Federico Belmonte, hijo menor de Brandon y Marisol; ha vivido solamente para trabajar y ser el tío soltero que malcría a los niños.
Sin embargo, todo eso cambia cuando accidentalmente lastima a una linda mujer de ojitos tristes, logrando por primera vez, despertar su interés en alguien y decide indagar en su vida; aunque no sabe si es por curiosidad o algo más profundo.
Ella, pocos minutos atrás, fue informada de una noticia que cambiará su vida para siempre y se siente muy mal para afrontarlo frente a su familia.
¿Qué será lo que la ha dejado así?
¿Será que el accidente fue orquestado por el destino para brindarles una oportunidad?
¿El médico más prestigioso de España podrá curar ese afligido corazón, o Alma levantará un muro que los separe, cerrándose a esa posibilidad?
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La tristeza de Alma
El doctor es un descarado, sinvergüenza, confianzudo, egocéntrico, hermoso, musculoso y aparentemente, pervertido, según lo que piensa Alma, pero no está muy lejos de la realidad.
Si bien él no tuvo intereses por las relaciones serías, no significa que no haya tenido aventuras de una noche, aunque fuesen muy pocas.
Sin embargo, ha llegado alguien que lo a puesto como un niño infantil queriendo llamar su atención y que solamente se dedique a él. Y sí, esa es su reciente paciente, justamente esa que está en la camilla, por la que está haciendo horas extras y se preocupará por cuidar.
Existen enfermeras que controlarán los signos de Alma o alguna cosa que desee, pero él irá a cada rato para pasar unos minutos, como excusa del cuidado que debe dar.
En cierto momento, ella se siente muy aburrida y aprovecha que una joven enfermera va a visitarla, por lo que le pide que le alcance su celular para llamar a sus padres.
Al tenerlo en la mano, empieza a pensar que tal vez no es buena idea, no sólo porque los preocuparía mucho, sino que insistirían en venir, robándole tiempo con su doc, pero por otro lado, ya ha demorado demasiado y si no les excusa su tardanza, serán capaces de enviar a la fuerza militar en su búsqueda.
Suspirando y sin muchas ganas, marca el número que se sabe de memoria para luego colocarlo en su oreja, esperando que no la reciba un drama...
📲-Alma, ¿por qué has tardado tanto?— cuestiona inmediatamente su madre, sin saludar.
📱-Estuve de compras y me encontré con una compañera— miente.
📲-¿Y? ¿Eso qué tiene que ver?— interrumpe la señora, bastante enojada—Es de noche, ven a casa que debemos cenar.
📱-No iré, mamá— responde apretando los labios al finalizar— Hemos decidido hacer pijamada junto a otras chicas. —vuelve a mentir y sabe que está mal, pero tiene que ser creíble porque ya ha pasado antes y no sospecharán. Aunque si llegasen a saber del pequeño accidente sin importancia podrían demandar a Federico, y por "obligarla" a quedarse internada, serían capaz de catalogarlo como secuestrador.
📲-Tienes que avisar con tiempo—reclama— Pero sé como son las niñas de hoy en día. No te preocupes —continúa—le diré a tu padre para que no cometa una tontería.
📱-Gracias— dice sinceramente, ya que esa "tontería" sería lo antes mencionado y Alma conoce como es la actitud protectora de su padre.
Si se demora más de dos horas en llegar a casa y no avisa a tiempo, las autoridades empieza a buscarla con un tipo de alerta internacional. Es bastante humillante y ya pasó dos veces en su adolescencia, hasta que aprendió la lección de vivir con su celular cargado, prendido y pendiente.
Es demasiado exagerado tomando en cuenta que a cualquiera se le puede apagar el celular, pero ella hace todo lo posible para que ese acontecimiento no suceda.
Madre e hija hablan un poco más, hasta que el terror llega a sus oídos...
📲-¿Qué te dijo el doctor?— cuestiona su madre seriamente.
📱¿CUÁL?— grita pensando que la ha descubierto.
📲El de Fertilidad— le responde— Y no me grites— le recuerda severamente.
📱¡Ah!— suspira con pesadez— El doctor me ha dicho que es casi imposible para mí poder tener hijos.
📲-¿Qué? ¿Por qué?— indaga la madre sinceramente triste.
📱-La cantidad y calidad de mis óvulos, como en todas las mujeres, disminuye con la edad, pero las mías, en particular, son el triple de problemáticos.
📲-Háblame claro. —dice sin entender.
📱- Mamá, si una mujer de treinta años tiene más de cien mil óvulos, por darte un ejemplo; yo solamente, dos. Entonces, con menor porcentaje, menor posibilidad. Con más edad, menor esperanza.— cuenta con lágrimas en los ojos.—Desde mi adolescencia te han dicho que el problema que existe con mi período, es irreparable, sin importar cuantos tratamientos haga.
📲-Entonces, ¿eso que significa?— presiona su madre.
📱‐Sencillo, en pocas y simples palabras, no puedo tener hijos. — responde borde— No esperes nietos.
📲-¿Qué pasará con la herencia de tu abuelo?— indaga en un tono acusador, recordándole que esa es su tristeza. El dinero que no ha podido tocar.
📱-Quedará para el Orfanato Milagritos— contesta sabiendo lo que sucederá.
El testamento era simple, el abuelo de Alma dejó escrito que solo serán acreedores si su nieta o bisnietos se integraban a la fuerza militar, ya sea terrenal, aeronáutica o marina. No importaba, pero si eso no pasaba, todo su dinero pasaría a un Orfanato que él mismo estuvo ayudando en sus años vivos; dejándoles a su familia, únicamente a su poder, la casa de dos pisos en la que viven y el auto Mercedes.
📲-¡ME NIEGO!— grita la madre de Alma—TE IRÁS A LA MILICIA.
📱-Soy tu hija, pero no tengo quince años para obedecerte— la tranquilidad que la paciente ahora mismo tiene, es absoluta, aunque su mirada y determinación dan miedo—Tengo el doble de edad y responsabilidad en mi trabajo.
📲-Eres solo una Guía Turística.—dice despectivamente.
📱-Con orgullo— contraataca—Te llamé para informarte mi paradero, nada más. ¡Qué pase buena noche, señora!— agrega con sarcasmo y corta la comunicación, sin darle oportunidad a más problemas.
Siempre fueron así, ambos padres la han querido enlistar año tras año, pero Alma siempre conseguía una manera de librarse.
Había dedicado su vida a la Historia y Geografía de cada país, conociendo sus lugares turísticos, costumbres e idiomas, por lo que no solamente ha trabajado dirigiendo un grupo de personas en España, sino también en países aledaños.
Sí, trabaja para una agencia, tiene un jefe y no es dueña de nada, pero así es feliz.
Y sobre la cláusula del testamento, es una idiotez que ha tratado de mostrarles a sus padres día a día. Por más que ella no se una a la milicia y tenga un hijo; ellos deberían esperar casi veinte años para que él ingrese obligado, siempre y cuando no sea una persona que defienda sus ideales, como ella misma. Sacando cuentas de las edades, si eso pasara, ella tendría más de 50 años, sus padres más de 70 y no cree que disfruten de nada. Además, jamás obligaría a sus hijos a hacer un trabajo que no deseen, así que sencillamente, tendrán que seguir siendo de estrato medianamente cómodos.