Jazmín La Amante Del CEO

No puedo creer lo que ha estado haciendo Sebastián todo este tiempo, ha estado robándole a los señores Bernard, ya me imagino lo avergonzado que debe estar el señor Wilfred.

Muy temprano estoy en la hacienda, y mi día comienza mal, ya me tocó callar a la pelos de elote esa, la mujer del dolor de estómago de René.

Uno de estos días me voy a quedar sin trabajo si esos dos siguen aquí, pero es que sacan lo peor de mí, lo he dicho ese tipo no parece que es hijo de sus padres y la mujer le queda como anillo al dedo.

Sigo en lo mío, voy a limpiar la sala cuando veo que llega, Sebastián, se acerca a darme un beso, yo lo esquivo, la verdad con eso que sé que hizo, menos quiero una relación con él. Se escucha un carraspeo y evidentemente, sé quién es, si allí está la piedra en el riñón.

_ esto no es un parque para que anden dándose muestras de cariño, respetan la que no es su casa. Y si me provoca darle con la escoba, este hombre me va a provocar que las canas me salgan antes de tiempo.

_ disculpe señor, es que no había visto a mi novio desde anoche y es lógico que quiera darme los buenos días, así tan dulce como nuestro amor, verdad mi amor? Le digo a Sebastián quién está sorprendido por lo que dije, pero me sigue el juego, aunque sé que es eso lo que quiere, que seamos novios, pero yo para joder a este dolor de cabeza se me ocurrió tal cosa, más tarde me va a tocar aclarar eso con Sebastián.

_ pido disculpas señor René, mi novia tiene razón, pero no volverá a pasar. Veo que pone mala cara. Le dice a Sebastián que entre al despacho.

_ el que se enoja pierde. Le digo en tono burlón, se acerca a mí y me mira con mirada asesina.

_ no juegues con fuego niña, te vas a quemar. Estás siendo advertida, después no te quejes, recuerda que en guerra avisada, no muere soldado. No sé por qué me dio un escalofrío escucharlo decir eso. Pero va, ni al caso.

Sigo con la limpieza y después de un rato veo a los señores Bernard, llegar.

_ Jazmín, cuántos años tienes?

_ veinte años, señora.

_ trabajas mucho.

_ si tengo que hacerlo

_ tu cara sirve para, modelo.

_ eso quise ser, pero ya ve, me ha tocado dejar eso de lado y ayudar a mi familia.

_ te admiro mucho, no cualquiera hace eso. Y siento que la mirada de rayos láser del súper amargado está sobre mí, volteo a mirar y efectivamente. Ahora no sé cómo está, si está enojado, o triste, tal vez estresado, y es que parece bipolar.

_ pasa algo hijo?

_ si, aquí el novio de esta niña, resultó ser un ladrón. Y ya salió el peine en la cabeza del calvo, este hombre como que lo hicieron con algunas especies de alimentos amargos, por Dios, parece un viejo pasado de los setenta.

_ señores, yo voy a trabajar para pagar, fue malo lo que hice, espero que esto no afecte la confianza que tienen en mi padre, todo es mi culpa. Dice Sebastián, y siento una vergüenza horrible, ahora me arrepiento de haber dicho que era mi novio, pensarán los señores que yo también tengo esas mañas.

_ que piensas hacer, René.

_ iba a mandarlo a la cárcel, pero por Wilfred, no lo haré, va a trabajar, sin derecho a salario, ya que ese será su pago, hasta que termine de cancelar la deuda. Veo que los señores asienten y se retiran al jardín.

_ ya puedes irte. Le dice René a Sebastián.

_ te veo en la noche, iré a tu casa. Me dice Sebastián y yo asiento, hablaré con él seriamente. Yo trato de irme, pero claro era de esperarse que don amargo, quisiera fastidiar.

_ subes a mi habitación y cambias las sábanas, pero para ayer. Iba a renegar, pero recordé que estoy a poco de ser despedida por este tipo, así que me trague mis palabras, y subí a la habitación de la ternurita de mi jefe. Claro que es sarcasmo, este lo que tiene de guapo lo tiene de pesado, y claro que es guapo eso no se puede negar y él lo sabe y por eso pone su actitud como que lo crearon los dioses griegos.

Estando en la habitación, recogiendo, el tiradero que tiene él y su adorable serpiente de esposa, lo veo que se sienta en la cama, yo sigo limpiando, no sé que hace aquí, pero debo callar por el bien de mi estadía en este trabajo. Veo que comienza a quitarse la ropa, por Dios ahora sí que estoy nerviosa, le doy la espalda y siento su mirada de vampiro al anochecer. Si así como Drácula cuando ve un rico cuello para morder y sacar sangre.

_ Pásame una toalla

_ usted, no podía hacer eso antes de quitarse la ropa o por lo menos meterse al baño.

_ mira niña, esta es mi habitación, soy tu jefe y aquí mando soy yo, o me pasas la toalla o puedes ir saliendo de la hacienda, pero para nunca volver.

_ es usted un. Muerdo mi lengua.

_ un que? Termina y verás de lo que soy capaz. Suspiro y voy por la toalla al salir, lo veo parado como Dios lo trajo al mundo, ahora sí es verdad que hoy no duermo, esa imagen quedará en mi memoria por mucho.

_ Te gusta lo que ves?

_ señor, haga el favor de respetarme. Se acerca a mí, me sujeta fuerte de la mano y me pega a su cuerpo desnudo.

_ admite que soy mejor que tu novio, dilo, me dice haciéndome retroceder y quedó entre él y la pared, su respiración la siento muy serca de mí, trato de decir algo y por primera vez, no me sale nada, es como si la lengua ese individuo, me la cortó.

No sé que hizo ese imbécil, pero estoy clavada al piso, mi cuerpo no reacciona, mi mente dice que salga corriendo del lugar, pero mi cuerpo hace otra cosa.