Volví a la manada que tanto he odiado, estando dentro de esta manada me trae recuerdos de aquella noche, estuve apunto de morir y la única manera en la que podía sobrevivir era recibiendo tratamiento en el mundo humano, pero los miserables de los reyes trillizos alfas les habían negado a mis padres la opción de ir al mundo humano ya que el odio que le tienen los hombres lobos a los humanos es demasiado, el recuerdo de mis padres arrodillados pidiéndoles que los dejaran ir para poder salvarme no sale de cabeza, ellos le dieron la opción de que si se iban no podían volver a la manada y así fue como mis padres y yo terminamos siendo unos renegados prohibiéndonos la entrada a la manada Luna real. Y ahora después de ocho años les piden a mis padres volver ¿para que? Eso lo sabremos muy pronto
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Capítulo 15
Llegamos a la manada Jack estacionó la camioneta frente a la casa de la manada donde están mis padres y Luna Stela, bajamos de la camioneta y mis padres quedan algo confundidos cuando ven a Gissel pero rápidamente entienden la razón de ella estar aquí ya que el Beta Mike la pega a él, pero está se zafa y se acerca a mis padres dándoles un abrazo a cada uno a lo que ellos les corresponden.
—¡Oh! Mi niña que bueno tenerte aquí, ya veo que encontraste a tu compañero— dice mamá mirando a Mike.
—Jamás me imaginé estar destinada a un hombre lobo y lo mejor de todo es que no me volveré a quedar sola — dice Gissel.
—¡Oh! Lo sentimos mucho Gissel, no queríamos dejarte sola ya debes de saber la razón por la que no regresamos — dice papá.
—No se preocupen, Emma ya me lo contó — responde.
Después de saludar a mis padres entramos a la casa de la manada, mis compañeros intentaron acercarse de nuevo pero no se los permití Luna Stela subió a su habitación y creo entender el por qué, ya que Mike no se ha separado de Gissel mis padres también están bastante cerca y pues sus hijos aunque están lejos de mi no han dejado de mirarme, se habrá sentido mal por no tener a su compañero ya que al perderlo se va una parte de ti con él, pero ella se ha mantenido fuerte ya que tiene una responsabilidad como Luna creo que la razón por la que se emocionó tanto que sus hijos encontraran a su compañera es que podrá descansar y quitarse la carga de la manada de los hombros.
—Hija queremos decirte algo — me dice mamá acercándose a mi con papá.
—Si, ¿que pasa? — digo.
—Tu padre y yo hemos decidido volver a nuestra casa, hace mucho que no estamos allí — dice mamá.
—Entoces yo me iré con....— no termine la oración cuando una serie de gruñidos retumbó en la sala y mis compañeros me rodearon como ya es costumbre.
—Cariño, no puedes venir con nosotros este es ahora es tu hogar no puedes dejar a tus compañeros— dice papá.
—Entonces quédense ustedes aquí, ¿Por qué quieren dejarme sola? — digo con los brazos cruzados.
—Cariño, no es que queramos dejarte sola nosotros tenemos nuestras casa no tenemos por qué quedarnos aquí— dice papá — y además no quiero estar aquí cuando tengas que aparearte con tus compañeros eso sí que no — la vergüenza se apodera de mi con la insinuación de papá, mis mejillas se pones rojas al igual que mis orejas creo que parezco un tomate cosa que excita a mis compañeros que tratan de controlarse.
Papá entiende lo que está pasando— ves a esto me refiero no quiero estar presente en estos momentos, así que tú madre y yo estaremos en casa tú puedes ir a visitarnos cuando quieras y ustedes — se dirije a mis compañeros— cuiden de mi hija y controlecen delante de mi — mis compañeros asiente y permiten que papá me abrace y me dé un beso en la frente, mamá hace lo mismo y salen de la casa.
Yo aun esto avergonzada por lo que dijo papá, y mis compañeros lo saben alzo la mirada para verlos y debo decir que fue un gran error ya que sus mirada lujuriosas me excitan y ellos se dan cuenta cuando el olor de mi excitación llega a sus fosas nasales.
—Pequeña, deberías controlarte ya que con lo que estás haciendo no nos estás ayudando — dice Jack y su voz lo que hace es empeorar todo.
Ellos no soportan mucho tiempo y en menos de nada tengo mis piernas envueltas en la cintura de Jack y no se en que momento llegamos a su despacho Jack me deja encima de no sé qué ya que en lo único que estoy concentrada es en el tacto de mis compañeros.
Jack está mentido en medio de mis piernas, chupando un lado de mi cuello, Sam está detrás de mí besando mi nuca y Noah está haciendo lo mismo a un lado de mi cuello. Besan, chupan y muerden mi cuello a su antojo mientras yo me vuelvo un desastre de jadeos y gemidos.