El Día Que Todo Cambió

3 horas después Karina despertó, vió a su alrededor y se dio cuenta de que estaba en el hospital. Estuvo en observación porque estaba muy débil y el médico le pregunto

si consumía alguna droga o si había bebido algo extraño a lo que Karina contestó que no, pero esa pregunta rondo en ella mucho tiempo.

Al anochecer volvió a su casa, junto a su familia pero no tenía ánimo para hablar porque se sentía vacía y traicionada… Y sin nada más que decir se metió en su cuarto sin salir en los próximos tres días, Edwin la fue a buscar todos cada día pero nadie habló con él, y Karina no salió a verlo por obvias razones, lo que menos quería era darle el gusto de verla en el estado en el que estaba actualmente.

—¿Oye Kari Puedo entrar?— Preguntó Louissa desde otro lado de la puerta.

Karina no quería ver a nadie pero sabía que su amiga no dejaría de insistir… Por otro lado sentía que debía desahogarse de alguna manera y sacar el nudo que tenía en su

corazón.

—Pasa Lou… —Dijo con voz desanimada

Ella entro y vió a Karina sentada en el suelo con su espalda recostada a la baranda de la cama abrazando sus piernas, las cortinas estaban abiertas y la luz era mínima, realmente le rompía el corazón ver a su amiga en ese estado, no le faltaban

ganas de buscar a Thanía y sacarle los ojos.

—Oye… ¿Quieres lloran en mi hombro? O ¿Vamos a buscar a Thanía y a la mosca muerta de tu ex les sacamos los ojos? – Dijo con la intención de hacer reír a Karina pero no funciono, ella solo estaba sumida en sus pensamientos.

Así que se acercó lentamente y se sentó a su lado en completo silencio, luego tomo la cabeza de su amiga y la coloco en su hombro. Karina al estar en esa posición no resistió mas y comenzó a llorar fuerte, sus lágrimas salían como un rio, se aferró a Lou

y lloro como si fuera una niña, en su mente solo pasaba una y otra vez ¿Porque?

¿Por qué a mí? ¿Qué hice para merecer esto?

Después de un rato el llanto de Karina ceso, prácticamente se había quedado sin lágrimas, el dolor en su corazón no disminuía pero no tenía fuerzas para llorar o maldecir, Solo quería huir y desaparecer.

—Lou, esto es patético, me siento la persona más tonta del mundo, no creí que fuera tan poca cosa para un hombre, quiero desaparecer… ¿Que voy a hacer ahora? Cuando vi a los de la universidad en la fiesta me di cuenta de que todos sabían que Edwin me era infiel, todos siempre me han creído una tonta e ingenua. ¿Enserio nadie

nunca me ha tomado enserio?—Decía sollozando.

—Ey ¿y yo que?... Si hubiera sabido lo idiota que era Edwin hace mucho lo había

desaparecido y enterrado. Y no pienses que nadie te toma enserio, sabes que para mí y para Thomas era la persona más agradable y generosa, eres hermosísima, además

tienes un corazón de oro. Es verdad que muchos no han sabido valorar eso, pero

creme cuando te digo que en su momento cada persona cosechara lo que ha sembrado y tu querida amiga recibirás una gran recompensa y muchos deberán pedirte

perdón. Te quiero mucho Kari, por favor se fuerte te lo pido.

Las palabras de Lou llenaron de consuelo a Karina, ella y Thomas eran sus únicos amigos reales, amigos que sí valía la pena conservar.

—Por cierto Kari… A donde te fuiste cuando desapareciste… Te busque por todos lados y no te encontré, además huiste sin nada y con el vestido de boda, pero regresaste con ropa nueva.

Cuando Karina la oyó las imágenes de esa noche llegaron a su mente, no tenía muy claro lo que había sucedido, pero si recordaba algunas cosas, lo que más odiaba era que no podía ver con claridad el rostro con el hombre que se acostó. Era realmente

frustrante, pero a la misma vez agradecía eso para no tener que volver a

toparse con él.

—Ammm yo… De eso te quería hablar también, no recuerdo muy bien lo que sucedió pero si estoy segura de que… Ajjj que vergüenza, es que hice una estupidez.

—¿Qué

hiciste? ¿Te me adelantaste y ya mataste a Edwin? Dijo graciosamente pero vió que Karina no se rió por se colocó seria—No me asustes ¿Qué sucedió?

—Recuerdo que cuando huí, corrí y corrí, en el camino bote los zapatos, y al final del cansancio vi una banca al lado de la carretera y me senté a descansar, enserio me sentía miserable, ni me di cuenta cuando llegue ahí. Después comenzó a llover a cantaros, no tenía ánimo para moverme, realmente solo quería vivir más y pasaron horas… Al rato me comencé a sentir muy mal, tenía frio y estaba temblando y de pronto alguien, o bueno un hombre me cubrió con su paragua y me coloco su abrigo, creo que me desmayé o algo porque cuando abrí los ojos estaba en su habitación…

Desde ahí recuerdo muy poco, pero si recuerdo muy bien que tenía un calor que

me sofocaba, es extraño porque se supone que tenía frio, pero de un momento a

otro sentía que no podía respirar y me empecé a desvestir… Además…

—Además que, ¿Qué paso? No me digas que él, que él te…

—No, él no me hizo eso, yo fui la que comencé, recuerdo que me quite la ropa, y me lance sobre él desesperada, no sé porque, pero enserio no me podía detener, no pensaba en nada, era como si mi cuerpo se moviera, solo. Al final… Sucedió de

todo. Y lo peor, es que no recuerdo como era él, tenía los ojos tan hinchados y

me sentía ida que no recuerdo su rostro.

—Ay amiga, tu-tu yo-yo no sé qué decir…. Osea no te culpo, pero ¡¿ESTÁS LOCA?!

Louissa no sabía cómo reaccionar. Sabía muy bien que su amiga siempre se había cuidado de no tener sexo hasta el matrimonio.

—Espera, espera… ¿Te dolió? Osea, ¿estás muy lastimada?

—Bueno… No te voy a mentir, si dolió y arto… Pero… Sé que lo disfrute bastante

—Dices que no recuerdas su rostro, pero sabes que era viejo o…

—No, sé que él es joven, tenía sus músculos marcados, y una piel suave, además era muy activo… También era alto, y… recuerdo sus ojos, eran de un color azul intenso…

No recuerdo nada más. Pero eso no importa, sé que no lo volveré a ver, lo que

me frustra es que mi primera vez fue así, sin valor alguno, conmigo casi inconsciente,

después de haber salido corriendo de mi propia boda, No sé qué voy a hacer, ¿Qué le diré a mis padres? Se van a decepcionar bastante. Ni siquiera yo pensé

que haría algo así.

—Te entiendo…Pero no lo pienses tanto, sé que tus padres lo entenderán. Y sobre qué hacer ahora, no lo sé muy bien…Solo dime ¿Crees que puedes empezar a dirigir la empresa de tu padre?

—No tengo cabeza para eso… Además, lo que dijo Edwin en parte es verdad, no soy buena para los negocios, sé que si empiezo a dirigirla seré un desastre, yo solo… Solo quiero desaparecer, irme al último rincón de la tierra y no volver jamás.

–Dijo sollozando.

—Ya, ya tranquila, ven aquí te abrazo… No es bueno que te vallas y no vuelvas, la que

cometió el error no fuiste tú, los que deberían avergonzarse son ellos, no tú.

Por otro lado entiendo porque quieres huir, pero que tal si mejor solo te vas un tiempo, te tomas unas vacaciones en un lugar nuevo lleno de paz y organizas tus ideas y piensas que harás mas adelante.

—Sí, quiero hacer eso… ¿Qué tal si me voy a otra ciudad?... Siempre he querido ir a Norwich, No esta tan lejos de aquí de Londres pero tampoco tan cerca. Además hay bastantes campos verdes que parecen sacados de un cuento de hadas.

—Es una buena idea, si quieres hacerlo ve.

—Bien… Pero, ¿y mis padres?

En ese momento sus padres entraron al cuarto

—Si sientes que ahí te estarás mejor, ve hija, tienes mi bendición—Dijo su padre que al parecer había husmeado junto a su esposa porque tenían señales de lágrimas en

sus rostros

—¿Papá, mamá que tanto escucharon?

—Lo necesario hija… —Dijo sonriendo, dándole paz a su hija.

—Gracias papi— Dijo Karina abrazando a su padre, y en tan solo un día ya estaba de

camino al tren que la llevaría con destino a Norwich.

—Iremos a verte en unos días hija—Dijo su madre quien lloraba al ver a su hija partir.

—Claro mamá, los veré entonces.

—Amiga, Thomas y yo iremos en una semana… Ya arreglamos todo, nadie sabrá donde vas a estar por este tiempo, además Thomas Hackeo y borró todo lo relacionado con la boda, es como si no hubiera sucedido… Tu solo, respira tranquila y arregla tu

vida con calma.

—Lo haré. Adiós,

los amo.