infierno se moviera con ellos.

Me pongo de pie cuando están lo suficientemente cerca, sacudiendo el agua de mis manos y sintiendo el peso de sus miradas sobre mí. León, como siempre, con esa cara de estar a punto de matarme, se cruza de brazos frente a mí. Él es una copia exacta de mi padre: alto, imponente, rubio, con esos ojos verdes mezclados con ámbar que parecen juzgar cada movimiento. No parecen niños, claro, ya no lo son. León, a pesar de ser solo un año menor que yo, tiene casi la misma altura que Vlad y Dima, lo que solo agrava su actitud de querer controlarlo todo.

—Creí que ya estarías cambiada y lista para ir a entrenar. ¿Qué hacías con estos dos? —Dice con un tono tan irritante como siempre, como si tuviera algún derecho a cuestionarme.— ¿Es que acaso cambiaste de opinión y decidiste aceptar a uno de esos dos?

Utiliza un tono de voz más arrogante del que acostumbra y acudo a cabeza sonriendo de lado.

—No tengo que explicarte nada —le contesto sin dudar, levantando la barbilla en señal de desafío—. Además, no olvides quién es la mayor aquí. Respeta.

Su risa burlona es lo que más me molesta. Ese sonido que me recuerda lo mucho que le divierte intentar hacerme menos.

—¿Te parece gracioso? —le suelto, queriendo arrancarle esa sonrisa de un golpe.

—Me parece gracioso que una enana como tú, piense que por ser un año mayor tiene derecho a ocultarme lo que hace. Eres...

No le doy tiempo de terminar. Me lanzo rápido, aplicando la llave que me enseñó el tío Iván anoche. Antes de que pueda reaccionar, le doblo el brazo, inmovilizándolo con una facilidad que no esperaba.

—¿Soy qué? —le digo con una sonrisa peligrosa, disfrutando el momento mientras los demás observan. Dima y Vlad se ríen, y los otros retroceden un paso, sabiendo bien que no es la primera vez que lo hago.

León se queja, pero no tiene escapatoria. Puedo sentir su rabia, pero también la impotencia de no poder contra mí, al menos no ahora.

—Cuida tu boca —le advierto con calma mintras lo pongo de espaldas a mi—, porque por muy heredero que seas de esta mafia, yo siempre seré tu reina, pelmazo. Con eso lo empujó hacia la piscina. Lo giro y lo suelto clavando mi pi en su cintura mandándolo al agua.— ¡Esto es Esparta!

 Me rio a carcajadas cuando emerge, empeorando la risa de mis primos y sé que después me voy a arrepentir de esto, pero valió la pena.

 El chapoteo cuando su cuerpo cuando quiere salir del agua me arranca una risa mas fuerte. Lo veo salir, empapado, con una mezcla de frustración y rabia que me da igual. Ha sido una pequeña victoria y pienso disfrutarla.

—Ya se me quitaron las ganas de entrenar con ustedes —digo, mirando al resto, que tratan de no reírse abiertamente—. Pero con ustedes dos —señalo a Vlad y Dima, que siguen riéndose— Sí. Se ganaron una patada en el trasero de mi parte. Los veré en cinco minutos.

Siento el calor del sol en mi piel mientras camino hacia la casa, con la ropa todavía húmeda pegándose a mi cuerpo y el aire denso por el calor del medio día. A cada paso, las gotas de agua que caen de mi trenza desaparecen rápido sobre el piso caliente, y los murmullos de Dima y Vlad a mis espaldas se mezclan con las risas de los que decidieron meterse a la piscina. Mi mente sigue centrada en la pequeña victoria con León, aunque sé que en algún momento querrá devolvérmela.

—Fuiste ruda con tu hermano, luego querrá hacerte pagar por esta pequeña victoria. —Dima rodea mi cuello con su brazo, casi sofocándome, pero me hace sonreír.

—Lo sé, pero ¿Qué más da? A ver si con esto se le bajan los humos y los celos. Si fuera por él, no me dejaría ni respirar sin su vigilancia. —Señalo discretamente a mis custodios que siempre están al acecho.

—Gracias a dios que no tengo hermanas. Seguro sería peor que León, Chris, o incluso Patrick. —Dima suelta una carcajada cuando cruzamos el umbral de la casa, y siento el peso de los pasos de Vlad siguiéndonos de cerca.

Me detengo por un segundo y, sin girarme del todo, le lanzo a Dima la pregunta que me carcome desde que supe la verdad. — ¿Lo sabías? Que Vlad estaba en Nueva York, me refiero.

Dima niega con una sonrisa que me dice todo lo contrario.

—¿Te creo? —Le susurro, porque sé que la verdad está en su risa contenida.

Me envuelve en un abrazo y, con voz baja, susurra solo para mí. —Nunca, pequeña. Vlad y yo somos como tú y yo. Pero no digas nada aún, manténlo en secreto. Si los otros dos lo descubren, te tocará lidiar con los tres Volkov en lugar de uno. Y ya sabes cuál es el bueno.

Asiento, entendiéndolo perfectamente. Cuando me suelta, subo corriendo las escaleras, antes de que alguien me vea toda empapada y me pongan a limpiar la casa. Lo último que quiero es pasar la tarde con un trapo cuando lo que en realidad deseo es entrenar con ellos.

Una vez en mi habitación, me quito la ropa mojada rápidamente, el sonido húmedo de las telas al caer al suelo parece amplificado en el silencio. Me muevo buscando mi ropa deportiva: unos shorts de licra y un top negro que combinan a la perfección. Ajusto las zapatillas deportivas, peino mi cabello nuevamente y trazo una trenza firme antes de cerrar la puerta con llave.

¡Ni loca vuelvo a perder mis sostenes otra vez! murmuro, recordando cómo desaparecieron la última vez que mis hermanos  y primos invadieron mi habitación.

Cuando llego al gimnasio, solo Vlad está allí, concentrado en lo que parece ser su rutina. Me doy cuenta de que Dima sigue sin aparecer.

—¿Y Dima? —Pregunto mientras me acerco. —Tiene mi móvil y lo quería para poner música. ¿Se acobardó?

Vlad, con su expresión siempre tan tranquila, sonríe mientras se saca su propio móvil del bolsillo y me lo ofrece.

—Ya viene, solo fue a cambiarse. —Se recoge el cabello, dejando al descubierto sus brazos fuertes y marcados. cosquilleo me recorre la espalda al ver su tamaño, pero mantengo la compostura. —¿Quieres retomar esa conversación que dejamos pendiente?

Tomo el móvil y lo conecto al sistema de sonido, dejando que "Freak on a Leash" de Korn empiece a resonar por el espacio.

Vlad se acerca un paso, luego otro, y otro más, hasta que queda justo frente a mí. La música no hace más que intensificar la tensión.

—Qué conveniente elección de canción. —Su voz es baja, pero cargada de significado. —¿Intentas decirme algo con esto? ¿Algo está tomando parte de ti, o tal vez es que tú y yo siempre estuvimos destinados a ser?

Siento cómo mi corazón se acelera ante su proximidad. Sacudo la cabeza ligeramente, intentando despejarme de esa tensión y le devuelvo su móvil. Activo la trotadora y empiezo a caminar, intentando mantener el control.

—Tienes muchos secretos, Vlad. ¿De verdad te instalaste a dos calles de mi universidad? —Le pregunto, todavía incrédula por la cercanía que ahora tendría con él. —¿De verdad mis padres saben que estarás tan cerca?

Él enciende la trotadora a mi lado y me mira con una sonrisa que solo él sabe dar. Esa que no revela nada y a la vez lo dice todo.

—La verdad es que no. Saben que estoy en Nueva York, pero no que estoy tan cerca de ti. —Hace una pausa y me mira directamente a los ojos. —Y si te preguntas si lo hice a propósito... sí, lo hice. Quería estar cerca para cuidarte.

Mi respiración se detiene por un segundo antes de que me atreva a preguntarle.

—¿Cuidarme de qué?

—De patanes como mis hermanos... o de tipos como yo, que no te ven como deberían. —Su respuesta llega con esa calma imperturbable, y no puedo evitar sentir que el aire entre nosotros se ha vuelto más denso.

La música sigue retumbando, pero ahora el ritmo pasado coincide con el latido acelerado en mi pecho.

—Entonces no lo saben, nadie lo sabe. ¿Tú y Dima planearon esto, verdad? —Mi tono se vuelve serio mientras me esfuerzo por no caer en la ingenuidad que tantas veces me ha hecho tropezar en el pasado. Mi padre me enseñó una dura lección cuando me engañó para que empezara a prestar atención a los detalles, y esto parece uno de esos momentos.

—Sí, te dije anoche lo que siento por ti, y esta mañana lo reforzaste cuando los rechazaste a todos. —Vlad habla con naturalidad, sin alterar su voz en la trotadora. —¿Te gustaría que nos conozcamos más cuando vayas a la universidad?

Asiento, sin saber muy bien por qué lo hice. Cuando veo su sonrisa satisfecha, me doy cuenta de que eso es exactamente lo que él esperaba.

— Si, me gustaria mucho, Vlad.

—Me gusta eso... —Pero se calla de inmediato cuando la trotadora a su lado se enciende.

—¿Qué cosa te gusta, hermanito? —Aiden aparece de repente, y su tono es juguetón, pero inquisitivo. Vlad le sonríe, manteniendo su ritmo.

—A mí nunca me cuentas nada y ¿a ella sí?

—Solo me estaba pidiendo un consejo. —Respondo con tranquilidad, aunque sé que la excusa suena ridícula. Ambos fruncen el ceño, claramente escépticos ante mi explicación. ¿Qué tipo de consejo podría pedirme alguien diez años mayor que yo? Así que improviso rápidamente—. Le gusta una mujer de la empresa, y por primera vez no sabe qué hacer con eso.

Aiden resopla, como si fuera la cosa más simple del mundo.

—Pues pensé que morirías virgen. —Bromea y no da gracia su chiste. — Solo llévala a cenar, cómprale flores, y el resto es fácil. No es para tanto.

—¿A cuántas le compraste flores y llevaste a cenar, Aiden? —Le lanzo la pregunta, sabiendo que lo molestaré con eso.

—A ninguna. —Hace un puchero que me hace sonreír—. Con la única que tenía pensado hacer todas esas cosas me mandó a la mierda esta mañana. —Su expresión se vuelve un poco más seria—. ¿De verdad no me vas a dar una oportunidad?

Antes de que pueda responder, la trotadora a mi lado también se enciende, y suspiro aliviada al ver que es Dima y no Ares quien ha llegado.

—No, ya dije que no quiero saber nada de compromisos, y tampoco quiero intentar nada con nadie. —Intento mantener un tono firme—. Tengo la cabeza en otra cosa y además...

—¿Además qué? —Dima me mira con curiosidad. Si quiero librarme de todos ellos, esta es mi oportunidad.

—Creo que también me gustan las chicas, acabo de pedirle consejo a Vlad, —sueno un poco más segura de lo que me esperaba—. Y estando en la universidad, quiero descubrir si es curiosidad o un hecho innegable. ¿Pueden mantenerlo en secreto por ahora?

Aiden hace un gesto de desagrado, mientras Vlad asiente con calma al igual que Dima.

—Qué sexy... —Dice Dima con una sonrisa traviesa—. Pero guardaré el secreto. Si te gustan las chicas, no tiene nada de malo. Eres libre de hacer con tu cuerpo lo que te dé la puta gana. ¿No, chicos?

—Estoy de acuerdo —Vlad responde con su tono habitual de indiferencia—. Si tú eres feliz, nosotros también lo estaremos por ti. Y si decides que te gustan las chicas, está bien.

—Pues yo no. Qué asco. —Aiden detiene su trotadora, visiblemente molesto—. Lo que nunca me imaginé es que me ocultaras algo así, Dess.

—Tú me ocultaste que tenías novia, y yo no te reproché nada. —Detengo mi trotadora y bajo, buscando mi botella de agua. Su juicio me incomoda más de lo que esperaba—. Lo que yo no imaginé es que tú me juzgarías. De todas formas, no es algo que te interese, ¿o sí?

Aiden se cruza de brazos, aún con esa expresión de desagrado.

—No te juzgo —mantiene el tono, pero hay una tensión en su voz—. Solo espero que estés equivocada, porque sería un desperdicio.

Sacude la cabeza y abandona el gimnasio, solo hasta que la puerta se cierra los tres estallamos en risas.

—Por poco y me la creo yo también. —Dice Dima. — ¿Y bien? ¿Preparo la boda entre ustedes dos o que carajos van a hacer?

—Sin presiones “Camarada”… hasta ahora solo acepte conocerlo un poco más cuando vaya a la  universidad.

—No se porque si ambos se gustan ¡Que perdida de tiempo!

 ¿Que dicen de los Volkov?

¡Que desilucion los hermanitos  Aiden y Ares!

¿Que les parece Vlad?

¿Y Dimitri?

¿Los hermanos Roerig?

comenten.... Besisssss

1
Zoila Mendoza
Bueno
Zoila Mendoza
Malo
Elvia Ramona Barreto
Qué está pasando ahora
Elvia Ramona Barreto
De aquí en adelante será otra vida
Elvia Ramona Barreto
Dereck es un hombre que no tiene empatia por nadie,solo le importa el y lo que sirve a el,que le den una buena patada en sus partes blandas y su trasero,que no vuelva a molestar a su hija
Elvia Ramona Barreto
Hermoso capítulo, me encantó
Elvia Ramona Barreto
Estoy feliz por la decisión, no hay lugar para el arrepentimiento, y serán felices para siempre
Elvia Ramona Barreto
excelente trabajo
Elvia Ramona Barreto
Wow!!! Parece que se las trae la pequeña jajaja.
Elvia Ramona Barreto
Me gusta como empezó, estoy entusiasmada sigo leyendo
Elvia Ramona Barreto
Yo creo que le tira Aiden,veremos más adelante
Elvia Ramona Barreto
Creo que será tan buena como la anterior
Maty Castro
Hola escritora cuál sería la otra novela aparte de esposa abandonada
Yanitza Aguirre
Hola Jess! cuando dices aquí dos novelas anteriores, se que una esposa abandona, y la otra cuál es?
Jaqueline Leiva
hola autora como estas k paso k no seguiste actualizando espero k estes bien
Jess Queen: Enero será un buen año..Volveré pronto
total 1 replies
Lennys Ariannys
muy alucinante
Kely Oteo Hernandez
execelente más capítulos por favor
Carmen Blanco
Excelente
Carmen Blanco
me encantó su elección al principio creí en aiden pero me decepcionó ares también pero no tanto el siempre dijo que era ara molestar a Aizen
Jacinta Quiroga Gonzalez
Bueno
NovelToon
Step Into A Different WORLD!
Download MangaToon APP on App Store and Google Play