Cristina es una joven de 16 años, que se ve obligada a casarse, para cul.inar su profesión, ya que en el orfanato en donde ella vivía eran escasos los recursos para que la sigan apoyando.
Luego de contraer matrimonio, vive un calvario, que luego del divorcio su vida cambia.
¿Desean saber más de Cristina? síganme en mi nueva novela que espero que les guste.
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LUNA DE MIEL EN HAWAI (1)
****** NARRA DARÍO
No sé que hacer, llevamos quince días en esta bella playa de Hawái, hasta el momento no he tenido intimidad con ella, la amo con todo este enfermo corazón, pero no la quiero perjudicar, sé que en unos meses ya no estaré con ella, lo que deseo es que ella encuentre a un buen hombre, que la ame y sobre todo, que esté sano quien pueda pasar toda su vida llenándola de amor.
Hoy disfrutamos todo un día de paseos en yate, visitamos muchas islas paradisíacas, La veo sonreír feliz, eso también me llena de felicidad, escucho sonar mi pulsera de frecuencia cardíaca, sé que no me queda mucho tiempo, felizmente antes de venir puse en regla mi testamento, toda mi fortuna será para ella, Fausto y mi gran amigo Carlos, se quedarán a cargo de ella, la protegerán y la volverán a semejanza mía o sea implacable.
Hoy pasaremos la noche en la isla paradisíaca, que la compre a ella, todo estaba listo para habitarla, ella está feliz.
Llegamos a la cabaña, nos dirigimos a la habitación para luego ingresar al baño a bañarnos, ella ingresa primero a bañarse, luego de diez minutos la escucho gritar.
- ¡Darío, puedes venir por favor!
- Ingreso al baño muy rápido pensando que algo malo pasó. - ¡Que te paso mi reina!, siento que una mano me jala dentro de la ducha.
- Darío, ¿Me ayudas a jabonarme mi espalda? - ¡Por Dios! Cristina es una belleza de mujer la veo toda desnuda, es una Diosa mi amigo está erecto y reclama a su mujer, pero debo de controlarme cojo el jabón y empiezo a jabonar su espalda, puedo notar su tristeza en su rostro, mi corazón empieza a bombear muy rápido y a dolerme, necesito mis pastillas o me descompasaré, ya terminé de jabonarte ahora tú termina de bañarte, salgo muy rápido de la ducha.
Al salir del baño, me encuentro muy agitado, me acerco a la mesa de noche, abro el cajón y saco mis pastillas y me la tomo, estoy todo mojado, me quito mi ropa y me pongo mi bata de baño.
Me encuentro sentado en la cama, esperando que Cristina salga del baño, me viene a la mente el cuerpo desnudo de mi esposa, sé lo que quiere provocar en mí, no sabe cuánto la deseo, la amo con todo mi ser, pero sé qué pronto me iré, deseo que entregué su pureza al hombre que estará con ella para toda la vida y no a un moribundo que aquí a unos días ya no estará con ella.
- Ya terminé de bañarme Darío, puedes pasar. - Escucho decir a Cristina quien me saca de mis pensamientos.
Me dirijo al baño, luego ingreso a la ducha, en todo momento tengo la imagen de mi esposa desnuda, luego de bajar la calentura con un baño con agua fría, salgo ya puesto mi pijama para dormir, pero no veo por ningún lado a Cristina, eso me asusta salgo a la azotea y veo que en ese lugar también hay una especie de cama nupcial, al parecer Fausto lo preparó todo.
Cristina se encuentra sentada muy pensativa, pero al levantar la mirada para verme, sus ojos se encuentran hinchados de tanto llorar ¿te sucede algo, mi princesa?
- Darío ¿Tú me amas? - Me pregunta Cristina.
- Si, Cristina con todo mi corazón. - Le contesto sin dudar.
- Entonces porque no deseas hacer el amor conmigo, yo te amo y te deseo, llevamos más de quince días en la playa paradisíaca y tú ni siquiera me has tocado, acaso era como mi ex, que por tenerme asco no me tocó por el año que duró nuestro matrimonio.
- Eso sí me dolió, me comparo con la escoria de su exmarido, si se puede llamar así. - En primer lugar, no me compares con tu exmarido y en segundo lugar, no te tengo asco, te amo con todo mi ser. - Entonces porque no quieres hacer el amor conmigo, te amo mucho Darío y lo que más deseo es ser tuya mi amor.
- Escúchame bien Cristina y no me interrumpas., le digo para contar mi más dolorosa historia. - Está bien mi amor. - Me contesta ella, muy dolida.
* Yo tenía una pasión que era el futbol, lo practicaba desde muy pequeño, cuando cumplí once años estaba compitiendo con mi equipo en mi primer campeonato, estaba muy feliz y más cuando mis padres dejaron todo su asunto de negocios para irme a ver competir.
Ya estábamos a mitad del partido, cuando recibo un fuerte balonazo en mi pecho, fue tan fuerte el impacto que perdí el aliento y caí desmayado.
Cuando despierto, mis padres y mejores amigos estaban a mi lado, cuando les pregunto dónde me encontraba, mis padres contestan que me encontraba en el hospital, ahí pase una larga temporada, ya que sufría de constantes taquicardias, el médico me sugirió que tenía que dejar los deportes.
Así que fue pasando el tiempo, hasta que cumplí los quince años, ahí sufrí mi primer infarto. Fue por la impresión sufrida al enterarme de que mis padres habían sufrido un accidente aéreo dónde ambos murieron, ese momento fue muy doloroso, me tocó recuperarme pronto y afrontar y dirigir un imperio empresarial con tan solo casi dieciséis años, gracias a la ayuda de mis dos mejores amigos pude recuperarme.
Pasaron tres años, ya tenía casi diecinueve años, tenía una bella novia que la quería mucho, pero ella me traicionó con un cliente, le encontré manteniendo relaciones sexuales en el departamento que yo se la compre, eso me rompió el corazón, sufrí un nuevo infarto que debilitó más mi corazón, estuve en coma inducido por tres meses.
- Me acerco a ella, le cojo de las mejillas muy suavemente y le beso en los labios con todo el amor que tengo en mi corazón.- Cristina mi amor, tu eres lo más hermoso que me ha pasado en toda mi vida, te amo, pero no quiero lastimarte, deseo que tu pureza lo entregues al hombre que pasará toda una vida a tu lado y lo llegues amar.
Yo estoy condenado a muerte, no me queda mucho tiempo de vida, pero quiero que sepas que te amo con toda el alma y te seguiré amando después de la muerte.
- ¡No! ¡No! ¡Darío dime qué no es verdad! Porque Dios me quitas a mi gran amor, cuando recién lo encontré. - Cristina se derrumba y llora desconsoladamente me siento frustrado y no sé que hacer para consolarla, mi princesa apesta sufriendo, que no haría yo para cambiar las cosas y quedarme para toda la vida a su lado, pero la vida se me va, día a día.