Cambiando Mi Destino

Amanda se despertó temprano y se dio un largo baño, usando uno de los jabones.

Luego se colocó el vestido más elegante que tenía, se perfumo y se arregló lo más hermosa y sencilla que pudo.

Después de comer y conversar un rato con su hija, la dejo en la tienda y se fue a dar un paseo.

El olor era exquisito por dónde pasaba, llamaba la atención de las personas que la veían.

Ya de por sí, ella era una mujer muy hermosa, pero ese perfume dejaba a las personas suspirando.

Entro a una hermosa tienda de damas, comenzó a ver entre los vestidos, intentando elegir uno.

Claro que llevo dinero para comprar por lo menos uno, para disimular lo que en realidad estaba haciendo.

vio un vestido sencillo, pero muy hermoso para su hija. Reviso el precio y lo vio bastante accesible.

Mientras veía mejor el vestido, unas cuantas damas muy elegantes se le acercaron.

Baronesa: buenos días, ¿cómo está?

Amanda: buenos días, bien gracias! Un gusto.

duquesa: hola! No la había visto antes, es nueva aquí me imagino.

Amanda: así es! Vine a vivir aquí con mi hija, soy viuda; después que mi esposo murió, ya no quise vivir más en mi antiguo reino y decidí experimentar algo diferente.

Baronesa: ya! Disculpe mi atrevimiento, pero usted tiene un olor muy exquisito. Inunda el aire con él, jamás había sentido una fragancia como esa.

Amada: AAAHH ~~ haciéndose la sorprendida ~~ se refiere a mi perfume.

Duquesa: perfume? No es una fragancia de las que normalmente solemos usar?

Amanda: verán, mis estimadas señoras! Esto es una fragancia que mi hija hace, es diferente a la que nosotras estamos acostumbradas, está es más duradera y su olor es más fuerte!

Ella le llama perfume, y por los momentos tiene este olor cítrico que es él que ustedes perciben y tiene uno más dulce, olor a flores.

Ambos son riquísimos.

También tiene unos jabones espectaculares! Pueden percibir el olor del jabón aquí en mi brazo.

Amanda levantó su manga y las invito a oler, quedaron impresionadas 😱 eran dos olores diferentes que ella tenía en su cuerpo, además que sentían la piel de ella suave.

Duquesa: disculpe, pero no pregunte su nombre.

Amanda: mi nombre es Amanda, me pueden llamar de esa forma! Era esposa de un duque, pero preferí no conservar el título, solo deseo vivir una vida tranquila.

Duquesa: la entiendo Amanda, no es común llamar a alguien por su nombre.

Amanda: lo sé! Pero ustedes pueden hacerlo, a mí no me molesta.

Duquesa: soy la duquesa Bond, ella es la baronesa lirón y ella es la marquesa Valencia.

Amanda: un placer, señoras, ¡cómo dije! Me pueden llamar Amanda.

Duquesa: Amanda querida, estoy interesada en esos dos productos! ¿Acaso tu hija puede venderme unos?

Marquesa: a mí también.

Baronesa: y a mí! A mi esposo le va a encantar.

Duquesa: igual que al mío.

Amanda: claro que sí, si quieren me esperan que voy a pagar este vestido y vamos a mi casa.

Mi hija tiene estos productos a la venta.

Las tres mujeres decidieron esperarla, mientras Amanda pagaba el vestido para Ariel.

Estaba contenta, su plan salió muy bien. Solo necesitaban unas mujeres que estén interesadas en el producto y ellas mismas se encargarán de darle publicidad con las demás damas en las fiestas de té o en las celebraciones a las que asistan.

Su día había sido bastante productivo y por primera vez experimentaba, una alegría de saber que sus esfuerzos darían resultado.

Después que pago el vestido, se dirigió con las tres damas a su casa.

Una vez ahí, las invito a pasar y les trajo té y bocadillos (sí que estaban preparadas madre e hija)

Amanda buscó a su hija, que se encontraba preparando unas cremas para el dolor.

A ella también le había ido muy bien.

Días atrás había preparado una especie de crema mentolada para los dolores musculares y se había hecho muy popular entre los plebeyos y algunos soldados.

Por los momentos vendía solo ese producto, pero tenía esperanza que poco a poco las personas creyeran en ella y fueran comprando más.

Amanda: hija ~~ con una gran alegría ~~ tres damas importantes vinieron a ver los perfumes y los jabones.

Ariel: en serio, mamá? ¿Tan rápido?

Amanda: si! Les gustó tanto el olor que no aguantaron y vinieron a comprar tus productos.

Ariel: que bueno, mamá! Vamos, no las dejemos esperando.

Ariel agarró una bandeja y coloco un jabón de cada uno de los olores que había hecho y colocó los dos perfumes.

Se dispuso a salir y presentar sus productos ante aquellas damas.

Una vez salió, saludo con una reverencia, luego se dispuso a presentar sus productos.

Las tres mujeres no daban de la felicidad.

Primera vez en sus vidas que tenían la oportunidad de tener unos productos para el uso personal tan ricos y únicos.

Jamás habían visto jabones de diferentes olores y colores.

Los perfumes eran de un olor exquisito.

Las mujeres les agotaron los productos a Ariel, ya que entre las tres se los llevaron todos.

Ariel y su madre estaban muy contentas; había sido un día muy productivo y ahora tenían a tres clientas fijas que siempre irían a comprar sus productos.

Ellas prometieron volver la siguiente semana por el doble de las cantidades que habían llevado y Ariel muy alegre les dijo que les tendría su pedido listo.

Le prometió tener nuevos productos cuando ellas volvieran y valla que las tres se fueron muy contentas.

Llegaron a sus casas y cada una decidió experimentar los jabones.

La experiencia fue placentera, el olor inundaba la habitación y sus cuerpos quedaban suaves y con un olor bastante rico.

Tanto sus hijos como esposos, se sorprendieron y les preguntaron acerca de esos jabones tan olorosos.

Ellas les dijeron dónde los habían conseguido y todos habían quedado maravillados con los jabones y perfumes.

A Amanda y Ariel, se les salieron unas lágrimas de felicidad.

Habían tomado una buena decisión al salir de ese país y trabajar de manera justa y honesta.

¡Si ambas encontraban el amor, sería bueno! Pero ya no buscarían sus oportunidades a través de hombres con dinero.

Ellas formarían sus propios caminos y ganarían su fama por mérito propio.

Amanda reflexionaba en su habitación, a ella le enseñaron que tenía que atrapar a un hombre con dinero y así asegurar su futuro.

Nunca supo lo que era trabajar o ganar su propio dinero.

Ahora que está con su hija, se siente alegre! Están trabajando duro, pero se siente satisfecha y orgullosa de ella y de Ariel.

Poco a poco irán creciendo, y nadie más las juzgará o les tirará en cara que lo que tienen es porque ellos se los dieron.

Nadie les restregará en cara, que son unas interesadas o que solo están esperando la oportunidad de un buen marido para tener posición.

No juzga a ninguna mujer, ya que todas son criadas de esa manera; solo agradece la oportunidad de poder crecer gracias al esfuerzo de ambas.