ANÓMALOS

Y la noche fue eterna para mí, ya que no pude dejar de darle vueltas a lo que ocurrió ayer, pensando en lo que significaba aquellas líneas que recorrían el cuerpo de todos. Estaba tan perdido en mis pensamientos que no escuché cuando alguien se acercó a mi celda.

—Buenos días, señor Lian.— exclamó una voz conocida para mí.

—¿Viene a liberarme, agente?.

—Hum… No, simplemente vengo a informarle que ya se decidió que vamos a hacer con usted.

—¿En serio? Y… ¿Qué van a hacer conmigo?

—Bueno, será enviado a las instalaciones centrales de la DCA.

—¿Eh?… ¿Qué dijo?

—Que será enviado a las instalaciones centrales de la DCA.

—¡Ja!, ¿creés qué soy tan tonto?… Esas instalaciones son para anómalos que realmente son una amenaza, no para alguien que no puede controlar cuanto energía absorbe su cuerpo.

—Puedes pensar en lo que quieras.

—…

—El traslado será el día de mañana, así que será mejor que se despida de su hermana, señor Lian.

Simplemente la observé con cierto enfado presente en mi rostro, aunque pudo ser algo muy evidente, porque la chica formó una muy pequeña sonrisa en sus labios.

—Nos vemos mañana.

—Solo están perdiendo el tiempo conmigo.

—Lo veremos... Lo veremos, señor Lian

Y así la chica se alejó de mi celda para desaparecer de mi vista.

(Suspiro)

«¿Qué hago ahora?»

Y después de aquella conversación con la chica de la DCA, el día transcurrió con total normalidad, hasta que llegó la tardé.

—¡Corre, necesitan ayuda con un intruso en la entrada!— dijo el policía a su compañero.

—¿Qué? ¿Y quién es el intruso?

—No lo sé, pero dicen que se trata de un anómalo, y uno bastante fuerte, así que se nos permitió usar el arma letal.

Después de que los policías salieron del área de celdas, se escucharon algunos disparos, y de un momento a otro estos dejaron de escucharse, es más, todo el lugar había quedado en completo silencio.

—¿Qué pasa ahí afuera?— preguntó uno de los sujetos a otro que estaba en la misma celda, pero no recibió respuesta a su pregunta.

Y todo fue un inquietante silencio por unos minutos, hasta que alguien apareció en la vista de todos, y siendo más exacto, era un chico de unos 20 años, con el cabello negro y un tanto desordenado, los ojos de color negro, y su piel un tanto bronceado, pero de una forma no muy marcada, apenas notable ese bronceado; mientras que su vestimenta la podía definir como la de un típico motociclista.

—Bien, estoy buscando a un tipo que se llama Lian, ¿Quién de ustedes es?— exclamó con algo de desprecio en su voz.

—¿Quién eres tú mocoso?— manifestó con enfado un sujeto de las celdas.

A lo que aquel tipo vestido de motociclista simplemente sonrió para poco tiempo después desaparecer delante de nuestros ojos, provocando sorpresa y miedo en todos nosotros.

—Parece que necesitas ser educado, ¿No lo crees?

Y cuando todos buscamos el origen de aquellas palabras, nuestra impresión fue aún mayor, pues aquel sujeto se encontraba detrás del hombre que lo había llamado mocoso.

—¿Eh?…

Y sin darle tiempo a reaccionar, le dió un golpe en el estómago, provocando que cayera de rodillas contra el suelo.

—¿Alguien más?

Mientras decía esas palabras, su mirada se centro en mí, como si ya se hubiera dado cuenta de que yo era la persona que buscaba, siendo no muy difícil de adivinar con una simple observación, pues yo era la única persona en el lugar que se encontraba apartada de todas las demás.

Y de nuevo desapareció de la vista de todos, apareciendo a mis espaldas.

—Tú eres Lian… ¿Verdad?

—¿Quién eres tú? ¿Qué quieres de mí?

«¿Ahora todo el mundo me conoce?»

—Yo soy uno de los subordinados del señor David.

—¿El señor David?— exclamé con confusión.

—…

Y tras haber hecho un esfuerzo por recordar de quien me hablaba, recordé que era el nombre del hombre que estaba con la otra chica.

—¿Y para qué te envío tu jefe?

—¿No es obvio?— dijo mientras observaba la celda.

—Oh no, no… Si me voy con ustedes entonces, seré considerado como un miembro más de su organización, y si eso sucede, ya no podré vivir en paz el resto de mi vida.

—Y si te quedas a esperar en esta celda entonces, serás enviado a una instalación de la DCA y vivirás encerrado el resto de tu vida, claro, si no se dan cuenta de que no eres un simple anómalo.

—…

—Bien, decide rápido, porque no tenemos mucho tiempo.

Las dos situaciones eran malas pará mí, pero también en las dos me alejaré de mi hermana, en las dos situaciones tendré que dejarla sola otra vez. Bien, si en ambas tengo que hacerlo, y si en solo una de las opciones no estaré encerrado entonces, creo que la mejor opción a elegir sería en la que me voy con la organización de anómalos.

—Vamos.

—Bien.— dijo mientras ponía su mano sobre mi hombro.

Y en un instante salimos de la celda. Sin embargo, sentí un ligero mareo.

—El mareo es normal en las personas que experimentan el salto espacial las primeras veces… Ahora… Antes de partir, ¿Hay algo importante por lo que debamos ir?

Entonces, pensé en los papeles que llevaba en el maletín, pero para ser sincero dudó que los vaya a necesitar en la situación en la que estoy. Será mejor que se los entreguen a mi hermana.

—No.

—Bien… Sigamos.

Nos dirigimos a la parte superior de la estación de policía para lograr salir del lugar, y durante todo ese trayecto pude observar a varios policías inconscientes, al igual que a varios heridos por arma de fuego.

—¿Tú hiciste todo esto?

Y mi pregunta no recibió ningún tipo de respuesta, simplemente siendo ignorada.

Una vez que salimos al exterior, vimos como una multitud de personas se había reunido, probablemente por todo el alboroto que se armo dentro de la estación de policía.

—¡Oigan! ¿Qué sucedió ahí dentro?— preguntó un anciano que estaba entre la multitud.

Pero solo recibió una mirada amenazadora por parte del chico vestido como motociclista.

—Sube.— exclamó el sujeto mientras subía a una motocicleta.

—¿No vas a usar tu salto espacial?

—No. La distancia a la que vamos es demasiado larga, por otra parte, ya estoy exhausto por tener que pelear contra todos los policías que estaban ahí dentro… Hay que apresurarnos… Ya están enterados de lo que sucede aquí.— dijo mientras veía algo en el cielo.

Y ahí estaba, en el cielo se encontraba uno de los vigías que usa la DCA, y este tenía puesta su atención en nosotros.

Una vez sabiendo que ya nos estaban vigilando, me apresuré a subirme en la motocicleta y partimos del lugar.

Después de haber transcurrido diez minutos aún nos seguía el vigía, y nunca lo pudimos perder de vista, posiblemente queriendo saber nuestro destino final, y algo de lo que nos percatamos ambos.

—¡Rayos!, el sujeto que maneja ese vigía es realmente bueno.— dijo el motociclista.

—Si el vigía nos sigue por más tiempo entonces, podría saber a donde nos dirigimos.— exclamé con preocupación.

—Está bien.— dijo el motociclista mientras detenía la motocicleta.

El vigía también se detuvo al momento de ver que nosotros lo hacíamos, y se mantuvo a una distancia relativamente lejos.

Ya habiéndose bajado de la motocicleta, el sujeto se posicionó en medio de la carrera, y extendió su brazo hacia el vigía para luego cerrar su mano como si estuviera sosteniendo algo en ella, después de unos segundos abrió su mano y en esta se encontraba un objeto que parecía ser metálico.

—¿Qué?…¿Qué hiciste?— pregunté con sorpresa.

—Solo extraje lo que le daba energía al vigía.

Segundos después se escuchó como algo cayó desde un lugar muy alto, solo para ver en la carretera al vigía completamente destruido.

—Así que esto le daba energía al vigía.— dije mientras veía el objeto metálico en la mano del motociclista.

—No, esto simplemente protege a lo que esta dentro.

Y luego de decir eso, destruyó con su mano aquel objeto metálico, mostrándose un objeto brillante entre todos esos pedazos de metal destruido. Cuando el motociclista quitó todos los pedazos de metal de encima, se pudo apreciar alguna especie de piedra translúcida de color amarillo.

—Esta es la verdadera fuente de energía.

—Y… ¿Qué es?

—Algunos lo conocen como Catalizador K, pero oficialmente tiene el nombre de Akarium.

—¿Akarium? Hum… Nunca había escuchado de el.

—Bueno…

Antes de que pudieramos decir otra palabra, un sonido de pisadas llamo nuestra atención, pero no eran las pisas que una persona provocaría, estas se parecían más a algo metálico golpeando el suelo de forma brusca.

Cuando nos giramos para ver que producía aquel ruido, vimos una figura humanoide a lo lejos, por lo menos a diez metros de distancia de nosotros. Pero aquella cosa no era un humano, estando compuesto por acero en su totalidad, cosa que provocaba sonidos metálicos cada vez que movía una de sus extremidades. Además, tenía dos pequeños orificios en lo que sería su rostro, orificios de los cuales desprendían una luz violeta, y en su pecho se encontraba otro, pero este era más grande que los dos anteriores.

—Un cazador.— exclamó el motociclista con seriedad.

Esta vez si sabía de que estaba hablando el sujeto, pues se trataba de un cazador, robots utilizados para dar caza a los anómalos más peligrosos, siendo un recurso que se utiliza antes de que sean enviados los agentes de rango uno de los que dispone la DCA.

—Atención. Les habla el cazador A-105 del Departamento de Control de Anómalos. Este es el primer y último aviso que se les dará, si no hacen lo que se les solicita, serán considerados una amenaza y serán eliminados. Deben dejar cualquier arma que porten en el suelo y acercarla hacia el cazador, después ponerse de rodillas y colocar sus manos en la parte trasera de sus cabezas. Si hacen todo lo anterior, se les garantiza que su integridad no será dañada.

—¿Q-Qué hacemos?— pregunté con miedo.

Cuando miré el rostro del motociclista buscando respuesta a mi pregunta, este se encontraba sonriendo por la situación.

—Espera aquí… Yo me voy a encargar de ese pedazo de chatarra andante.— exclamó mientras se tronaba los dedos de la mano.

Utilizando su salto espacial se acercó al cazador y le dirigió un golpe a su pecho, pero este fue detenido por la mano izquierda del robot, sacando este una cuchilla de su mano derecha para intentar cortar al motociclista, sin tener mucho éxito en su intento, porque el motociclista dió otro salto espacial antes de que fuera herido por el cazador.

—Eso estuvo cerca.

Y tras haber dicho eso, realizó otro salto espacial, desapareciendo así de la vista del cazador y de la mía.

«¿A dónde se fue?» Me preguntaba en mi mente mientras lo buscaba en todas direcciones.

Apareciendo en el cielo, justo encima del cazador y preparando su puño para darle en la parte superior de la cabeza del robot. Pero el robot también se dió cuenta de donde estaba el motociclista, y logró esquivar el ataque. En el lugar del impacto se hizo un pequeño cráter por el ataque del motociclista.

Después de eso, hubo unos cuantos segundos en el que los dos se miraron detenidamente.

El motociclista volvió a desaparecer por tercera vez, pero esta vez fue más fácil encontrarlo, pues solo había dado un salto espacial para quedar detrás del robot e intentar darle un golpe, pero en esta ocasión si lo había conseguido. Sin embargo, apenas pudo mover al cazador de su lugar, y desapareció para aparecer a mi lado.

—Será más difícil de lo esperado.— exclamó el motociclista.

—¿Ahora qué?

—Si sigo haciendo lo mismo, terminaré cansado y moriremos.— exclamó con seriedad.

—…

Yo simplemente me mantuve en silencio ante sus palabras para después verlo.

—Tendre que usar esto.— dijo mientras sacaba de su bolsillo el Akarium que le quitó al vigía.

—¿Qué piensas hacer con eso?

Él simplemente río y realizó un salto espacial.

«¿Qué estará pensando hacer?»

El motociclista volvió a aparecer detrás del cazador, pero en esta ocasión no lo tomo por sorpresa, siendo recibido por un golpe y lanzado a dos metros de distancia.

—¡Ey!, ¡¿Estás bien?!

—¡Sí!— respondió mientras se levantaba del suelo. —Bien, vamos otra vez.— dijo para si mismo.

Durante varios minutos la pelea se trató de esquivar y lanzar golpes por parte de ambos, siendo mayormente bloqueados por los dos.

El motociclista trato de realizar otro movimiento en el que pudiera agarrar desprevenido al robot, pero esto no funcionó, ya que los movimientos del cazador fueron más rápidos, y provocando que

el motociclista perdiera el equilibrio. El cazador aprovecho ese momento para lanzar un rayo violeta desde el orificio que estaba ubicado en su pecho, dandole de lleno al motociclista y enviándolo contra un edificio. Yo solo me quedé en silencio al ver tal escena.

Después de eso traté de ver si el motociclista estaba bien, pero el cazador se interpuso en medio de mi camino. Teniendo al cazador a solo un par de metros de mí, pude observar lo alto que era este, llegando a medir unos dos metros de altura.

—Hum… ¿Hola?

El cazador se quedó inmóvil por unos segundos, pero poco tiempo después alzo su brazo en el que se encontraba su cuchilla, y luego de unos segundos lo bajo con gran velocidad contra mí.

—¡Noo!, ¡Espera!— exclamé mientras ponía mis manos delante de mí y cerraba los ojos.

Y durante los segundos siguientes esperé el dolor del corte que me produciría la cuchilla del robot, pero eso nunca sucedió, nunca hubo tal dolor, y cuando abrí los ojos ví una barrera que me protegió del ataque del cazador.

—¿Y esto?— dije sorprendido.

—¡Bien hecho, amigo!

Y ahí estaba el motociclista, saliendo del agujero que formó cuando impacto su cuerpo contra la pared del edificio.

—¡Has formado un buen escudo!

—¡¿En serio?!

—¡Bueno… Detuviste el ataque de un cazador!

Y desapareció de aquel agujero que formó para aparecer a mi lado.

—¿Y ahora qué?

—Ya está listo el Akarium.— dijo mientras me mostraba aquella piedra.

—¿Y qué se supone que harás con eso?

—Tú observa.

Después de eso, usó su salto espacial para aparecer a un lado del robot, y esquivando un ataque del cazador, pudo lanzar la piedra dentro del orificio que tenía el cazador en el pecho. Volviendo a regresar a mi lado después de eso.

—Espero que tu escudo resista esto.

—¿De qué hablas?

El solo formó una sonrisa en su rostro y procedió a observar al robot, a lo que yo realice lo mismo y dirigí mi vista al cazador.

El robot se había detenido por completo y el silencio perduró por un instante en todo el lugar. Y tras pasar cuantos segundos el cazador explotó, saliendo varias de sus partes volando en todas las direcciones. La explosión fue tan fuerte que produjo grietas en mi escudo, algo que ni el cazador pudo lograr.

—Que buena explosión.— exclamó el motociclista.

—Sí… fue sorprendente.— dije ratificando las palabras del motociclista.

Entonces, mi escudo se destruyó en cientos de pedazos después de algunos minutos.

—Bien, hay que irnos ya, puede que vengan más de esas latas… Y ya estoy muy exhausto como para pelear contra otro de estos.

Solo asentí a sus palabras para después acercarnos a la motocicleta, que por pura suerte no terminó destruida durante la pelea.

—Sabés… Casi morimos y aún no se tu nombre.

—Hum… Kevin.

—Lian.— dije mientras le extendía mi mano.

Siendo recibida por Kevin.

—Entonces, en marcha.

Luego de haber derrotado al cazador y habernos presentado, partimos del lugar para seguir nuestro camino.