LAZOS DE SANGRE

Después de saber que ambas estarían bien pudo soltar todo el aire que había retenido por la preocupación por su esposa y su hija, fue a ver a la pequeña que estaba conectada a varios equipos, pero con muchas esperanzas de sobre vivir, eso lo dejaba tranquilo, sabía que si perdía otro bebé su esposa se pondría mal y era lo que menos quería. Su hija era tan pequeña que no pudo ser alimentada por su madre hasta después de 2º mes, ya que tenía una boca tan pequeña que tuvieron que estar usando una jeringa al inicio y después su padre le compro un biberón para muñecas, el cual se adaptó muy bien a su pequeña boca.

Irina iba diario al hospital a alimentar a su bebé, sacaba su leche y la colocaba en los mini biberones, así estuvo durante 3 meses, del hospital a su casa y de su casa al hospital, hasta que la pequeña logro ser dada de alta, a partir de ese momento se convirtió en una madre sobreprotectora, no quería que tuviera su hija riesgo alguno, quería protegerla hasta del aire.

Maya creció siendo privilegiada no solo en lo económico, sino en cuidados y atención de su madre, ya que, al dedicarse a velar por ella, empezó a descuidar a sus hijos mayores al saberlos capaces de hacer muchas cosas por ellos mismos y al tener gente a su lado para cuidarlos, grave error, ya que eso causo división entre sus hijos, creando envidia y coraje de Susan y Alfonso hacía Maya, aunque frente a ella no lo mostraran o ella se negará a verlo.

Cuando Maya creció su padre quiso hacer ver a su esposa que ya no debía cuidarla tanto, que la iba a mal criar, pero su madre le exigió a su esposo que no se metiera en su forma de criarla, porque ella es la que había dado a luz a sus hijos y sufrido muchas cosas para poder llegar al final su embarazo, cuando le sugirió estudiar algo que fuera compatible con el manejo de su empresa su esposa se enojó y le dijo que la dejará estudiar lo que ella quisiera. Así fue como Maya empezó a estudiar su carrera en diseño de modas, pero nunca se imaginó que terminar su carrera sería muy difícil.

De los 4 años de estudios llevaba 4 semestres, iba a iniciando su 5º semestre de los 8 que abarcaba su carrera, estaba feliz; ella y Jimena su compañera de clase, daban lo mejor para ser de las mejores, a pesar de ser malcriada por su madre, era una hija noble, estudiosa, Irina le había enseñado a no ser orgullosa ni ostentosa, al ver cómo era feliz Jimena aun con sus limitaciones, hacía que la admirará y quisiera ser un poco como ella, además que le gustaba ver como sus padres y hermana  de Jimena le mostraban amor y como se apoyaban entre ellos, deseaba que sus hermanos fueran con ella, como la hermana de Jimena, pero por más que trataba de acercarse a ellos siguiendo los consejos de su amiga nunca lograba y terminaba quedando mal con sus hermanos.

Cada vez que podía, al salir de clases iba a casa de Jimena, la madre de Jimena la trataba como a sus hijas, la aconsejaba, compartían con ella sus comidas que al inicio se apenaban pensando que no eran comidas que fueran de su gusto por ser comidas sencillas, nada comparado con lo que comerían la gente de mejor nivel económico, pero a Maya le encantaba todo lo que compartían con ella, la madre de Jimena tenía una sazón para chuparse los dedos. El padre de Jimena siempre le decía que esa era su casa y era bienvenida cuando quisiera, por eso le gustaba estar con ellos.

Un día al salir de la casa de su amiga, iba feliz, ese día habían partido un pastel que ella había comprado para festejar el cumpleaños de la mamá de Jimena, habían pasado una tarde muy divertida y amena, llego a su casa sin imaginar lo que la esperaba. Al entrar escucho a sus padres gritando en el despacho, nunca había visto una escena como esa, su padre amaba a su madre y nunca le había gritado, pero ese día se escuchaban muy alterados los dos, estaba debatiéndose entre ir a ver qué pasaba o irse a su cuarto y no meterse en los asuntos de ellos, que tal vez no tenía que opinar hasta que escucho su nombre.

Ya te dije que no voy a permitir que le destruyas la vida a Maya, ella no va a hacerlo, decía Irina enojada.

Entiende que no tiene opción, siempre te he dejado que la consientas y la dejes hacer lo que quiera, pero eso se acabó, o lo hace o que se olvide de seguir teniendo lujos y de estudiar esa tontería que le permitiste, solo pierde su tiempo jugando a la costurera, ella debería estar estudiando algo que pueda aplicar en la empresa, decía Alfredo gritando.

Que no lo voy a permitir, ella no va a casarse con ese hombre, ella no va a ser feliz.

¿Papá, mamá?, dijo abriendo la puerta del despacho para asegurarse que había escuchado bien.

Qué bueno que llegas, necesito que te alistes y te pongas lo más presentable posible, porque hoy conocerás a tu futuro esposo.

¿QUÉ?, dijo sorprendida.

Saldremos a cenar con un nuevo socio, la única condición que me dio para cerrar el trato fue darle en casamiento a tu hermana, pero al estar comprometida ya con mi otro socio, tendrás que ser tú quien asuma el compromiso con él, dijo con firmeza y seriedad.

NO, yo no voy a casarme con un desconocido, no estoy de acuerdo papá, yo merezco conocer alguien que me ame y a quien ame para casarme, yo voy a elegir la persona con quien pasaré mi vida, no puedes casarme con un desconocido solo para cerrar un trato para tu conveniencia.

No te estoy pidiendo permiso, te he dejado hacer por años lo que has querido, pero eso se acabó, o aceptas o aceptas, no tienes otra opción, así que vez a cambiarte que estamos sobre tiempo.

Que no estoy de acuerdo y no… no pudo seguir ya que su padre le dio una cachetada que la hizo perder el equilibrio cayendo sentada en el suelo.

No me hagas llevarte a la fuerza.

Con todo el dolor en su corazón, Irina saco a su hija y la acompaño a su cuarto, le pidió que se arreglará y por ese día hiciera lo que su padre decía, que ella no le permitiría que la casaran a la fuerza, pero que por esa noche no le siguieran la contraria, nunca le había pegado a su hija, hasta Irina estaba sorprendida. Toda la familia se alisto para ir a cenar con el susodicho, al llegar, este ya se encontraba en la mesa, al verlos se levantó y no disimulo su mirada a Maya, a los demás ya los conocía, en un principio quiso desposar a Susan, pero al saber que estaba comprometida y tenía una hermana más chica, solo esperaba que fuera aunque fuera un poco parecida a esta chica, pero al ver a Maya estaba encantado, era más hermosa y con esa cara de inocencia quedo prendido de ella, definitivamente estaría feliz de casarse lo antes posible con ella.

Buenas noches, señor Dorantes, es un placer verlo nuevamente, le presentó a mi hija Maya… mi esposa Irina y a ellos ya los conoce, dijo señalando a cada miembro de su familia.

Buenas noches, por favor tomen asiento, así que tú eres Maya, la hija más chica de Alfredo, es un gusto por fin conocerte, dijo sin quitarle la vista de la cara.

Buenas noches, dijo Maya seria.

Pero siéntense por favor, vamos a hacer el pedido, aquí están los menús.

Y señorita Maya, tengo entendido que estudia diseño de moda.

Así es.

No veo la necesidad de estudiar, las mujeres son para que sean consentidas por su esposo, a menos que lo hagan por hobby, cuando me case lo que más deseo es darle a mi esposa lo que a ella le haga feliz, no tendrá necesidades, por lo que no necesitará trabajar, tengo dinero para vivir bien por 3 generaciones.

Continuará…

👍🏼

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