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Frontera Roja

Frontera Roja

Status: Terminada
Genre:Romance / Completas / Oficina / Policial
Popularitas:2.7k
Nilai: 5
nombre de autor: Francia Laura

Klea es policía en Interpol, destacada en la región de Almería para mejorar la gestión de registros de los migrantes.
Alejandro es juez en la dependencia policial en Almería y tiene una relación tóxica con Victoria, pero le gusta mucho a Klea.
Ambos van a compartir una vida como perro y gato, silencio y burlas, odio y sarcasmo, hasta que la llegada de Kader hace los cambios pertinentes.

NovelToon tiene autorización de Francia Laura para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Rapto

Alejandro estuvo sentado y apoyado sobre el volante, lloraba, le dolió mucho escuchar estas palabras, tiene el corazón roto. Sus sueños e ilusiones se han desvanecido como castillos de arena, las palabras de ella fueron como esa ola que logró tocar la base del castillo en sus puntos estratégicos para su rápida caída.

A un cierto punto Alejandro quiso tomar un respiro y tiró su cabeza hacia atrás y se quedó así unos segundos, quiere vivir, quiere creer que no todo está perdido.

Klea mima a su niño, hoy, después de su terapia tiene un último control, pues fiebre ya no tiene, en cuanto a los otros síntomas, todo parece estar controlado, el estrés del viaje migratorio parece estar controlado. Pues ahora tiene el alta.

Ella está ansiosa de poder llevarlo a casa, sus padres están preparando la fiesta de bienvenida de Kader.

Alejandro tiene una llamada telefónica y le han informado que un migrante con antecedentes ha secuestrado un huérfano recién llegado, ambos están inubicables. Por lo que Alejandro da autorización para liberar la orden de captura. Tuvo que poner en marcha su auto e ir a la oficina para buscar los papeles de ese individuo.

Klea sale del hospital con su niño, el niño está feliz de ir a casa con mamá, ver la calle y jugar con su gato de peluche. Kader sonríe de nuevo y junto con su gato observan por la ventana el paisaje.

En casa, Klea recibe la llamada para rastrear al desaparecido, por lo que la fiesta de Kader será con los abuelos, pero sin mamá.

Klea tiene que reunirse con la policía local para seguir los pasos del secuestrador y para ello necesita hablar con Alejandro, necesita datos y la foto del individuo.

- Señor juez, necesito información del secuestrador. – Klea  aparece en la oficina de Alejandro quien la dejó abierta.

- Klea – se le corta la voz – toma asiento.

- ¿Le pasa algo, señor juez? – le pregunta para esclarecer sus dudas.

- No, es nada. El presunto secuestrador es este de aquí, cuenta con un arresto por robo de comida. Un delito menor, solo fue un poco de comida, quería ayudarlo, pero con esto lo arruinó todo.

- Acusado por robar comida a un comensal en un restaurante. – leyó el informe – lo que el hambre obliga – suspira Klea.

- Pero lo acaba de arruinar todo, ahora es un migrante inadmisible, si secuestró un niño por necesidad, ¿qué hará más adelante si lo ayudamos?

- No sabe controlarse, se desespera con facilidad. Es peligroso, puede reaccionar mal, hay que replantear el plan de rescate.

- ¿Qué tan peligroso puede ser?, tiene a un niño, no creo que le haga daño. – Alejandro sin querer le habla con cariño y no como juez.

- El sujeto está cargado emocionalmente, fácil puede llegar a la locura. – hizo una breve pausa – Le tomaré una foto a la foto.

Klea se va, y Alejandro la sigue.

- ¡Klea! – la mirada es triste.

- Intendente. Soy intendente, señor juez.

Klea se va, Alejandro se queda en el umbral de la puerta, se siente perdido, Klea mira hacia atrás y entiende perfectamente la mirada y expresión de Alejandro. El deber llama, Klea debe irse, no puede sentir compasión por el juez.

La policía busca los vídeos registrados por las cámaras de seguridad, están dando con el paradero, no está muy lejos, a cierto punto pierden el rastro, se ha metido a una calle sin cámaras. Deben usar el plan cerco, hacer un cordón de dos kilómetros a la redonda, la única opción es acorralarlo.

El hombre tiene al niño en brazos, está buscando un lugar dónde esconderse, tiene en la cara aires de miedo, sabe lo que ha hecho, sabe que está mal, mira por todos lados, está perdido, tiene hambre y toca las puertas.

La gente no le da nada, salvó algunos que le dan pan y leche para el niño, una que otra fruta. A cierto punto de una calle, se sienta a comer, devora la comida al igual que el niño, devorando su pan dando pequeñas mordidas. A simple vista parece ser inofensivo, pero un vecino lo observa con atención y se da cuenta que el hombre está alerta y no presta atención al pequeño, por lo tanto, es notorio que el niño no es suyo.

La policía avanza y sigue cerrando el área, se están aproximando al objetivo, el hombre toma al niño por la mano, aún no termina de comer. Klea recibe una llamada donde le dan las coordenadas de la ubicación de un migrante con un niño pequeño.

 Klea, por radio, anuncia las coordenadas para cerrar el área directamente hacia el punto. Uno de los policías, avisa a Alejandro que ubicaron al hombre y al niño. Javier también es notificado de que el menor es ubicado.

Javier se pone en contacto con una asistente social para buscar una familia temporal para Amir. Alejandro, más bien, inicia el trámite de repatriación del migrante, pensaba ayudarlo, pero con una actitud precipitada arruinó todo.

El hombre es acorralado, la policía está apuntando, lo están intimidando. Klea da la orden de bajar las armas, el hombre puede cometer una locura y al niño lo puede traumar.

El migrante tomó la decisión de usar al niño como escudo, el pequeño se asusta y llora y se le cae su pan. La intendente da la señal de mantenerse alertas, pero es ella quien va a negociar. El hombre habla inglés, pero el niño no.

- ¿Podemos hablar?

- No hice nada, soy inocente. – grita de la desesperación.

- Lo sé, pero yo he venido a hablar contigo. Quiero ayudarte.

- No, no. Yo no he hecho nada. Tengo hambre, mis hijos tienen hambre. – el hombre está temblando, mira por todos lados con mucho miedo.

- Deme al niño, está llorando, lo voy a calmar, ok, ¿te parece bien?

- No, no. El niño, no. El, niño es mío. – cada vez más asustado.

- Lo sé, pero le estás haciendo daño. Te ayudo. – se aproxima con cautela.

- No, es mío. – lo abraza con más fuerza.

El niño llora, extiende sus brazos por ayuda. Klea está a un paso del niño, el hombre no deja que nadie se acerque al pequeño, para lograrlo la policía apunta con sus armas y avanzan lentamente, el pánico se apodera del migrante.

Él grita para ahuyentarlos y deja caer al pequeño, Klea  logró sostenerlo del polo, el niño llora con más fuerza, está lleno de pánico, fue sostenido en el aire y el rebote fue mucho para él, la intendente tuvo miedo de no poder atrapar el niño, de inmediato lo arrulla en sus brazos. Esta tan asustado que no cesa de llorar, el hombre no se preocupa del pequeño, eso es indicio inequívoco de que ahora él es un rehén liberado.

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Cleo Goitia
Excelente
Francia Ortega: Gracias por valorar la historia
total 1 replies
Sabri Nahir Zapata Zini
Hermosa historia!!
Francia Ortega: Gracias por valorar esta historia./Smile/
total 1 replies
Sabri Nahir Zapata Zini
Muy buena historia! Me encanto
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