Fénix

Capítulo 6

Cristin llego justo a tiempo para infiltrarse en aquella reunión, Arlet era la encargada del Mosad para detener a Yassir Abad. Era un hombre peligroso para su país, en sí para todo el mundo. Cuando alguien vive del fanatismo religioso, se desata el extremista que lleva dentro. Todo en nombre de sus creencias.

—Será sencillo llegar hasta ellos, según nuestros agentes estará el hijo de Yassir presente. Lo cual es extraño ya que se supone que tiene solamente hijas, no se sabe de dónde salió ese supuesto hijo.—le explicaba Arlet

—Ese monstruo no debería tener nada en su vida, no se merece nada.—respondía Cristin con mucha amargura, después le dio un trago a su bebida.

—Lo que te hizo a ti no tiene perdón, si trabajamos bien podrás obtener tu venganza.—le daba ánimos Arlet

—Cualquier castigo para él es poco, sé que no he sido la única al que le ha destrozado la vida.—decía Cristin

—Comencemos, la reunión se llevará en una galería estarán todos los jefes, y se espera que este el líder de la organización. Aunque te veas sorprendida también ellos tienen una organización, muy unida de muchos años. Uno de los hombres más peligrosos que tuvo esas organización fue Nazir Aliza y sus hijos. Todos fueron asesinados, años después Yassir Abad se vuelve miembro y es ahí cuando nos pusimos alertas. La organización tiene mucho poder, pero tú y yo seremos las meseras que cubrirán el evento. Así podremos saber qué planean.—le decía Arlet el plan a seguir y le entregaba su identificación

—Así que me llamo Marina Cortes, ¿por qué?.—preguntó Cristin

—Por tu acento, escuché tu italiano y te puedes delatar. Además pasarás desapercibida si manejamos un perfil común.—respondió Arlet

—En fin, ¿por qué debemos usar vestido rojo?, se supone que solo serviremos.—preguntó Cristin

—Agente, todos los presentes son quisquillosos, en resumen se creen dueños del mundo así que exigieron vestido rojo, elegante y corto para todas las meseras.—respondió Arlet

Se llegó el momento de conocer a los criminales más grandes del planeta, con suerte se encontraría con su viejo enemigo. Esperaba no perder el buen juicio al verlo, tenía que atraparlo antes.

—¿como me veo?.—preguntó Cristin

—Espero que no traten de llevarte a la cama, eres realmente bonita.—respondió Arlet

—También lo espero, en fin vamos señorita.—respondió Cristin y salieron rumbo al lugar de la reunión

Todo era muy elegante, había muchos asistentes y todos se veían como hombres normales, empresarios. Pero la realidad era otra muy distinta todos eran criminales. Cómo era de esperar todos admiraban a nuestra agente, pero ella solo pensaba en una sola cosa, tener frente a frente a Yassir.

—Amigos y socios sean bienvenidos, todo esto fue organizado para ustedes. Estoy aquí para disculparme por nuestro líder, no pudo asistir por asuntos personales pero confía en nuestro criterio. Nuestro nuevo socio también se disculpó por su ausencia, pero envío a su hijo en su representación, con esta nueva sociedad volveremos a tener el mercado de las armas en nuestras manos.—decía Aleksei Sherbina

Todos aplaudían al líder de la mafia rusa, a pesar de su edad seguía siendo respetado y parte importante de la organización. Se acercó para conversar con Zaid.

—Espero que tu padre se encuentre bien.—decía Aleksei

—Si, está ocupado con las estrategias militares en contra de nuestros enemigo.—respondió Zaid

—Señorita un placer que esté aquí.—saludo Aleksei a Dasha

—El placer es todo mío.—respondió Dasha

—Tu esposa es muy linda Zaid.—le hacía un cumplido Aleksei

—Ella no es mi esposa, es solo mi acompañante.—respondió Zaid de inmediato

—Lo lamento disculpa lo inoportuno que fui. Por favor disfruten, nos vemos en un rato más.—decía Aleksei, pero Dasha sí se sentía incomoda. Pero no debía olvidar su lugar al lado de Zaid.

—No fue su intención.—lo disculpaba Zaid

—Se quien soy en tu vida, esposa solo tuviste una, si tengo suerte seguiré siendo la incondicional.—decía Dasha molesta, se puso de pie y fue al tocador para que no la viera llorar, porque si no saldría de su vida de inmediato.

Zaid suspiró al ver que no habría confrontación con Dasha, decidió tomar su copa y apreciar las pinturas en esa galería. Sabía que después de la recepción se reunirían todos para hablar del futuro. No pudo evitar notar a la mesera que estaba sirviendo tragos a los líderes de España.

—Sin duda yo compro a esa mujer.—decía el líder de Barcelona, pero ella se mantenía al margen. Cristin solo estaba cumpliendo con su trabajo servir copas, pero ellos insistieron en molestarla.—muñeca si me das un beso te haré rica, podrás dejar esta vida.—insistía Daniel mientras la sujeto del brazo.

—No quiero ser grosera pero no estoy interesada, con permiso.—insistía Cristin pero Daniel le impedía el paso y sobre todo que avanzara, todos los demás se reían con la situación. Pero Cristin estaba a punto de reaccionar de manera violenta.

—Basta Daniel, ella solo está haciendo su trabajo. No dudo que tengas muchas mujeres de las cuales servirte.—la defendía Zaid

—No necesito de tu intromisión, ¿acaso eres su padre?.—preguntó Daniel, en ese momento Cristin se había puesto furiosa, estaba a punto de echar su misión a la basura, para poner en su lugar a ese bribón.

—Bien, si no es por las buenas será por las malas.—dijo Zaid y sacó su arma. También ellos sacaron sus armas.

—¿Qué sucede?.—interrumpió Aleksei

—Solo quería conocer más a esta simple mesera, pero el árabe entrometido lo hecho todo a perder.—respondió Daniel

—Si él no fuera un idiota, sería más sencilla la convivencia.—decía Zaid

—Lo lamento señor, es mejor que me retiré.—expresó Cristin

—Creo que es lo mejor muchacha, te enviaré el pago completo con tu empleador.—decía Aleksei

Cristin camino deprisa hacia la salida, Zaid guardó su arma y no dudó en ir tras ella. Algo la hizo seguirla.

—Lo lamento.—se disculpaba Zaid

—No hay problema, ahora debo irme.—respondió Cristin, hasta ese momento no habían mencionado que él era el hijo de Yassir Abad

—Me sentiría más tranquilo si permites que mi chofer te lleve a tu casa.—insistía Zaid, ella simplemente lo ignoraba.

—De verdad no es necesario, además no soy una mujer que está acostumbrada a recibir ayuda de un hombre, menos de un extraño.—respondía Cristin pero sin cruzar sus miradas

—Me llamó Gael, ¿y tú?.—preguntó Zaid

—No puedo creerlo, pero ya que insistes me llamó Marina.—respondió Cristin

—Bien ya no somos unos desconocidos, permite que mi chofer te lleve.—insistía Zaid, en eso Cristin se detuvo

—No, gracias. Deberías de volver con ellos, déjame tranquila, ¿Vale?.—dijo Cristin furiosa

—Esta bien Marina.—respondió Zaid, llegaron hasta la entrada, de inmediato ella subió al taxi.—Adiós mujer del peculiar lunar en su mano.—decía Zaid con una sonrisa. Cristin bajó la mirada y simplemente lo ignoró.

—Tal parece ya tienes una nueva candidata para tu harem.—expresó Dasha que había visto todo lo ocurrido

—Acaso no observaste que ni si quiera me miro, acabo de salvarle el pellejo al idiota de Daniel. Esa mujer estaba envuelta en llamas, y no dudo que reduciría a cenizas al español idiota.—decía Zaid riéndose

Hace años que Zaid no sentía esa fascinación por una persona, la mayoría de las mujeres tenían una oportunidad como esa y se le lanzaban a sus pies. Pero Marina no, tal parecía aún había mujeres interesantes y no frívolas en el mundo.