Un mundo fantástico, lleno de seres que jamás creíste poder ver, a excepción de los libros, las películas y relatos. Ahora has llegado a este sitio, donde no solo puedes verlos, tocarlos y hablar con ellos, sino que estás dentro del cuerpo de uno de ellos.
Mi nombre es Dagny y está es mi historia. Entré al cuerpo de un ser místico y mágico, nunca entendí por qué, pero no pude tener mejor suerte que esta, al amar todo tipo de historias de fantasía, intentaré vivir bien y vivir feliz.
¿Podré hacerlo?, ¿Tendré dificultades como en el pasado?, ¿Deberé cambiar mi forma de ser para que me acepten?
Sigue mi historia y entérate del final.
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Te amo.
La cargó en brazos y fueron directo a la habitación. Al pasar por la puerta, las prendas de ropa, dejaron de ser necesarias, estorbaban para lo que tenían pensado hacer.
Una mujer tomada del cuello de su esposo, mientras que él la tomaba de la cintura, sin dejar de disfrutar de aquellos labios y lengua, avanzaron hasta llegar a la cama. Se recostó despacio y él le seguía el ritmo de manera perfecta, bajó a su cuello, dejando pequeñas mordidas sobre éste, continúo bajando y llegó a los pechos, donde con una mano comenzó el amase de uno y el otro era atendido por la boca y lengua del esposo.
La mujer estaba extasiada por tantas atenciones y no era difícil que comenzara a humedecer aquella zona íntima. Pronto se dieron cuenta de ello y el hombre fue directamente hasta la entrada de aquel lugar, abriéndose paso de una sola estocada, terminó por darle aún más placer a su esposa, haciendo que se removiera en la cama, para poder disfrutar cada una de las estocadas de su esposo, arqueaba la espalda de manera que aquellas estocadas, llegaran más profundo. Continuaron con lo que estaban, en diferentes posiciones, ella arriba de él, con las piernas sobre los hombros, o sobre un hombro solamente, ella boca abajo y el por detrás, hasta que al final se rindieron y no continuaron más, las veces que llegaron al clímax fueron incontables, disfrutaron muchísimo y no se dieron cuenta del tiempo que había pasado.
—Debo volver, estarán queriendo venir a buscarnos— se quejó
—Cumpliré mi castigo, aunque no me arrepiento de nada, sabes que te amo y por eso lo hice—
—Entiendo que me quieras proteger, pero el hacer este tipo de cosas, solo me hace pensar que en el fondo de tu corazón, no me crees capaz de defenderme por mi cuenta, sabes que no debes exponerte y utilizar tu don, no quiero que nadie sepa siquiera que existe, querrían utilizarte para su beneficio y eso si me haría derramar todas las lagrimas que hasta ahora no he derramado—
Sentada en la orilla de la cama, con su esposo detrás de ella, tomó sus brazos e hizo que la abrazara tiernamente.
—Fue la última vez, prometo no volver a hacerte sentir de esa manera— enterró su barbilla en el cuello de su esposa
Una pareja más que enamorada, viviendo tanto tiempo juntos, compartiendo no solo una vida, sino más bien una trayectoria de vivencias más buenas que malas, apoyándose mutuamente y afrontando cada adversidad que se les presentaba, no era fácil romper ese vínculo, por esa razón, el castigo dado al rey, solo era una tarea para traer algo que la reina necesitaba cada cierto tiempo, para un tratamiento de fertilidad, pues después de un inesperado accidente, le dijeron que jamás podría tener un hijo de nuevo.
—Vuelve pronto, te estaré esperando. Lo intentaremos nuevamente— dejó un beso en la mejilla de su esposo y se fue del lugar.
—Madame Kari, ¿ese que va allí, es el rey?— Dagny había visto salir a un dragón volando desde una terraza, tenía curiosidad de saber.
—Así es alteza, ese es su majestad y sobre él, va la reina, son cosas que hacen comúnmente, son una pareja de enamorados y se dan sus escapadas de vez en cuando—
—Ya veo, ojalá yo hubiera sido tan afectuosa como ellos, no le di la importancia que merecía a Nolan— suspiró amargamente, así que ni cuenta se dio de la cara sorpresiva que puso la doncella que estaba junto a ella.
¿De quién estaba hablando la princesa?, ¿acaso existe un hombre que ella ame?, ¿le podría ser infiel al príncipe cuando se vuelva su esposa?. Un sinfín de preguntas se le vinieron a la mente y Dagny no lo notó.
—¿Sabe dónde está su alteza?, realmente quiero conocerlo—
—Fue castigado por la reina, por lo que sigue encerrado en su habitación, de hecho pronto le llevarán su almuerzo—
—¿Puedo llevarlo yo?, quisiera saludarlo si es posible—
Así, Dagny caminaba rumbo a la habitación del príncipe, pero en su camino se encontró con alguien que no esperaba.
—La saludo princesa, mi nombre es Opal Darson, segunda concubina de su alteza— hizo una reverencia ante Dagny, algo que la sorprendió, tratándose de una mujer que supuestamente no la quería ahí.
—Es un placer, soy Dagny Devier, princesa del reino élfico— correspondió a la reverencia. —Disculpe el atrevimiento, pero creí que usted también me quería fuera del castillo, ¿estoy equivocada?— darle vueltas a un asunto, no era lo suyo, así que prefería ser directa.
—Es cierto que me molestó cuando supe que una extraña ocuparía el puesto de reina, pero no puedo ir en contra de las decisiones de la reina, ella es sabia y justa, jamás haría algo que nos pudiera perjudicar, así que acepto su decisión porque la respeto por sobretodo.—
Las palabras de aquella mujer pelirroja, eran honestas, además no le importaba mucho el tener que lidiar con alguien más, si ya tenía a sus dos compañeras, que también eran concubinas.
—Me alegro, realmente no espero que seamos amigas, pero si me gustaría que podamos llevarnos bien y no tener problemas—
—Así será alteza, no me interpondré en su camino y espero haga lo mismo—
—Tenga eso por seguro, solo me dedicaré a lo que me corresponde, nada más—
La conversación fue amena, a pesar de haber cierta tensión en el aire. Dagny no quería ni un poco al príncipe, ni siquiera lo conocía, por el contrario, quizás la concubina Opal, si lo querría o incluso se pudo haber llegado a enamorar de aquel hombre, entonces si que debería existir tensión entre ambas partes.
Dagny continúo su camino, después de despedirse de la concubina, no quería que la comida se enfriara y que por ello el príncipe se quedara sin comer.