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En Los Brazos Del Don Cruel

En Los Brazos Del Don Cruel

Status: Terminada
Genre:Mafia / Amor-odio / Atracción entre enemigos / Completas
Popularitas:0
Nilai: 5
nombre de autor: Biah Santos

Klaus Glendson Cassano es el primogénito de la familia más temida de Manchester. CEO de una gran empresa y Don de una de las mafias más influyentes, es conocido por su frialdad, su inteligencia aguda y una brutalidad sin límites. Entre noches llenas de fiestas y una vida de poder absoluto, Klaus vive bajo la constante presión del consejo para cumplir un deber que insiste en postergar: el matrimonio.
Tras años evitando compromisos, el consejo decide intervenir y pone en riesgo su título como Don. Obligado a elegir una esposa entre las herederas de la mafia, Klaus se niega a ser manipulado. Acepta casarse… pero con una condición: la elección será suya, y solo suya.
Entre amenazas veladas, alianzas políticas y juegos de poder, Klaus inicia su propia cacería. Pero lo que era solo una obligación estratégica puede convertirse en un desafío aún mayor cuando la mujer equivocada —o demasiado correcta— cruza su camino.
Porque, en el mundo de Klaus Cassano, amar es debilidad. Y él no acepta flaquear.

NovelToon tiene autorización de Biah Santos para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Capítulo 24

Alana.

—¿Pretendes seguir escondiéndote de mí por cuánto tiempo?

Me quedo sin reacción, estoy demasiado asustada para hacer o decir algo.

—¿Co-cómo?

Simplemente no conseguí formar palabra alguna.

—¿Cómo llegué aquí tan rápido? Ah, monjita, no me conoces bien. Aún no respondiste a mi pregunta...

En un abrir y cerrar de ojos, sus manos se posaron en mis caderas, lanzándome contra su cuerpo, nuestros rostros están demasiado cerca y su mirada se posa en mis labios.

—¿Vas a seguir escondiéndote de mí?

—Yo-yo no me estoy escondiendo.

Digo sintiendo mi cuerpo estremecerse en cuanto él muerde su propio labio, mirando en el fondo de mis ojos. Su típico sorrisito cínico se forma en cuanto se aleja.

—Entra ahora, no quiero que estés lejos de la mansión.

Dice mirando a los lados, como si su lado cazador se despertara. Yo solo tomé mi libro y empecé a caminar para entrar en la mansión, mientras Klaus viene justo detrás con las manos en los bolsillos.

Nona viene hacia nosotros con cara de preocupación.

—¿Ocurrió algo?

Pregunto mirándola.

—No consigo contactar con mi hija, hablé con ella hace dos días, por su voz, parecía no estar bien y eso está empezando a preocuparme.

De inmediato miro a Klaus, recordando lo que él le dijo en aquella habitación, él por su parte estaba tranquilo.

—Debe estar demasiado ocupada, Nona.

Dice.

—Tienes razón, hijo. No debía haberla dejado ir a un lugar tan distante, pero para decir la verdad, ni siquiera esperó mi respuesta, solo colgó.

Klaus camina hacia ella y besa sus cabellos grises.

—No debería preocuparse tanto, ¿ya tomó su remedio hoy?

—¡Ah! Sabía que había olvidado algo, voy a tomarlo ahora mismo, con permiso.

Ella se aleja y yo miro a Klaus que solo continuó caminando.

—¿Qué hiciste?

Camino rápido para alcanzarlo.

—¿De qué estás hablando, de qué tengo la culpa ahora?

—No te hagas el tonto, sé que tú estás detrás de ese "viaje" a las apuradas de la tal Liz. Dime la verdad, ¿la mataste?

Pregunto casi susurrando.

—No, aún no. ¿Satisfecha? ¿Quieres que me confiese con un cura también? ¿O entre en una iglesia con una placa diciendo todo?

¡Qué irritante es! El mismo solo me da la espalda subiendo los escalones, yo también subo la escalera y voy al cuarto, poco a poco estoy consiguiendo decorar dónde quedan los cuartos.

En cuanto entro, voy directo al Box, tomo un baño demorado y después salgo envuelta en la toalla, tomo un vestido más ligero y me lo pongo.

Algo me llama la atención allá afuera, me acerco a la ventana y veo más hombres que lo común.

Me giro rápidamente con la puerta del cuarto siendo abierta.

—¡Señor!

Digo con la mano en el pecho y Klaus me observa con la ceja alzada.

—¿A quién le debes?

—¿No sabes tocar?

Pregunto.

—No. Ahora baja, la cena está servida.

Él sale del cuarto y yo voy justo detrás.

—¿Qué está ocurriendo? ¿Por qué tantos hombres?

Él continúa caminando adelante.

—No es nada de más, solo precaución, estoy sintiendo el hedor de intrusos y mi olfato nunca engaña.

Yo lo sigo callada, esa información me afectó, causándome una cierta felicidad, mis hermanos vendrán tras de mí, ¡estoy segura!

Yo cené en silencio, Klaus ni siquiera tocó la comida, él parece un perro de guarda, esperando la hora exacta de atacar.

Después de la cena, yo volví al cuarto y fui a mirar nuevamente en la ventana, los hombres continuaban esparcidos y algunos estaban hasta con perros.

Pero lo que llamó mi atención de verdad, fue alguien usando capucha cerca de la entrada de los fondos, me quedo observando sus movimientos y en ese momento la puerta se abre nuevamente.

—Realmente no sabes tocar, ¿verdad?

Digo aún con los ojos fijos en el lado de afuera.

—¡Hola, conejita!

Abro los ojos, intentando tomar coraje para encarar al dueño de esa voz, sintiendo un nudo en la garganta y un apretón en el pecho, me giro sintiendo mis ojos empañarse.

—Estoy tan feliz de verla nuevamente.

El hombre retira la máscara y de una vez por todas, tengo certeza de que "Fenrril" es el nombre de mi infierno.

—¿Cómo entraste aquí?

Digo dando pasos hacia atrás, él sonríe dando pasos hacia adelante.

—Tengo trucos increíbles, todo lo que hago es para tenerla finalmente en mis brazos, conejita. ¿No lo percibes? Yo te amo.

—Vete...por...favor...

Siento las lágrimas descendiendo por mi rostro.

—Solo salgo de aquí contigo.

—SOCOR-

Yo intento gritar, pero él avanza en mi dirección, en casi una lucha corporal, él me lanza en la cama, quedando por encima, presionando mi boca para que no grite.

—HMMMMM.

Yo me debato, pero él sujeta mis manos, dejándome inmóvil.

—Aaahh, qué graciosa... anhelé tanto tenerla para mí, su cuerpo... cómo lo deseo, siempre imaginé cómo sería joder su c* virgen, todas las noches, tenía que contenerme para no acabar f*endiéndola, pero ahora... usted será mía por completo.

Él empieza a besar mi cuello, y a rasgar mi vestido, yo intento empujarlo, debatirme, gritar, pero todo es inútil, hasta que tiros hacen eco y él acaba distrayéndose, yo me aprovecho de eso y muerdo su mano.

—ARG! Su vagabun-

Sin dejarlo terminar, le doy una arrodillada en él, lanzándolo al suelo, mientras se contuerce de dolor, yo me cubro con lo que restó del vestido y salgo corriendo.

Por cuenta del pánico, yo acabo olvidando dónde queda el cuarto de Klaus, estoy ofegante, con lágrimas cayendo sin parar, mis manos están temblando, y él está viniendo tras de mí.

—Puedes correr, yo iré a encontrarte, conejita.

Corro como nunca, corro sin parar y sin dirección, solo consigo pedirle a Dios que me ayude, mis piernas parecen pesar, es como si yo corriera y no consiguiera salir del lugar, hasta que en el andar de abajo, veo a Klaus con varios hombres y Felipe del lado, todos están con sangre en las ropas.

Yo solo consigo correr en su dirección, lanzándome completamente en sus brazos, como si él fuera a protegerme.

—¡Encuentren a ese hijo de puta, ahora!

Ordena y todos empezaron a correr, yo solo me escondo en su pecho, llorando y temblando.

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