*Hola debido a unos errores, los capítulos borrafos de la historia no se eliminan pero si quieren leer la historia pueden empezar desde donde dice "|1|" Gracias por el apoyo *
Katherine, una universitaria tranquila, se ve envuelta en una apasionada relación con Areu, un misterioso joven italiano con un carácter fuerte. Tras una noche intensa, sus vidas se entrelazan, pero Areu guarda oscuros secretos que podrían destruir lo que están comenzando a construir. Mientras la atracción entre ellos crece, él lucha por protegerla sin revelar su peligrosa verdad. ¿Podrá Katherine enamorarse de alguien cuya vida está llena de sombras?
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[Cita]
Luego de casi dos semanas conversando y conociéndonos con Areu, puedo decir lo mucho que me ha llegado a interesar. Es divertido cuando quiere serlo, pero mayormente es serio. Ya nos hemos visto de nuevo y ha sido maravilloso, cada cita, cada beso, roce o cualquier mínima cosa que hacemos me encanta.
El sonido del celular interrumpió el silencio de la habitación. Era un mensaje de Areu. "¿Hoy puedes salir? Tengo ganas de verte." No lo pensé demasiado antes de responderle. "Sí, después de clases." Simple, directo. Pero mientras escribía, sentía esa presión familiar en el pecho, como si algo grande estuviera a punto de pasar.
Me vestí rápido y salí hacia la universidad. En el camino, el pensamiento de verlo otra vez no me dejaba en paz. Me preguntaba si todo esto tenía algún sentido o si solo estaba dejándome llevar. Pero, ¿qué importaba? Me gustaba sentir esto. Me gustaba pensar en él.
Al llegar, Samay ya estaba en el aula, ocupando el lugar de siempre. Levantó la mirada apenas me vio y sonrió con complicidad.
—¿Y ese brillo en los ojos? —susurró mientras sacaba sus apuntes.
—Nada, —mentí, aunque no servía de mucho con ella.
—Areu, ¿verdad? —Me dio un codazo suave—. Te vas a enamorar, Kat.
No respondí. Solo me limité a sacar mis cosas mientras intentaba concentrarme en la clase. Pero la voz del profesor sobre estrategias de posicionamiento de marca se desvanecía en el fondo. Mi mente estaba en otro lado, repasando cada conversación que había tenido con Areu en estos días, cada mensaje, cada llamada nocturna que se alargaba más de lo que debería.
Cuando la clase terminó, Samay me miró con una ceja levantada.
—¿Vas a verlo?
Asentí. No hacía falta decir más. Ella solo sonrió, esa sonrisa que decía sé lo que estás haciendo, pero no voy a juzgarte.
Caminé hacia el lugar donde habíamos quedado, un pequeño café en el centro, discreto pero acogedor. Mientras me acercaba, lo vi a través de la ventana. Estaba sentado, mirando su celular, ajeno al bullicio a su alrededor. Me detuve un segundo antes de entrar, tomando aire.
Cuando abrí la puerta, él levantó la vista y nuestras miradas se cruzaron, igual que aquella noche. Su sonrisa fue inmediata, como si me hubiera estado esperando desde siempre.
—Hola, —dijo, con esa voz que ya conocía demasiado bien a través del teléfono y en persona, pero que en persona tenía otro peso.
Me senté frente a él, y por un momento solo nos miramos, sin necesidad de palabras. Afuera, el mundo seguía girando, pero dentro de ese café, solo estábamos nosotros.
– Al terminar aquí quiero llevarte a un lugar especial
– ¿Ah sí? ¿Y se puede saber donde?
– Pues sorpresa, pero te va a gustar, te lo aseguro.
– Está bien, pero ¿y si no me gusta? - lo desafío
– Es imposible que no, pero que sepas que si te llega a mínimo gustar, duermes en penthouse hoy.
– Veremos, veremos. - él solo se ríe mientras niega y yo lo imito