Reencarné En La ¿Villana?

AMBER:

Letia me presenta todas las opciones de vestido y es un rotundo NO, al ver tantas decoraciones y colores en un mismo vestido... Es como si fuera de un payaso.

—Letia... ¿Puedes conseguirme un vestido con menos decoración? Voy a parecer un payaso con tantos colores.

—Por supuesto mi señorita, ahora mismo le busco otro vestido.

Dice y observo como se dirige a un enorme closet con cientos de vestidos de diferentes tamaños, modelos, y colores.

Luego de unos minutos ella se acerca a mí con un vestido de color dorado con bordes de color negro, el vestido es muy hermoso, delicado y no muy ostentoso.

—¿Qué le parece este mi señorita?

Observo el vestido con una sonrisa.

—Está perfecto.

Digo y ella sonríe mientras me ayuda a colocarmelo delicadamente.

Al terminar ella ayuda con mi peinado mientras yo me dedico a maquillarme como lo hacía en mi otra vida.

—Ya está lista mi señorita.

Dice Letia y me mira al espejo mirando lo hermosa que estoy.

El vestido hace resaltar más mi belleza y miro la hermosa trenza que elaboró Letia con varias pequeñas flores de diferentes colores.

—Estoy hermosa ¿Verdad que sí?

Miro a la chica y esta asiente de inmediato.

—Usted es hermosa con todo lo que se ponga mi señorita.

Sonrío al pensar que ella nunca diría que estoy fea, pero la verdad es que estoy hermosa.

La puerta de mi habitación es tocada y escucho la voz de mi padre detrás.

—Soy yo Amber ¿Puedo pasar?

—Si padre.

Digo y este entra sonriendo al verme.

—Hasta que por fin te colocas algo que te regalo Amber, y déjame decirte que estás muy hermosa.

—Tomaré más en cuenta sus preciados regalos padre.

Le hablo con una sonrisa mientras le hago una pequeña reverencia.

Este solo sonríe y se acerca a mí mientras coloca un rostro serio.

—Amber.

—¿Si padre?

—En la fiesta del té, escuché que el príncipe estará ahí, no quiero problemas ¿De acuerdo?

—Prometo no causarle problemas padre.

—Eso espero, o de lo contrario te castigaré con un mes sin dejarte salir de la habitación, tu compromiso está en la cuerda floja con todos estos escándalos que has provocado.

—Lamento haberme comportado como una inmadura padre, le aseguro que esto no volverá a suceder.

El hombre suspira y coloca una de sus manos en mi cabeza.

—Has crecido siendo una joven muy hermosa y sana, tu madre estaría muy orgullosa de ti.

—Lo sé, gracias padre.

Él asiente y antes de retirarse mira a Letia.

—Te la encargo Letia.

—Si señor.

Responde haciendo una reverencia y mi padre se marcha.

—Que guapo y joven es mi padre ¿Verdad Letia?

La miro y su rostro se vuelve rojo mientras la noto muy nerviosa.

—No diga esas cosas señorita.

Desvía la mirada y yo alzo las cejas.

—¿Por qué te pones así? ¿Te gusta mi padre? Aunque no te culpo, se mira muy joven y además es muy guapo.

La cara completa de Letia se vuelve de color rojo hasta el cuello.

—Será mejor irnos señorita, se nos hace tarde.

Mmm, ya veo.

Pienso mientras sonrío.

—De acuerdo, vamos.

Al bajar a la sala una de las sirvientas personales de mi hermanastra se acerca a mí con cara de culo.

—La señora y la señorita se han marchado primero, ya que usted tardaba demasiado, pero le han dejado listo el carruaje que usa la servidumbre.

Al terminar de decir esto se retira y yo ruedo los ojos.

—Letia.

—¿Si mi señorita?

—Necesito que le digas a mi padre que me preste su carruaje para ir a la fiesta de té, ya que su esposa e hijastra se han marchado sin mí.

—Si mi señorita.

Dice Letia mientras se retira inmediatamente hacia el despacho del señor de la casa.

Letia toca la puerta del despacho de su señor y escucha un pase.

—Señor Hillson.

Dice Letia con un tono de voz bajo mientras siente como su corazón golpea su pecho con fuerza.

—Oh, señorita Letia ¿Qué ocurre?

El hombre levanta la cabeza y la pobre chica queda sin aire como siempre.

—Se... Señor Hillson.

—¿Si?

Letia suena su garganta, tomo aire profundamente y dice.

—Mi señorita dice que le preste su carruaje ya que su esposa e hija se marcharon sin esperarla.

El duque frunce el ceño y se coloca en pies.

—¿Cómo es eso de que dejaron a mi hija?

Pregunta el duque enojado y Letia baja la cabeza inmediatamente.

—La señora dijo que mi señorita se tardó mucho y ellas se marcharon primero.

—Bien, yo escoltaré a mi hija hasta la residencia Neville ¿Cómo se atreve a dejar a mi hija e irse?

Dice el duque mientras comienza a caminar con evidente enojo.

En uno de los muebles de la sala observo como mi padre se acerca a mi con el ceño fruncido.

—¡Padre!

Digo feliz y puedo notar enojo en su rostro.

—Amber.

—¿Si padre?

—¿Tu madrastra te ha tratado mal antes?

Él pregunta y yo bajo la cabeza, la verdadera alma de este cuerpo siempre adoró a su madrastra y hermanastra, para esa chica las dos mujeres la entendían y sabían lo que quería al contrario de su padre que solo le prohibía todo lo que ella quería hacer... Qué tonta.

—Hablemos de eso luego padre, será mejor irnos para no llegar tarde a la fiesta de té.

—Tienes razón tesoro.

Dice el hombre mientras ordena que traigan su carruaje inmediatamente.

Al estar todo listo, los tres suben al carruaje y Amber se sienta junto a su criada teniendo a su padre de frente.

Este último va con el rostro serio mirando hacia la ventana, mientras que Letia le suspira muy bajo cada vez que le echa una que otra miradita de manera disimulada.

Letia👆

(Espero que disfruten este capítulo y gracias por sus comentarios y apoyo.)