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El Aura De La Luna

El Aura De La Luna

Status: Terminada
Genre:Completas / Hombre lobo / Magia / Pareja destinada / Brujas / Mundo de fantasía / Espadas y magia
Popularitas:9.6k
Nilai: 5
nombre de autor: Una Joven Amante

Ivonne Bellarose, una joven con el don —o maldición— de ver las auras, busca una vida tranquila tras la muerte de su madre. Se muda a un remoto pueblo en el bosque de Northumberland, donde comparte piso con Violeta, una bruja con un pasado doloroso.

Su intento de llevar una vida pacífica se desmorona al conocer a Jarlen Blade y Claus Northam, dos hombres lobo que despiertab su interes por la magia, alianzas rotas y oscuros secretos que su madre intentó proteger.

Mientras espíritus vengativos la acechan y un peligroso hechicero, Jerico Carrion, se acerca, Ivonne deberá enfrentar la verdad sobre su pasado y el poder que lleva dentro… antes de que la oscuridad lo consuma todo.

NovelToon tiene autorización de Una Joven Amante para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Capítulo 5

El resplandor grisáceo del amanecer se filtraba por las cortinas de la sala, proyectando sombras difusas sobre las paredes. Ivonne despertó con el peso del cansancio aún aferrado a sus músculos, sintiendo el cuerpo rígido y la mente embotada. No recordaba en qué momento se había quedado dormida, pero el sonido pausado de la respiración de Violeta y el cálido ronroneo de Eramos la anclaban a la realidad.

Todo había comenzado unas horas antes, cuando la inquietud se había convertido en un nudo opresivo en su pecho. Los sucesos del día anterior la habían dejado con una sensación de vulnerabilidad que no podía sacudirse. Incapaz de conciliar el sueño, había tomado su teléfono y, casi sin pensarlo, escribió a Violeta.

—No puedo dormir. Algo no está bien.

No esperaba respuesta inmediata, pero menos de un minuto después, su teléfono vibró.

—Voy para allá.

El nudo en su pecho se aflojó ligeramente. No estaba segura de si quería compañía o simplemente necesitaba distraerse, pero el saber que no estaría sola esa noche le trajo un ligero consuelo.

Unos minutos después, las pisadas de su amiga moviéndose desde su habitación y el rechinar se la puerta la sacó de sus pensamientos. Cuando volteo en dirección al pasillo del apartamento encontró a Violeta con una expresión somnolienta pero alerta, y a Erasmos enrollado alrededor de su cuello como una bufanda viviente.

—Te veía venir, —bromeó Ivonne, intentando sonar ligera.

—Lo sé, — respondió Violeta con una pequeña sonrisa antes de escanear el rostro de su amiga con una mirada analítica. —Pero en serio, ¿qué pasa? No sueles ser de las que escriben de madrugada y ya van dos noches seguidas.

Ivonne dudó. No estaba segura de cómo explicar lo que sentía sin sonar paranoica. Finalmente, optó por la verdad simple.

—Solo... tengo una mala sensación. Y aparte de que eres lo más parecido a una amiga que tengo, eres una bruja. Así que no voy a pasar por loca si digo algo sobre energías raras y esas cosas.

Violeta no presionó, simplemente asintió y se acomodó en el sofá y con un movimiento de sus dedos hizo aparecer un polvillo purpura y después una frazada. —Entonces, nos quedamos aquí.

La decisión se sintió natural. Entre susurros y conversaciones intermitentes, el sueño eventualmente las alcanzó. Ivonne se acomodó en el sillón, mientras Violeta se hizo un ovillo en el otro extremo del sofá, con Erasmos dormitando en su regazo.

Cuando Ivonne despertó horas después, el mensaje anónimo aún rondaba en su cabeza como un eco persistente. —"No estás sola. No lo has estado nunca."— ¿Quién lo había enviado? Por el tono impersonal, no parecía haber venido de Jarlen, aunque tampoco descartaba la posibilidad.

Se incorporó con cuidado, tratando de no despertar a Violeta, quien seguía dormida en el sofá con Erasmos acurrucado en su regazo. El dragón abrió sus ojos azulados y los clavó en ella con una mezcla de curiosidad y advertencia antes de volver a acomodarse.

Con un suspiro, Ivonne caminó hasta su habitación, arrastrando los pies con desgana. Pero al empujar la puerta, un escalofrío recorrió su espalda.

La ventana del balcón estaba entreabierta.

Su primer pensamiento fue que la había dejado así la noche anterior, pero algo en su interior se resistía a aceptarlo. Se acercó con cautela, sintiendo el aire frío filtrarse por la abertura. El suelo bajo sus pies parecía más helado de lo normal.

¿Por qué sentía la energía de su entorno más densa de lo habitual?

Un temblor involuntario recorrió su cuerpo. Se obligó a respirar profundo, cerrando la ventana con un chasquido seco.

No quería dejarse llevar por el pánico. No ahora.

Decidió ignorarlo. Tal vez solo era su mente jugándole una mala pasada después de una noche de paranoia. Se vistió rápidamente, intentando enfocarse en su rutina.

Pero, aun así, la sensación de ser observada no desapareció.

En la tarde las calles estaban más transitadas de lo habitual. El fin de semana traía consigo el bullicio de familias, estudiantes y ancianos que aprovechaban la mañana para hacer sus compras. Violeta e Ivonne caminaban entre los pasillos del supermercado, empujando un carrito ya a medio llenar.

—Dime, Bellarose, ¿por qué tienes cara de haber visto un fantasma? —preguntó Violeta con su tono despreocupado, pero con la mirada afilada de quien no deja pasar nada.

Ivonne, que había estado mirando sin ver una fila de cajas de cereales, parpadeó, volviendo a la realidad.

—No es nada —respondió, tomando una bolsa de café sin pensarlo demasiado.

Violeta chasqueó la lengua y le arrebató la bolsa.

—Mentirosa. Siempre compras café en grano, no instantáneo.

Ivonne suspiró. No tenía sentido ocultarlo.

—Está bien... ayer en la noche me encontré con Jarlen, el hombre de la biblioteca. Él estaba en el parque —confesó en voz baja.

Violeta se detuvo en seco.

—¿Qué? —susurró, con una mezcla de incredulidad y alarma—. ¿Cómo pasó eso?

—No lo sé... yo solo estaba sentada en una banca, y él apareció. Fue... extraño. No se sintió peligroso, pero tampoco normal.

Violeta entrecerró los ojos.

—¿Y qué quería?

—No lo sé con certeza. Fue cortés, pero distante. Parecía que me estaba probando de alguna manera.

Violeta se cruzó de brazos.

—Tengo mis dudas, pero deberías evitar esos encuentros.

Ivonne levantó una ceja, desafiante.

—¿Por qué?

—Porque si él no es humano... ¿qué te hace pensar que su interés en ti es seguro?

Las palabras de Violeta la golpearon más fuerte de lo que esperaba. Fingió que no le importaban, encogiéndose de hombros y cambiando de tema. Pero la advertencia quedó allí, resonando en su mente como un eco persistente.

Tras salir del supermercado con las bolsas den mano gracias a la insistencia de Violeta de que el ejercicio era importante. Una de las bolsas de compras reventó con un crujido y un paquete de galletas rodó por la acera.

—¡Demonios, Violeta! Te dije que compraste demasiado —se quejó Ivonne, luchando por sostener el resto de las bolsas mientras esperaban el taxi.

—No es mi culpa que vendieran todo en oferta —se defendió Violeta, soplando un mechón de cabello de su rostro.

El viento frío trajo consigo un aroma amaderado y profundo, acompañado de una presencia imponente.

—Señorita Bellarose.

La voz grave y serena de Jarlen la atravesó como un escalofrío.

Ivonne giró lentamente, encontrándose con sus ojos oscuros y su postura impecable. Vestía con la misma elegancia sobria que en la biblioteca, pero había algo en su mirada que parecía estudiar cada uno de sus movimientos.

A su lado, un hombre de cabellos castaños y sonrisa despreocupada les dirigía una mirada divertida.

—Parece que necesitan ayuda —comentó el chico a quien Ivonne identificó como Claus, inclinándose para recoger la caja de galletas caída.

—No hace falta... —comenzó Ivonne, pero Violeta ya había suspirado resignada.

—Lo aceptamos. Pero solo porque nuestro taxi se está tardando —concedió, entrecerrando los ojos cuando Claus le guiñó un ojo.

Antes de que Ivonne pudiera protestar, las bolsas ya estaban en la cajuela de un elegante auto negro.

—Suban —ordenó Jarlen con su tono tranquilo, pero autoritario.

El trayecto transcurría en una tensión extraña, como si el aire dentro del auto estuviera cargado de algo más que simple incomodidad.

Violeta, en el asiento del copiloto, mantenía la vista fija en la carretera, ignorando deliberadamente al hombre a su lado.

Claus, en cambio, parecía entretenido con la situación.

—No te ves cómo alguien que disfruta los viajes largos —comentó con ligereza.

Violeta arqueó una ceja, sin mirarlo. —No te ves cómo alguien que deja de hablar.

Claus soltó una risa baja, divertida. —Toqué un nervio, ¿eh?

—No, solo confirmaste una teoría —respondió ella, girando la cabeza apenas—. Hablas demasiado.

—Y tú demasiado poco —replicó él sin perder la sonrisa—. Tal vez podamos equilibrarnos.

Violeta chasqueó la lengua, pero Claus notó cómo sus labios casi se curvaban en una sonrisa. Casi.

—No contengas la sonrisa. Te hace ver menos amenazante.

Ella bufó y volvió la vista al frente. Claus no insistió, pero en su rostro quedó grabada una expresión de satisfacción.

En la parte trasera, Ivonne estaba demasiado consciente de la cercanía de Jarlen. Su presencia era densa, imponente, como si el aire a su alrededor pesara un poco más.

Él la observó de reojo, su expresión neutra pero inquisitiva.

—Se ve cansada.

Ivonne parpadeó, desconcertada por el comentario directo.

—¿Perdón?

—No ha dormido bien.

Su tono era tan sereno que le resultó imposible saber si se trataba de una simple observación o si había algo más detrás de sus palabras.

Ivonne se removió en su asiento.

—No es nada. Solo una mala noche.

Jarlen inclinó la cabeza levemente.

—Eso no es todo.

No era una pregunta.

Ivonne apretó los labios. No iba a decirle que el mensaje anónimo la había dejado intranquila. No a él. No cuando aún no entendía por qué le prestaba tanta atención.

—Es solo estrés —mintió.

Jarlen no respondió de inmediato. Sus ojos, oscuros y analíticos, parecían leer más de lo que ella estaba dispuesta a admitir.

Entonces ocurrió.

Un roce fugaz.

El dorso de su mano tocó el de él. Un accidente. O eso quiso creer. Pero la calidez que dejó su piel contra la suya fue inmediata, invasiva.

Su respiración se trabó un segundo.

Él tampoco se movió enseguida.

La intensidad en sus ojos se volvió más profunda, pero su expresión se mantuvo impecablemente neutra.

—Disculpe —dijo con suavidad, retirando su mano con una cortesía impecable.

Pero Ivonne no pudo ignorar la forma en que la miró. Como si intentara descifrar algo en ella, algo que ni siquiera él parecía entender del todo.

El silencio entre ellos vibró con algo indescriptible.

Y entonces, sin una palabra más, Jarlen apartó la mirada.

Ivonne apenas tuvo tiempo de recomponerse antes de que el auto se detuviera. Habían llegado a su destino.

—Si tanto les preocupa el peso de las compras, lo lógico es que les ayudemos a subirlas —dijo Claus, abriendo la cajuela.

Ivonne, aún enredada en sus propios pensamientos, hizo lo primero que se le ocurrió para recuperar el control de la situación.

—¿Quieren quedarse a tomar un té? O un refresco.

La invitación la sorprendió incluso a ella misma, pero era mejor que dejar que sus pensamientos tomaran el control.

Jarlen ladeó la cabeza, su mirada aún fija en ella.

—Sería un honor.

Violeta suspiró, lanzándole una mirada de advertencia a Ivonne, pero no se negó.

La noche apenas comenzaba, y la tensión entre todos se sentía más densa que nunca.

1
MARIA ELENA PEREZ DE PALMAR
por qué no salió a buscar a Violeta
Rolando guillermo North seminario
Excelente
stefi.
me gusta,algo diferente a lo que suelo leer de hombre lobo y seres misteriosos
stefi.
podría ser su padre ya ke ella no lo conoció 🤔
Analia Martinez
Excelente
stefi.
cuanto misterio
stefi.
Erasmos es muy bonito,pero a la espera de que esta?
Soangelis Mujica
aish pinché viejo metiche, la palabra padre le queda grande, q no tiene nada mejor q hacer /Smug//Drowsy/
Soangelis Mujica
esta interesante tu historia /Hey/
Abel Torres
Muy buena, me gusta la trama y la intriga que deja, super recomendada ✨
VásGa Nbeth
lindo él y lindo el nombre "Erasmos". 😊
Ashley Alcántara
Más capítulos plis, espero termines todos los caps pronto /Smile//Smile/
Abel Torres
Para cuando el noviazgo? 😏 xd, gracias por la actu, en la espera del siguiente /Grin/
Abel Torres
okey..... este cap me dejó con más dudas que el anterior :)
Soangelis Mujica: siiii los capítulos dejan una sensación de querer leer más /Shame/
total 1 replies
Abel Torres
Antes del alba?
Ashley Alcántara
Gracias por la actu, autora, estoy en la espera de más 💗
Ashley Alcántara
Jarlen, el estándar 😍
Ashley Alcántara
Ntp, autora, esperaré los siguientes capítulos pacientemente, espero que se arregle pronto
Ashley Alcántara
Excelente
Abel Torres
Ora, muchos detalles 🫦 amo
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