MALDITO AMOR

Luego de pensarlo por varios minutos, tomó la decisión de irse para Irlanda, en el primer vuelo de última hora que tuvieran disponible en el aeropuerto. Empezando a empacar algunas de sus pertenencias en una mochila, corrió a la puerta principal, apenas escuchó el timbre.

Esperanzado de que fuera Rose, se llevó una decepción al encontrarse cara a cara con Anna. Su prometida de inmediato vio su rostro cambiar y volverse más pálido, lo que la preocupó. Cerrando la puerta, Anna observó como Aiden se tomaba con fuerza el cabello desesperado.

—¿Qué ocurre, amor?—cuestionó acercándose—¡Parece qué hubieras visto a un fantasma! ¿Estás molesto conmigo?

—Perdón Anna, es Rose—respondió mirándola a la cara—está desaparecida, se fue a Irlanda sin decirme.

—¿Tan pronto?—fingió incredulidad—¿No iba a ser hasta dentro de unos días?

—Yo tampoco sé qué está pasando—dijo—perdóname, tengo que ir con ella.

—¡Mi amor! No tienes que disculparte—habló mientras acariciaba la barba de Aiden—cuando la criada me dijo que te fuiste tan rápido, salí corriendo preocupada por ti. Te ayudaré a buscarla, ¿vale?

La mujer pelirroja aprovechó para acercarse a su prometido, estampando su abultado busto en el torso de este, abrazándolo con fuerza mientras se disponía a llamar a su padre. Ocultando su sonrisa, le pidió a su progenitor ayudarla con su avión privado.

Aiden, quien pese a no amar a Anna, aceptó el abrazo de apoyo que le daba su prometida. Ignorando su verdadero ser, estaba dispuesto a aceptar su ayuda, aunque a su sobrina no le agradase. Para él, quien había vuelto al pasado, solo recordaba como su prometida, quien también había sido secuestrada junto con él y enviados al "otro lado", había perecido.

Si bien no la amaba, hasta el momento la apreciaba. Y al haberse ganado no solo la posición de uno de los hombres de confianza de su padre, y ahora como su futuro esposo, intentaría usar todo lo que pudiera el poder de la mafia para intentar dar lucha al futuro que se avecinaba. Sobre todo, contra los Valentine.

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Maldiciendo para sus adentros, Aiden observaba desde la sala de espera privada del aeropuerto, como llovía a caudales. Teniendo en cuenta que el avión de su sobrina había partido hacía cuatro horas, Rose debía estar llegando ya a la residencia donde se quedaría.

No obstante, la tormenta eléctrica estaba dificultando el que pudiera llamar a la encargada de la residencia y poder así confirmar el arribo de Rosemary. Frustrado, se dirigió un momento al baño de la sala privada, mientras Anna descansaba un poco en un sofá cama de cuero de alta calidad.

Acercándose al lavamanos, comenzó a limpiarse un poco el rostro y mantenerse así un poco despierto, cuando una fuerte punzada hizo que se agarrara con fuerza su cabeza. Observando como comenzaba a sangrar por la nariz y la sangre se revolvía con el agua, se dejó caer al piso mientras pasaba el malestar.

Contrario a lo que él pensaba, su dolor solo aumentó y en su agonía pudo recordar uno de sus últimos momentos al lado de Rosemary, antes de haber sido secuestrada por la secta de los Valentine.

INICIO FLASHBACK

Recordaba con dolor el rostro lleno de lágrimas de Rosemary, una vez llegó a su lado y le mostró unos exámenes de laboratorio que se había hecho. Antes de comenzar sus estudios, la universidad había pedido unas pruebas y se había detectado el embarazo de su sobrina.

Rosemary, emocionada por tener el fruto de su amor con Aiden, había llegado con una enorme sonrisa y le había dado la noticia aprovechando su día de descanso. Sin embargo, al ver que este, en vez de recibir de buena forma la nueva buena, la había movido bruscamente de los brazos mientras le gritaba.

—¿Cuánto tiempo tienes?—gritó enojado Aiden—¡DIME!

—Ocho...ocho semanas—respondió separándose de él.

Rosemary, asustada un poco, retrocedió unos cuantos pasos mientras su tío se sentaba pálido en la mesa del comedor. No podía entender lo que estaba pasando, hasta que recordó de golpe la noche que había estado borracho y se había levantado solo en la cama, pero al lado de un charco con sangre.

—¿Tú fuiste la mujer con quien estuve en el día de tu cumpleaños?—preguntó enojado.

—Tío...yo—no sabía como decirle aquello—lo siento...

Aiden golpeó con ira la mesa, haciendo que Rose se asustara más. Jamás pensó que él se pusiera así, sobre todo por lo mucho que él la cuidaba y quería. Esa mañana, posterior a su cumpleaños, se había despertado antes que su tío en la cama y se había percatado de lo sucedido.

Nerviosa por la reacción que podría tener este, tomó sus cosas y salió de su habitación, fingiendo que había estado dormida todo el día y que no sabía de qué mujer hablaba él. En un principio no creyó que quedara embarazada, pero cuando notó que él se había venido dentro de ella, una idea la tentó a seguir guardando el secreto.

Ya que su tío estaba por casarse con Anna, y nada de lo que hacía podía separarlos, si ella llegaba a embarazarse de este, entonces tal vez Aiden rompiera su compromiso. Puesto que legalmente no tenían ningún lazo, y que su parentesco era un secreto que solo lo conocían los dos, lo obligaría a hacerse cargo de ella y quedarse a su lado para siempre.

Es que ni siquiera Anna conocía aquel secreto, para ella, Rosemary solo era la hija de un amigo fallecido de Aiden, quien le había dejado la tutela legal a este y que, por respeto, esta se dirigía a él cómo "tío". Teniendo lo anterior claro, decidió guardar el secreto hasta asegurarse de que estaba en cinta.

—Aún estamos a tiempo—susurró Aiden—los abortos legales son hasta la doceava semana, ¡tienes que deshacerte del niño!

En ese momento ignoraba el terror con que Rose lo miraba, estaba mortalmente preocupado porque la secta pudiera encontrarlos. Cuando un shadowborn quedaba en embarazo, de inmediato los ancianos mayores sabían de la noticia, así como de la ubicación de la mujer en cinta.