Andrew Quintana, es un hombre de treinta y cinco años. Guapo, alto de muy buen ver, pero sobre todo millonario, tiene una reputación impecable. Muy pocos conocen a lo que realmente sé dedica, detrás de esa figura intachable, se esconde un verdadero hombre despiadado sin el más mínimo sentimiento, los que realmente lo conocen saben de lo que es capas, de hacer cuando se meten con él.
En una persecución, tratando de atrapar a su peor enemigo, recatada a una chica que lo hará perder la cabeza, poniendo su vida y su casa patas para arriba.
Acompañame en está nueva historia, a descubrir de que es capas de hacer este hombre y quienes la chica que lo hará perder la cabeza.
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capítulo. 02. Un día tranquilo
Estoy terminado de vestirme cuando suena mi teléfono. Si Luis, que pasó.
Tienes que venir a la empresa, tenemos un problema.
De que se trata.
Tenemos problemas con uno de los terrenos que compramos.
Trata de arreglarlo. Eso me molesta cuando surgen esos problemas, porque normalmente es que el cliente quiere sacar provecho, pidiendo más de lo acordado.
Salgo de mi habitación, afuera está Amanda que al verme trata de darme una bofetada, le sujetó la mano y la estrello contra la pared, no me gusta que nadie se atreva a tocarme, que no pague con su vida.
No te atrevas a querer volver a tocarme, porque la próxima vez te cortaré la mano y se la daré a mis perros para que se la coman. Me entiendes.
La veo que está a punto de llorar, pero no me importa, ella sabía las condiciones a mí no me puede exigir nada.
Después salgo en compañía de mis hombres, pues nunca estoy solo. Nunca se sabe cuando el enemigo puede dar una sorpresa.
"Por otro lado muy lejos de ahí"/
Soy alondra, una chica pelirroja. Tengo veintitrés años, tengo buen cuerpo, un color de ojos impresionantes, "verde olivo" Lo único que no me gusta es que tengo algunas pecas en mi rostro.
Tengo una hermana "Itzel" Dos años menor que yo, ella es muy diferente a mí, dicen que no parecemos que seamos hermanas.
Mi madre una mujer dedicada todo el tiempo, al hogar a tiempo completo, al cuidado de la casa.
Vivimos a las a fuera del pueblo, porque mi padre tiene una pequeña finca, por así decirlo. Mi padre es agricultor. O más bien como muchos nos dicen campesinos porque mi padre sé dedica a las siembras, y pues como no tiene quien lo ayude en la cosecha, pues mi hermana y yo somos las que lo ayudamos.
Después todo lo que cosechamos lo llevamos al pueblo, donde tenemos un puesto de frutas y verduras en el mercado, todo lo que vendemos es cosechado por nosotras mismas. - Todo es fresco recién cortado -
Tenemos un carro, que esta creo que más viejo que yo, el condenado. A cada rato se descompone y nos anda dejando tiradas, así que la necesidad me llevó aprender un poco de mecánica, cuando eres pobre y tienes todo tipo de necesidades, pues no queda de otra, hay que aprender lo que sea.
Una mañana como todos los días, mi hermana y yo nos dirgiamos al pueblo para ir a vender nuestro productos como todos los días.
Fuimos emboscadas por unos hombres armados, para colmo el maldito carro viejo, se le ocurrió descomponerse y dejarnos tiradas. Mi hermana logró escapar, adentrándose en los montes, pero a mí me atraparon porque me caí. Y todo porque a mí esa mañana se me ocurrió ponerme zapatillas. "En mi vida vuelvo a usar tacones altos"
Fui secuestrada por esos hombre, vendida como si fuera animal en canal. Ahora estoy aquí en cerrada en estas cuatro paredes, no hay ventanas, solo una puerta que es la entrada y la salida.
Ya he intentado escaparme varias veces, haciéndome pasar por la enferma, pero me han atrapado, está última vez, me golpearon demasiado fuerte, y me pusieron unos fierros en los pies, que casi no me dejan caminar, porque ya me lastimaron.
No sé donde estoy, ni cuanto tiempo a pasado, solo escucho que entran y salen carros o camiones, gentes que hablan, pero no puedo entender lo que dicen por el ruido que hay.
Varias veces me han dejado todo el día sin comer, he bajado mucho de peso. Siento que ya no tengo más fuerzas para continuar viviendo.
Solo pido que ocurra un milagro, que me permita volver a ver a mis padres y saber de mi hermana si está bien. O también la secuestraron.
Cuando llegue a mi oficina, Luis estaba hablando con dos hombres los cuales habíamos hecho negocios con ellos, en la compra de unos terrenos.
Después de un rato de estar discutiendo con ellos. Porque querían que les pagará un poco más por los terrenos, como no me gusta estar discutiendo con ancianos, decidí pagarles un poco más de lo acordado.
Después me quede en mí oficina, tenía algún pendiente que atender. Cuando entro Luis.
Soy Luis Ortega, conozco a Andrew desde que éramos niños, crecimos juntos en el orfanato yo nunca fui adoptado, a Andrew si lo adoptaron cuando ya tenía como diez años.
Después de un tiempo una noche, él fue por mí, y me saco de ahí. Desde entonces estamos juntos.
Él es como mi hermano, bueno así lo veo yo, él es algo especial tiene mal carácter. Bueno como es él jefe. Pienso que a eso se debe. Siempre lo molesto que su mal carácter se debe a que nunca se ha enamorado.
Mi hermano ya ni te pregunte. ¿Cómo estás? Después de la pasada de copas que te diste anoche.
Solo lo veo de reojo y sigo revisando unos documentos. Mejor ni me preguntes todavía tengo dolor de cabeza, mas con esos viejos fastidiosos.
Pues como no, si bebiste como nunca. Solo Amanda que te aguanta.
De esa ni me hables, cada vez está más insoportable.
Solo veo que Luis sé comienza a reír. Ja ja ja. Te lo dije mi hermano cuando te enredaste con ella, pero no me hiciste caso.
Piensa que no sé que está conmigo por mi dinero, se ha creído tanto ese cuento de que ella es la mujer perfecta. Si lo es, pero para gastar mi dinero manos llenas.
Mira mi hermano, porque tu se lo permites. Si ya sientes que es un problema deberías de hablar con ella y sacarla de tú casa antes qué sea demasiado tarde. Y tú tienes la culpa, ¿por qué terminas con ella? y después vuelves con ella.
Que tal que un día encuentras al amor de tu vida. Cuando le dije Andrew así, solo me quedó viendo con odio el no cree en amor, ni que un día, encontrará a la sea el amor de su vida.
