Reon Y El Mundo Fantástico

El camino que se extendía ante Reon y Lysandra los llevaba hacia el Bosque de los Susurros, un lugar envuelto en misterio y magia. A medida que se adentraban en el bosque, la luz del sol se filtraba a través de las copas de los árboles, creando un juego de sombras y luces que parecían danzar al ritmo de una melodía inaudible. El aire estaba impregnado de una fragancia dulce y fresca, pero también había algo más, una sensación de vigilancia, como si el bosque mismo estuviera observándolos.

Lysandra caminaba con la tranquilidad de alguien que conocía bien el lugar, pero Reon no podía evitar sentirse inquieto. Cada vez que pisaba una rama o una hoja crujiente, sentía como si algo o alguien estuviera reaccionando a sus movimientos. Pronto se dio cuenta de que no era simplemente su imaginación; el bosque tenía una vida propia, y parecía estar comunicándose con ellos, aunque de manera sutil.

"Este bosque es diferente a cualquier otro que hayas encontrado," dijo Lysandra en voz baja, deteniéndose junto a un árbol de corteza plateada. "Es un lugar donde el tiempo y el espacio se entrelazan, y donde los secretos más profundos de Elaria se esconden. Pero también es un lugar peligroso para aquellos que no respetan su poder."

Reon asintió, tratando de mantener la calma mientras sus sentidos se agudizaban. Sabía que el Bosque de los Susurros no era un simple bosque; era un lugar donde la magia fluía libremente, donde los pensamientos podían hacerse realidad y donde las voces del pasado y del futuro se mezclaban en un susurro constante.

A medida que avanzaban, comenzaron a escuchar esos susurros. Eran voces indistintas, fragmentos de conversaciones, risas apagadas, y palabras que se perdían en el aire antes de ser comprendidas. Reon intentó concentrarse en las voces, pero cuanto más lo hacía, más difícil le resultaba entender lo que decían. Era como si el bosque estuviera probando su mente, tentando su curiosidad, pero también jugando con su percepción.

"Ten cuidado con lo que escuchas aquí," advirtió Lysandra, notando la concentración de Reon. "El bosque puede ser engañoso. No todo lo que oyes es real, y no todo lo que es real debe ser oído."

Reon tomó sus palabras en serio y decidió enfocarse en el camino, aunque no podía evitar sentir una atracción hacia los susurros que parecían llamarlo por su nombre. Cuanto más se adentraban en el bosque, más intensos se volvían los susurros, hasta que finalmente llegaron a un claro donde los árboles formaban un círculo perfecto alrededor de un pequeño lago.

El lago no era como los otros que Reon había visto. Su superficie era tan clara que reflejaba el cielo y los árboles con una perfección inquietante, como si fuera un espejo líquido. Sin embargo, había algo en el agua que parecía estar vivo, como si corrientes invisibles estuvieran moviéndose justo debajo de la superficie.

Lysandra se acercó al borde del lago y se arrodilló, colocando sus manos sobre el agua. Los susurros que habían estado rodeándolos se intensificaron, volviéndose más claros, aunque aún fragmentados. Reon se dio cuenta de que las voces venían del lago, y cuando miró su reflejo, vio algo que lo dejó sin aliento.

En la superficie del agua, vio no solo su reflejo, sino también visiones del pasado y del futuro. Vio a su madre, a la que había dejado atrás, llorando sola en la pequeña cabaña que llamaban hogar. Vio a sí mismo, más joven, luchando por sobrevivir en un mundo que lo rechazaba. Y luego, vio algo más: un futuro donde caminaba por Elaria, acompañado por figuras que no reconocía pero que sentía profundamente conectadas a su destino.

"Este lago es un portal entre tiempos," explicó Lysandra, observando el agua con una mirada reflexiva. "Lo que ves aquí son fragmentos de lo que fue, lo que es, y lo que podría ser. Pero no te dejes engañar por las visiones; el futuro no está escrito en piedra. Solo muestra posibilidades."

Reon observó las imágenes en el agua con una mezcla de asombro y temor. Sabía que las visiones del lago podían ser tanto una bendición como una maldición, y decidió no concentrarse demasiado en ellas. En cambio, volvió su atención a Lysandra, quien parecía estar buscando algo en las profundidades del agua.

"¿Qué es lo que estás buscando?" preguntó Reon, sintiendo que había algo importante en juego.

Lysandra no respondió de inmediato. En cambio, extendió su mano hacia el agua y, con un gesto fluido, la sumergió en el lago. Por un momento, todo el bosque pareció contener la respiración, y luego, como si respondiera a su llamado, una luz suave comenzó a emanar del agua, iluminando todo el claro.

De las profundidades del lago, surgió un objeto que brillaba con una luz dorada. Era una llave antigua, hecha de un metal que Reon no reconocía, pero que parecía vibrar con una energía propia. Lysandra la tomó con cuidado, y cuando la sostuvo en su mano, los susurros del bosque se calmaron, como si la llave tuviera el poder de silenciar el misterio del lugar.

"Esta es la Llave de los Recuerdos," dijo Lysandra, sus ojos brillando con una emoción contenida. "Es un artefacto antiguo, uno de los más poderosos de Elaria. Con ella, podemos acceder a los secretos que el bosque guarda, y quizás, encontrar las respuestas que necesitamos para nuestro viaje."

Reon miró la llave con asombro. Sabía que su búsqueda en Elaria era mucho más grande de lo que había imaginado, pero ahora comenzaba a comprender la magnitud de la misión que tenía entre manos. La Llave de los Recuerdos era solo el comienzo, un fragmento de un poder mayor que podría cambiar el destino de todo el mundo.

"¿Qué hacemos ahora?" preguntó Reon, sintiendo la importancia del momento.

"Ahora," respondió Lysandra, guardando la llave con cuidado, "debemos encontrar el portal oculto en el corazón del bosque. Solo con la Llave de los Recuerdos podremos abrirlo y descubrir lo que se oculta más allá. Pero debemos estar preparados; el bosque no cederá sus secretos tan fácilmente."

Reon asintió, preparado para lo que viniera. Sabía que el Bosque de los Susurros era solo una parte de la prueba, y que lo que los esperaba más allá del portal podría ser aún más desafiante. Pero con la Llave de los Recuerdos en su poder, se sentía listo para enfrentar cualquier cosa.

Mientras avanzaban, los susurros del bosque comenzaron a cambiar, ya no eran solo fragmentos de voces, sino un coro de palabras que resonaban con una melodía antigua. Reon y Lysandra se adentraron más en el corazón del bosque, guiados por la luz de la llave, hacia un destino que estaba envuelto en el misterio y la magia de Elaria.