Emma y Ethan han sido inseparables desde que tienen memoria. Sus padres, amigos íntimos, los han visto crecer juntos, compartiendo risas, juegos y sueños. Sin embargo, al finalizar la secundaria, ambos sienten que la amistad ha evolucionado en algo más profundo, una atracción que ninguno se atreve a confesar por miedo a las posibles reacciones de sus familias.
Durante su segundo año de universidad, Emma, cansada de ocultar sus sentimientos, decide confesarle a Ethan lo que realmente siente. Con el corazón acelerado, se dirige al departamento de Ethan, solo para encontrarlo en compañía de una de las chicas más populares de su clase. Desconcertada y herida, Emma toma una decisión drástica: pide a sus padres que la envíen a estudiar al extranjero, con la esperanza de dejar atrás sus sentimientos no correspondidos.
Años después, Emma regresa y los sentimientos que creía olvidados también lo harán.
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El paso del tiempo
Xavier regresó poco después, cargando con las bebidas. Al entrar en la habitación de Ethan, vio a Claire en su regazo y a Ethan claramente fuera de sí por el alcohol.
-¿Qué demonios está pasando aquí?- gritó Xavier, enfurecido.
Claire se volvió hacia él con una sonrisa burlona.
-Solo estamos divirtiéndonos, Xavier. Relájate.- le dijo con descaro.
Xavier no dudó ni un segundo. Se acercó a ellos y, con firmeza, la quitó de encima de Ethan.
-Ya basta, Claire. Sal de aquí- dijo con voz dura.
Claire se levantó, frustrada.
-¿Qué te pasa? - preguntó llenándose de una indignación que en realidad no sentía- ¡Yo te dije que me gustan ambos!
-Sí, pero una cosa es que él esté en sus cabales- espetó Xavier señalando a su amigo que no estaba ni enterado de lo que estaba ocurriendo- y otra muy distinta que te aproveches de que está totalmente ebrio- agregó.
-¡Eres un aguafiestas, Xavier! - exclamó la muchacha con desdén, entonces él se dio cuenta que Claire estaba actuando así por gusto y no por estar ebria.
Así que, Xavier la llevó fuera de la habitación y la condujo hasta la salida del departamento.
-No vuelvas más por aquí- dijo Xavier, cerrando la puerta tras ella.
De regreso, encontró a Ethan sentado en la cama, con la cabeza entre las manos.
-¿ Estás bien, amigo?- preguntó Xavier, sentándose a su lado.
Ethan levantó la mirada, con los ojos llenos de confusión y culpa.
-No lo sé, Xav. Claire simplemente no me dejaba en paz, y de repente todo se oscureció- dijo, suspirando profundamente.
Xavier le dio una palmada en la espalda, tratando de confortarlo.
-No te preocupes, amigo. Claire no volverá a molestarnos- le dijo, ignorando que la actitud tan fresca de la muchacha había conseguido romper algo muy importante.
Esa noche, mientras Ethan se quedaba dormido, Xavier no pudo evitar pensar en la expresión de Claire. Sabía que tal vez tendrían que lidiar con las consecuencias, pero por ahora, lo más importante era asegurarse de que Ethan estuviera bien.
Al día siguiente, Ethan se despertó con un dolor de cabeza palpitante. Mientras se frotaba las sienes, notó que tenía varios mensajes en su teléfono. Uno de ellos era de Emma. Luego de leerlo vio la hora, notó que ya era muy tarde, así que la llamó y al no obtener respuesta de parte de la muchacha llamó a su tía Annia.
Así supo que ella se marchaba, y con urgencia salió rumbo al aeropuerto.
Fin del flashback.
-¿Puedes entender que nada fue tu culpa? - preguntó Xavier como por décima vez.
-No- respondió Ethan- no lo puedo entender por qué sí fue mi culpa.
-¡Que no, Ethan! - exclamó casi al borde de la exasperación su amigo.
-Si yo no me hubiera emborrachado así, habría leído el mensaje antes y habría ido a su encuentro - dijo el joven mesándose los cabellos- Y ella no se hubiera marchado.
-Eso no puedes saberlo- dijo su amigo, Ethan lo miro- Ella te vio en una situación muy comprometedora con Claire, y aunque intentaste explicarle no quiso oírte ¿sabes por qué?- indagó, él negó con un movimiento de su cabeza- Porque no quería hacerlo, porque su decisión ya estaba tomada.
-¡Pero, Xav!- exclamó el joven con las lágrimas al borde de los ojos- Yo necesitaba explicarle. Necesitaba decirle que no he podido sacarmela de la cabeza.
-Lo sé, amigo- murmuró Xavier acercándose a él para palmear su espalda en señal de apoyo y consuelo- Pero ya no puedes cambiar nada de eso, ahora solamente te queda esperar a que ella regrese.
Ethan asintió, sintiéndose derrotado y triste. Pero se dispuso a esperar a que Emma regresara para explicarle lo que no había ocurrido esa noche, y así pasaron los días, meses, en los cuales él siguió dedicándose a estudiar y a seguir esperando, luego pasó un año, durante el cual lo único que sabía de Emma era que estaba bien, que seguía estudiando, que en ese verano se reuniría con sus mejores amigas y su familia en Marsella, pero que no volvería aún.
Pasó otro año, el seguía estudiando. Pero sus esperanzas de que ella volviera, sus esperanzas de poder explicarle comenzaban a flaquear, al punto de que pese a los consejos de Xavier comenzó a salir a alguna que otra fiesta quedando muchas veces inconsciente por causa del alcohol. Y todas esas veces era Xavier, su mejor amigo quien lo llevaba de vuelta a su departamento y al día siguiente soportaba estoicamente sus malestares y su tristeza por la ausencia de Emma.
Un año más había pasado desde aquella fatídica noche, y aunque la vida había seguido su curso, para Ethan, el tiempo parecía haberse detenido en el momento en que vio a Emma partir. Había terminado su carrera universitaria con honores, algo que debería haberlo llenado de orgullo, pero cada logro, cada celebración, se sentía vacía sin ella a su lado.
Ethan se encontraba en su pequeño apartamento, mirando el diploma enmarcado que colgaba en la pared. Debería haberse sentido satisfecho, pero en su interior solo había un abismo de tristeza y arrepentimiento.
-Emma...- susurró para sí mismo, recordando su sonrisa, su voz, y la forma en que sus ojos verdes brillaban cuando estaban juntos.
Había intentado contactarla innumerables veces durante el último año, pero nunca obtuvo una respuesta. Ni una llamada, ni un mensaje. Nada. Emma había desaparecido de su vida sin dejar rastro, y eso le dolía más que cualquier insulto o reproche que pudiera haber recibido de ella.
Xavier había tratado de animarlo varias veces, llevándolo a fiestas y presentándole a chicas hermosas. Y aunque Ethan había tratado de seguir adelante, ninguna de esas mujeres lograba llenar el vacío que Emma había dejado.
Una noche, mientras salía de una fiesta con una chica llamada Rachel, se dio cuenta de lo inútil que eran sus esfuerzos. Rachel era increíblemente atractiva, con una personalidad vibrante que atraía a todos a su alrededor. Pero a pesar de todo eso, Ethan no podía dejar de compararla con Emma.
-Ethan, ¿me estás escuchando?- preguntó Rachel, interrumpiendo sus pensamientos.
-Lo siento, Rachel. ¿Qué decías?- respondió Ethan, tratando de concentrarse.
La muchacha lo miró con una mezcla de frustración y tristeza.
-Ethan, has estado distante toda la noche. ¿Realmente quieres estar aquí conmigo?- preguntó, cruzando los brazos.
Ethan suspiró, sabiendo que no podía seguir engañándose a sí mismo ni a las mujeres que intentaban acercarse a él.
- Lo siento, Rachel. Eres increíble, pero...- comenzó a decir, buscando las palabras correctas.
-Pero aún estás enamorado de ella, ¿verdad?- dijo Rachel, completando su pensamiento.
Ethan asintió, sintiéndose culpable.
-Sí. No puedo dejar de pensar en Emma.- admitió, sintiendo una punzada de dolor en su corazón.
Rachel sonrió con tristeza y le dio una palmadita en el brazo.
-Entonces ve y lucha por ella, Ethan. No puedes vivir en el pasado para siempre- dijo, dándole un beso en la mejilla antes de alejarse.
Las palabras de Rachel resonaron en la mente de Ethan mientras caminaba de regreso a su apartamento. Sabía que tenía razón, pero no era tan simple. Emma no solo se había alejado físicamente, sino que también parecía haber borrado cualquier rastro de él de su vida.
Intentó ocupar su mente con trabajo, sumergiéndose en proyectos y aceptando cualquier oportunidad que se presentara. Se convirtió en un joven profesional exitoso, pero a pesar de todo su éxito, su corazón seguía anclado al recuerdo de Emma.
Cada mujer que conocía solo le recordaba cuánto extrañaba a Emma. Su risa, su inteligencia, la manera en que lo miraba cuando pensaba que nadie más lo hacía. Había intentado de todo para olvidarla, pero nada funcionaba.
Las noches eran las peores. Se quedaba despierto, mirando el techo, recordando cada momento que había compartido con Emma. Desde su infancia hasta esa última noche en que todo se había desmoronado. Había noches en las que la soledad se volvía insoportable, y aunque estaba rodeado de amigos y admiradores, nada podía llenar el vacío que Emma había dejado.
Finalmente, un día mientras caminaba por el parque, Ethan tomó una decisión. No podía seguir así, no podía dejar que el pasado controlara su vida. Tenía que hacer algo, tenía que encontrar una manera de seguir adelante, pero también sabía que necesitaba cerrar ese capítulo de su vida.
-Emma, si estás escuchando, por favor...- murmuró al viento, esperando que de alguna manera, su mensaje llegara a ella.
Que Dios te siga bendiciendo, para disfrutar de los frutos de tu enorme talento. Sinceramente :Felicitaciones y muchas muchas gracias!!!