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Scort

Scort

Status: En proceso
Genre:Autosuperación / Traiciones y engaños
Popularitas:126.5k
Nilai: 4.7
nombre de autor: Eiva

En Valmont, el poder y el deseo se entrelazan en un juego tan seductor como peligroso. Mi nombre es un susurro en los círculos más exclusivos; mi presencia, un anhelo inalcanzable. Pero en un mundo donde la libertad tiene un precio, cada decisión puede llevarme a la cumbre… o arrastrarme a la perdición.

Soy Isabella Rivas, mejor conocida como Sienna, y esta es mi historia.

NovelToon tiene autorización de Eiva para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

La traición

Desperté envuelta en un calor reconfortante. Por un momento, mi cerebro medio dormido pensó que todo había sido una pesadilla, pero entonces, el dolor en mis músculos y los recuerdos de la noche anterior me golpearon de lleno.

Abrí los ojos de golpe, con la respiración acelerada.

No. No fue un sueño. Todo fue real. Mi mirada recorrió la pequeña habitación. La cama era sencilla, las cortinas viejas, el aire olía a madera y café.

Sigo aquí… Mi cuerpo se relajó un poco. Estoy a salvo… me repetí en mi cabeza, como si decirlo pudiera hacerlo más real, pero un golpe suave en la puerta me hizo tensarme.

—¿Niña? ¿Puedo entrar? —Era la voz de Rosa.

—Sí…

La puerta se abrió despacio y Rosa asomó la cabeza con una sonrisa amable.

—Buenos días, hija. Te traje algo de desayuno.

Llevaba una bandeja con pan, huevos y un vaso de leche. El olor hizo que mi estómago gruñera ruidosamente. No recordaba la última vez que había comido algo decente.

—Gracias… —mi voz salió aún rasposa.

Rosa dejó la bandeja sobre la mesita y me miró con dulzura.

—José está preparando el coche. En cuanto termines, iremos al pueblo a buscar ayuda.

Mis ojos se abrieron con alivio.

—¿En serio?

—Por supuesto, niña. Nadie merece pasar por lo que tú pasaste.

Sus palabras hicieron que mi garganta se cerrara y sentí ganas de llorar otra vez, pero me obligué a tragarme las lágrimas. Me apresuré a comer, sintiendo cómo la comida me devolvía un poco de energía.

Cuando terminé, me levanté y me puse los zapatos sin perder tiempo. Enzo nos esperaba afuera, al lado de un viejo camión oxidado.

—Vamos, el pueblo no está lejos —dijo, con voz firme.

Asentí y subí en la parte trasera del camión. Rosa se sentó adelante con él. El motor rugió y comenzamos a avanzar por el camino de tierra.

Ya casi.

El viento frío me golpeaba la cara, despejando mi mente. Me aferré a la esperanza de que pronto todo esto terminaría. Que en unas horas estaría en la comisaría, contando mi historia, esperando que alguien llamara a mi familia, pero entonces… algo no cuadró.

Fruncí el ceño y miré alrededor, el camino no parecía llevar a un pueblo. Mi pecho se apretó con un mal presentimiento. Me incliné hacia adelante, tratando de no sonar paranoica.

—Oye… ¿seguro que este es el camino correcto?

Enzo no contestó de inmediato, en cambio Rosa se giró un poco en su asiento, su expresión algo tensa.

—No te preocupes, hija. Solo tomaremos un atajo.

Un atajo. Mis latidos se aceleraron. Miré a mi alrededor otra vez. El paisaje se volvía cada vez más solitario. Nada de casas. Nada de señales de civilización. Solo campo, árboles secos y un cielo gris.

Mis dedos se apretaron contra la madera del camión.

No. No, no, no…

—Detengan el camión —dije, mi voz apenas controlando el pánico.

Silencio, nadie respondió y Enzo siguió conduciendo.

—¡Que detengan el maldito camión! —grité, incorporándome rápidamente.

Pero justo cuando intenté moverme, un dolor agudo explotó en mi cabeza. El golpe me mareó de inmediato, mi vista se volvió borrosa y me tambaleé, sintiendo cómo el mundo giraba.

Lo último que vi antes de que todo se oscureciera fue el rostro de Rosa y la culpa en sus ojos.

...----------------...

El murmullo de voces me sacó del letargo. Parpadeé, mi cabeza latiendo con un dolor insoportable.

¿Qué…? Intenté moverme, pero algo apretaba mis muñecas y tobillos. Eran cuerdas, otra vez.

—No… no puede ser… —murmuré, mi voz apenas un susurro.

No. No. No. Mi cuerpo entero empezó a temblar. ¿Todo era un engaño? Respiré hondo, tratando de aclarar mi visión. La habitación estaba oscura y olía a humedad y madera podrida. Las paredes eran de concreto desnudo, sin ventanas.

El aire me quemaba la garganta. ¿Cómo pude ser tan estúpida? Confié en ellos... Unos pasos se acercaron y mi corazón se detuvo. La puerta se abrió con un chirrido lento y agonizante y ahí estaba ella. Rosa.

No traía armas, ni una expresión cruel. Solo… culpa. Pero no me importaba.

—Lo siento, niña… —susurró, sin poder mirarme a los ojos.

El fuego en mi pecho explotó.

—¡¿Lo sientes?! —Mi voz se quebró de la rabia—. ¡Me entregaste a estos malnacidos!

Ella bajó la mirada, con los hombros caídos.

—No teníamos opción…

—¡Claro que la tenían! ¡Podrían haberme ayudado, podrían haberme dejado ir!

Se acercó un poco, pero yo me aparté como pude, las cuerdas quemándome la piel de nuevo, esa maldita sensación.

—¡No me toques!

Rosa suspiró, frotándose las manos con nerviosismo.

—Nos amenazaron, niña… Nos dijeron que si no cooperábamos, nos matarían.

Mi mandíbula se tensó.

—¿Y qué? ¿Por eso me vendieron como si fuera un maldito pedazo de carne?

Sus ojos se llenaron de lágrimas, pero no me conmovió.

—Enzo y yo somos gente simple… No tenemos poder contra esa gente… contra él.

Algo en su tono me hizo fruncir el ceño.

—¿"Él"?

Antes de que pudiera contestar, la puerta se abrió de golpe. Rosa se apartó de inmediato, como si su sola presencia lo incomodara y entonces, lo vi. Un hombre alto, vestido de negro, con una presencia que helaba la sangre. Su mirada era oscura, afilada, como la de un depredador. Algo en su sonrisa torcida me revolvió el estómago.

—Así que esta es la chica problemática —murmuró, con un tono casi divertido.

Mi cuerpo se tensó.

—¿Quién eres?

Él dejó escapar una risa baja, casi burlona.

—No tienes idea de en qué mundo has caído, ¿verdad?

No le respondí. No iba a darle el gusto, pero su sonrisa se ensanchó y se inclinó hacia mí, demasiado cerca, haciendo que sintiera su aliento cálido chocar contra mi rostro. Mi piel se erizó de puro asco.

—Bienvenida de vuelta, princesa.

Y ahí lo entendí. Nunca tuve una oportunidad de escapar, pero incluso así, jamás iba a rendirme.

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Maria guadalupe Sachezdela cruz
mi querida amiga muy bonitas tus historias las amo y yo entiendo que tienes más responsabilidades gracias por tus historias
Juliet
Semanas en esa situación???!
claireth mejia gutierrez
gracias por esta linda novela, esperamos el capítulo y desenlace, felicidades
Critian Lanzas
una novela que no quería leer al principio pero...me atrapó la trama, he sufrido, he llorado con la protagonista y pensar que en la vida real eso en realidad sucede. Mis respetos querida escritora por tan intensa historia. Gracias por compartir. Felicidades 🌹🌹🌹
Evelin: gracias a ti por darle la oportunidad y leerla
total 1 replies
Lelis Vellejo
Mi querida autora esto es un stress al leer. Me di tiempo y me prepare para lo que venía. Ese Mateo no merece sino la muerte por lo que le hace a Sienna. Solo espero que Alersek llegue a tiempo y la rescate
Evelin: Sigue leyendo leyendo 🤭
Critian Lanzas: solo espero que no la mate 😔
total 2 replies
David Aparicio
Oh autora por favor, que no pierda a éste bebé, ya bastante sufrió con el bastardo de Mateo, ojalá que el amor que Aleksen dice tenerle se lo demuestre, apoyándola en éstos momentos que más lo necesitará cuando le cuente de la pérdida de su otro bebé, y que no le vaya a hacer algún reproche por lo que le hizo mateo
David Aparicio
Se lo merecía, aunque debió haberlo torturado más, hacerlo sufrir por todo lo que le hizo a Sienna
Lelis Vellejo: Pienso lo mismo, una muerte muy rápida para lo que le hizo a Sienna. Aunque él lo que quiere es volver con ella
total 1 replies
Gloria Capera hidalgo
por dios santo tanto sufrimiento pobre sienna
Eulamer pedroza
Reitero mi Felicitación a la Autora.te deseo mucho éxito porque se que lograrás alcanzar tu meta de ser una de las mejores escritoras de este Género.
Nereida Hernández montes
es excelente tu historia quisiera leer el final de esta historia que me tiene enganchada esta super buena 👍
Ingrid Gabriela Bucarey Nuñez
cuando podrémos leer hasta el final autora
Nereida Hernández montes
Tiene razón. hay personas que simplemente no entienden que los escritores también tienen u a vida propia con familia y empleos que tienen que cuidar y proteger, al escribir sus historias es por si.ple gusto y pasión al escribir ir y compartirlas con nosotros
Evelin: Gracias por ser tan compresiva y entender
total 1 replies
Angie
Esa Isabel la ya se volvió bien malahablada!!!! Y bien que se muere por el Vincent!!!
Nereida Hernández montes
Sigo encantada con esta historia
Eulamer pedroza
hola estoy leyendo por primera vez al autor me gusta la historia.Pero me gustaría saber si la va a culminar.Seria una lastima dejarla inconclusa.Te felicito porque se que no es fácil escribir. y veo que lo haces muy bien.De verdad quisiera la culmines. esperaré y si pasa una semana más la tendré que eliminar de mis favoritos.Saludos.
Eulamer pedroza: Gracias a ti por estar pendiente /Chuckle/ Saludos desde mi Hermosa Venezuela
Eulamer pedroza: Gracias a ti por estar pendiente /Chuckle/ Saludos desde mi Hermosa Venezuela
total 3 replies
Angie
Excelente
Nereida Hernández montes
A mi me parece excelente esta historia
Nereida Hernández montes
De verdad esta historia es super interesante 👍 te felicito esctitor esta historia deja a los lectores atrapados en la lectura
Evelin
SI NO SON CAPACES DE LEER UNA HISTORIA QUE ESTA EN EMISIÓN, VAYAN A LEER LAS COMPLETAS.

No quiero que vengan a poner que no público capítulos como si llevo meses sin publicar, cuando supo capítulos todas las semanas, si no son la cantidad que les gustaría entiendo, NO SOY UNA MÁQUINA, TENGO VIDA, y si no les gusta que tarde tanto, puedes solo, ESPERAR QUE LA HISTORIA ESTE COMPLETA O SIMPLEMENTE DEJAR DE LEERLA.
Nereida Hernández montes
Desgraciado pervertido
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