CADA DÍA
...[Él] ...
Me levanto por los rayos del sol entrando a mi habitación, y, además, de la ruidosa alarma que me despierta para ir a la Universidad.
Me doy una ducha, me visto, y luego, bajo a la cocina encontrándome con mi papá haciendo el desayuno.
–Buenos días, papá - saludo una vez estando en la cocina
–Buenos días, hija - me saluda con una media sonrisa
–¿Qué haces, papá?
– Tu desayuno favorito
–¡Gracias! - corro a abrazarlo
–Por ti lo que sea, mi amor - le sonrió–Tengo algo que decirte, hija.
–¿Qué pasa, papá?
–Me transfirieron a otra ciudad, esta vez no puede hacer nada, hija. - me sorprende mucho, aunque siempre supe que este momento llegaría.
–Está bien, papá, yo estaré bien. - le sonrío para que no se preocupe.
La verdad es que desde el día que mamá murió, papá nunca quiso dejarme sola, por eso, durante estos últimos años ha hecho lo posible para que no lo transfieran a otra ciudad, pero al parecer, esta vez no pudo hacer nada.
–Y, ¿cuándo te vas?
–Mañana
–Bueno, entonces mañana vamos a salir a pasear, antes de tu partida.
–Está bien, hija, va a hacer como los viejos tiempos, mi amor.
Después de desayunar, me dirigí a la universidad, y, en este momento, estoy esperando a mi mejor amiga, Samay. Después de un rato veo como llega en su auto como siempre. Sale del auto y se acerca a mí con una sonrisa.
–¿Cómo está la mejor amiga del mundo mundial?
-Bien y no sé qué quieres decir, pero hay que entrar rápido, antes de que empiecen las clases.
–Está bien, está bien, Kath, pero te tengo que decir algo - le doy una mirada reprobatoria -, después de las benditas clases.
–Entremos
Ya al estar en las clases me dediqué a ella, la verdad que me gustaba la carrera que había escogido. Marketing, tal vez no lo quise desde pequeña pero me gustó en el último año de colegio.
Acabadas las clases fuimos a una cafetería que estaba cerca de la universidad, por lo mi curiosidad acerca a lo May me iba a decir apareció y le pregunté:
–Bueno, te acuerdas que hace una semana te conté que conocí a un chico - Asentí.
–Ese chico, ayer me invitó a ir esta noche a un club, y me dijo, que podía llevar a una amiga, ya que, él iba a llevar a un amigo también.
–Y decidiste que yo te podía acompañar
–Si - sonríe -, ¿Podrías?
–No sé, déjame pensarlo
– 3, 2, 1 Kath, ya pensaste- dijo agarrándome de los hombros así que arreglémonos en tu casa que esta noche hay diversión.
–Está bien, está bien - dije negando pero rindiéndome.
Nos subimos a su auto y Samay empieza su camino. Y al llegar vemos a papá viendo televisión y los saludamos pero yo me detengo a contarle que voy a salir.
–Papá, esta noche voy a salir con May a pasar el rato.
–¿Me estás pidiendo permiso, con 23 años?, sabes que no debes hacerlo hija.
–Lo se papá, pero es la costumbre.
– Solo ten cuidado cariño.
–Está bien, papá - dijo acercándome para darle un beso en la mejilla
–Nos retiramos, señor - decimos también riendo Samay y yo
Después de hacer las tareas de hoy, nos comenzamos a arreglar para ir al bar, la verdad necesito ir, para poder quitarme el estrés de toda la universidad. Por suerte este es el último semestre y hace meses solicite trabajo en una gran empresa que hace una semana me aceptó y me dijeron que una vez tuviera mi título ingresara, eso es algo muy bueno, aun no le cuento a papá ni a Samay, ya que, quiero que sea una sorpresa.
– ¿Cómo me queda esto, Kath? - me dice Samay probándose un vestido de mi closet
–Te ves hermosa, May, siempre lo haces
– Gracias, pero ahora, es tu turno de probarte un vestido y ya tengo el indicado - me dice mirando atrevidamente.
Luego de tanto luchar para no ponerme el vestido que Samay quería, accedió a que me pusiera algo a mi gusto, y me puse una blusa con una falda que se ajustaba a mi cuerpo, mis curvas se marcaban, además, aquella falda era corta y eso dejaban mis piernas más descubiertas, no me desagrada la idea de estar vestida así, me gustaba.
Cuando entramos al club, May me dijo que su novio y su amigo estaban en la parte V.I.P del club. Cuando subimos Samay me señala hacia una mesa y cuando miro hacia aquel lugar, veo a un hombre muy atractivo salir del baño, voltea hacia nosotras y en seguida posa su mirada en mí, tiene un traje que se le ajusta a su cuerpo bien trabajado y unos ojos grisáceos penetrantes qué me ponen nerviosa, tanto que aparto la mirada de él en el momento en que May me hala para continuar el camino.
Una vez que llegamos a la mesa Samay se lanza a los brazos de su hombre, como le llama ella. Yo por otra parte me senté un mueble vacío que había revisando el entorno, y sentí curiosidad al no ver al amigo del novio de mi amiga.
Pero aquella curiosidad fue calmada al ver al mismo hombre de hace un momento acercarse y sentarse junto a mi lado. De cerca se nota su rostro con una mandíbula marcada, un pelo negro azabache y unos labios rosaceos qué… detengo mis pensamientos cuando May habla por fin.
– Amor, ella es Katherine, mi mejor amiga - dice mi amiga al separarse de su novio -, Katherine él es Alexander, mi hombre - todos reímos incluso aquel hombre, y su risa es demasiado sexy.
– Hola, mucho gusto -digo
– Mucho gusto, el hombre de ahí - señalo a aquel hombre que destilaba sensualidad -, es mi mejor amigo, Areu - me limité a sonreír y saludar
– Hola - se dirigió hacia mí con una voz ronca
– Hola - hablo esta vez
– Mucho gusto, Katherine - arrastra mi nombre y se acerca para brindar la mano
Salgo un poco de mi shock y le devuelvo el gesto mientras me brinda una sonrisa ladina.
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