Alejandra, una chica que tuvo la mala suerte, de ser echada de su casa, por su propio padre. Por cancelar su boda, con su prometido un día antes, al encontrarlo con su amante.
Esa misma noche ella va a un club, donde se le pasan las copas y termina acostándose con un desconocido.
Años más tarde se convierte, en la mejor abogada de la ciudad. Sin que ella sospeche acude a una cita de trabajo, ella creé que se trata de un nuevo caso, donde es chantajeada, por un magnate multimillonario. Tendrá que tomar la decisión más difícil de su vida. Aceptar o perder todo, lo qué a logrado con su esfuerzo.
Acompañame en está nueva historia, a descubrir que pasa al rededor de la vida de está abogada y, como será el reencuentro con su pasado.
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Un chantaje inesperado.
Tiempo real /
Alejandra mira su reloj, son casi las cuatro de la tarde, saca su móvil hace una llamada. - Sí llegaré un poco más tarde, tengo una entrevista de trabajo muy importante. - Dicho eso Alejandra cuelga la llamada.
Sube a su auto y, se dirige a la empresa de Guillermo Rangel, sabe que está más que retrasada en su cita, pero así se arriesga a ir.
Sabe que es uno de los hombres más poderosos de la ciudad que con solo mover un solo dedo puede hacer que te quedes sin empleo.
Y lo a dejado plantado, pero con una buena disculpa puede solucionarlo. Sonríe muy segura de si misma, pues ella siempre consigue lo que quiere.
Cuando llega a la empresa pide verlo, a lo que la asistente del señor Rangel le dice. - El señor está ocupado en una reunión con sus hijos y, no la puede atender, señorita Maldonado. -
- Pero tengo una cita con él. -
- Si entiendo pero su cita, fue a la una de la tarde y, son más cuatro de la tarde. -
Alejandra le dice a la chica con una sonrisa. - Entonces dígale que Alejandra Maldonado está aquí. -
Ya le dije que no puede atenderle.
- Pues si no le avisa, subiré a su despacho. -
La asistente toma el teléfono y, le marca al señor al señor Rangel. - La señorita Maldonado está aquí y, pide verle. -
Guillermo solo le dice a su asistente. - Está bien que suba. - La chica solo queda viendo a Alex y después le dice. - Puedes subir, señorita Maldonado. -
- Gracias, que piso es. -
- Piso doce, a la izquierda primera puerta. -
- Ve como si me iba a tender. - Alejandra sonríe con satisfacción pues ella siempre consigue lo que se propone.
Camina con paso firme, llega hasta el ascensor donde tiene que esperar por algunos cuantos segundos, de pronto se abren las puertas del ascensor, donde salen tres chicos bien vestidos de trajes sumamente elegantes, dos de ellos sonrientes el otro muestra un rostro serio y sombrío.
Dos de ellos la quedan viendo y le sonríen, uno de ellos la saluda moviendo su mano, pero uno de ellos la ignora, pasa a su lado, como si no la hubiera visto, tiene un semblante serio, emana una energía de arrogancia, y prepotencia.
Alex solo los ve alejarse, después entra al ascensor presiona el botón que la llevará al piso doce, mientras sube en los espejos del ascensor, se acomoda un poco su traje, después acomoda sus cabellos.
Cuando el ascensor se detiene, se abren las puertas Alejandra sale, con paso firme camina por el amplió pasillo en busca del despacho del señor Rangel, sigue las indicaciones que la asistente le dijo.
Cuando está en frente de la puerta del despacho de Guillermo Rangel, toca y espera unos segundos hasta, que escucha la voz que le dice. - *Adelante.* -
Alejandra gira el pomo de la puerta, entrando con una sonrisa encantadora saluda. - "Buenas tarde señor Rangel, me disculpo, por llegar a está hora". Pero cuando recibí su mensaje, estaba en medio de un juicio. Que no podía perder. -
Guillermo la salida sonriente. - Entiendo señorita Maldonado, que siempre este muy ocupada. -
Guillermo le indica que tome asiento, Alejandra se sienta respondiendo. - Así es señor Rangel. Bueno y dígame, que es lo que puedo hacer por usted. -
Guillermo Rangel es hombre que le gusta ir directo y sin rodeos, así que saca de una de las gavetas de su escritorio unos documentos y, se los pasa Alejandra, está lo queda viendo sin entender. - Y esto que es señor Rangel. -
- Es un contrató, quiero que te cases con mi hijo Dylan. - Guillermo había sido demasiado directo, que hizo que Alejandra se quedara con la boca abierta.
Y con los ojos abiertos como plato, sin poder entender porque ese hombre le estaba pidiendo que se casara con su hijo.
-"¡¡Quee!!"- Con todo respeto señor Rangel, sabe usted lo que me esta pidiendo señor. -
Claro que si señorita Maldonado, que se case con mi hijo Dylan le vuelvo a repetir.
Alejandra se podía imaginar todo ese día, menos que el hombre más rico de la ciudad y, poderoso de todo Seattle, le pidiera que se casara con uno de sus hijos.
- Tranquila señorita Maldonado. - Sí en los tres años que este casada con mi hijo el no cambia. O se enamora de usted, simplemente se divorcian.
Alejandra se levanto de donde estaba sentada. - Sabe señor Rangel, me voy. Fue un error venir aquí, pensé que me quería para algún asunto importante de trabajo. -
- No para juegos absurdos. - Cuando estaba a punto de abrir la puerta para marcharse. - Guillermo le dice.
- Se por todo lo que has pasado, tu vida no a sido fácil. - Alejandra se queda helada al escuchar lo que Guillermo le acaba de decir.
- Que es lo que acaba de decir, señor Rangel. -
Lo que escuchaste, te voy a pagar muy bien, más de lo que ganas en todo un año en esa firma de abogados, sí son los mejores. Pero si tú te casas con mi hijo y, trabajas para él directamente aquí en la empresa, ganarás mucho más y, tendrás él respaldo de los Rangel, serás respetada en todos lados. Y tendrás mi ayuda en todo lo que se te ofrezca. *A la hora que sea.*
- No puedo creer lo que este hombre me está diciendo, estoy en shock. -
Después de unos segundos de estar en silencio le respondo. - No se, cuál sea el juego señor Rangel. Pero sinceramente, no me gusta, porque tengo que casarme con su hijo.
- Una cosa es trabajo, y otra es lo que usted me está pidiendo. -
Guillermo se reclina un su silla, jugando con una pluma en sus manos le dice. - Antes de que vinieras aquí, te mande a investigar. así que se todo sobre tú vida.
Y el porque llegaste aquí. Tu padre te corrió de tu casa, por ver cancelado tu boda aún par de días de llevarse acabo. Tu prima, la amante de Ferrer fue la que sé caso con él.
Pero no es gracias a él, que la empresa de tu padre este bien económicamente, como le ha hecho creer.
Todo este tiempo a tú padre. Sí no es, a que tú, llevaste a la empresa de tu padre aun socio nuevo.
Alejandra, sólo que quedó viendo a Guillermo sin decirle nada ese hombre sabe todo de su vida.
Solo faltaba que le dijera que tenía un hijo y, que sabia quien era el padre de su hijo, solo eso faltaba, así que le respondió.
- Y si me niego. -
Guillermo le responde a Alejandra con toda tranquilidad, hasta se podía decir con una sonrisa satisfactoria. - No pasa nada señorita Maldonado. Solo haré que la despidan de la firma de abogados para la que trabaja, y tenga por seguro que no conseguirá trabajo en ningún lado.