Un mundo de magia donde cinco alumnas tendrán el honor de aprender del brujo más poder de todos los tiempos.
Pero no todo será dulce... el destino del mundo dependerá de ellas.
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Fin de curso
El instituto Gold Huay se vestía de gala. Los adornos y fuegos artificiales de color rojo no dejaban de exhibirse en ningún momento. El festejo era para conmemorar el final de otro ciclo escolar en ese lugar. Un año más de poder compartir la magia y la espiritualidad.
El evento sería a las 12 del día. Sería dirigido por los profesores y tendrían un festín en el comedor principal. Ahí se premiaria a los mejores alumnos y también despedirán a los que cumplían el ciclo. Personas que aprobaron con satisfacción y que ahora podían utilizar esos conocimientos en el día a día de sus vidas. Tendrían permitido usar magia bajo ciertas normas fuera del instituto, entre otros beneficios.
La directora Steysi sería la encargada de dar el discurso así como los reconocimientos. Era la única vez en el año en que pasaría mucho tiempo con los alumnos. Eso los conmovía y hacía aún más especial el evento.
Ajaw y sus discípulas también estaban invitados. Aunque no ocuparían un lugar vistoso pues oficialmente ellos no pertenecían al instituto. El rumor de que las cinco chicas habían sido sacadas de la escuela se hizo muy latente. Nadie se esforzó por decir que estaban tomando un curso especial debido a sus talt, así que se quedaron con esa idea.
Aún así, la dirección las seguía tomando como miembras del instituto y llegado el momento les daría su certificado.
Les habían colocado una mesa especial a un costado. Les permitiría ver el evento cómodamente sin ser detectadas.
Steysi había preparó un número especial recomendado por sus asistentes. Aprovechando que Ajaw estaría ahí, le invitaría a dar un discurso. Después de todo, tener al brujo legendario presente, no era habitual.
Al inicio Ajaw se negó. No le gustaba salir en público, pero la astuta directora supo manejar el favor que le debía por haber permitido a sus alumnas seguir en la escuela después de usar magia fuera de ahí. Así que el brujo no tuvo más remedio que aceptar. Daría unas palabras y un espectáculo al final del evento.
Todo estaba listo, los padres de familia y acompañantes ya habían tomado su lugar. Los alumnos estaban preparados para dar continuidad a lo agendado.
Los maestros entregaron los reconocimientos a los mejores de sus clases y grados. Hubo premios tales como “sanación”, “predicción”, “invocación”, “lectura de tarot”, “transportación”, “viajes astrales” y mucho más.
Los alumnos ganadores tenían la oportunidad de dar una exhibición sobre sus habilidades y premios. Las personas disfrutaron mucho la gratificante experiencia con la magia.
Sin duda era una gran espectáculo como todos los años. Sin embargo, Steysi esperaba que fuera aún mejor cuando Ajaw se presentará. Miró hacia la mesa donde debían estar pero seguía vacía como en todo el evento. Se acercó a sus asistentes para ver si sabían algo.
—¿Dónde carajo está?—Preguntó enojada pero discreta.—Sus alumnas tampoco han llegado, siguen siendo parte de esta escuela y tienen que seguir las reglas.
—No sabemos nada.—Le respondió su asistente nervioso.—Nos hemos comunicado de mil formas pero no ha respondido. ¿Quiere que lo vayamos a buscar?
—Sería una pérdida de tiempo.—Dijo al suspirar.—Si él no quiere ser encontrado, no lo haremos. Esperemos que sea un capricho por llegar al final llenándonos de suspenso, es un extravagante.—Comenzó a caminar elegantemente.—Pospomgamos su número hasta el final, mientras tanto, pasamos al festín.
—Sí señora.
El comité siguió las indicaciones e indicaron a los alumnos que pasaran por al comedor. Para los invitados este era el número más esperado pues podían pasar al interior del instituto y ver toda la magia que había en él. La atracción más esperada era la gran fuente central. Eran dos brujos, uno encima de otro y el agua pasaba de las manos de uno al otro como si estuvieran pasando sus energías mutuamente. Algo único en el mundo.