Esta es la historia de 6 lobos, que con ayuda del buscador de mates Nolan Suche, parten en busca de sus parejas destinas, llegando a lugares a los que nunca se imaginaron visitar y experimentando todo tipo de experiencias que los podrán a prueba, pero para estos 6 lobos, ninguna prueba es lo suficientemente difícil, si la recompensa es esa personas que estuvieron esperando toda la vida.
Esta es la continuación de mi historia “La Buscadora de mates” espero que les guste.
Esta historia se concentrara en los hijos de Susana y Malik, los de Donia y Kalil, y los de Elizabeth y Julian.
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Capítulo 6
VICTOR
Han pasado ya dos semanas desde que Tara y yo tuvimos nuestra primera cita, no soy tonto, sé que ella planeó todo para irritarme, puesto que es más que obvio que cuando accedió a salir conmigo, no lo hizo muy confiada, y entiendo sus razones para ponerme a prueba, pero a pesar de eso, ese día fue uno de los mejores que mi vida, y vaya que mi vida ha sido larga, sin lugar a duda fue en día increíble, y los que le siguieron fueron aún mejores.
Literalmente en estas dos semanas Tara y yo hemos pasado cada momento que ella ha tenido disponible juntos, nos vemos antes de que entre a trabajar y todos los días sin falta la recojo al salir del trabajo, y la acompaño hasta su casa, incluso en algunas ocasiones pido un baile privado para poder estar con ella aun cuando está trabajando, lástima que esto último no puedo hacerlo muy seguido o empezaría a ser sospechoso.
Cada segundo de que pasamos juntos son momentos sumamente especiales para mí, aprovechamos cada segundo para conocernos mejor y también para mostrarnos afecto.
Tres días después de esa primera cita, de camino a su trabajo, Tara y yo nos dimos nuestro primer beso, lo que vendría siendo mi primer beso también, ya que a diferencia de mi compañera, yo me guardé para mi mate y nunca antes había tenido contacto íntimo con otra mujer.
Aún recuerdo ese momento y lo atesoro en mi corazón. Fui a recogerla a su casa, a la cual hasta el momento no me ha dejado entrar, y al verla salir, no pude evitar pensar lo afortunado que era al tener a una mujer tan hermosa como compañera.
- Te ves hermosa – le dije mientras se acomodaba en el asiento del copiloto.
- Tú también te vez muy apuesto – me dijo mientras me daba un beso en la mejilla a modo de saludo.
Ese día pasamos por una cafetería, antes de llevarla a su trabajo, puesto que había salido temprano de su casa, por lo que teníamos tiempo.
Fue una tarde muy animada, y cuando llego la hora de despedirnos, ella me rodeó el cuello son los brazos se puso de puntillas, puesto que es unos centímetros más baja que yo, yo por reflejo baje mi rostro, y así, ella unió mis labios a los suyos, al principio fue un poco torpe, algo normal, puesto que yo nunca había besado a nadie antes, algo que ella notó, y comenzó a guiarme, el beso duro mucho, pero a la vez muy poco, pero sobre todo fue mágico, después de eso nos despedimos, y desde entonces nos besamos en cada encuentro que tenemos, y en una que otra ocasión, sobre todo cuando estamos en el auto, nuestras manos han empezado a explorar el cuerpo del otro, pero no hemos avanzado más que eso, algo que me alegra, puesto que cuando sea nuestra primera vez juntos, deseo que sea sin secretos entre nosotros.
Sé que Tara me oculta algo, puesto que en algunos aspectos es muy reservada, sobre todo cuando se trata de su situación familiar, habla muy poco de ellos. Sé que son parte importante de su vida, puesto que las pocas veces que me ha hablado de su familia, puedo ver como sus ojos se iluminan de felicidad, esas es una de las razones por las que aún no le he dicho sobre mi verdadera naturaleza, puesto que temo que esa desconfianza que aún me tiene, se convierta en rechazo si lo digo lo que soy realmente.
Mientras tanto, disfrutaré del tiempo que tengo a su lado, y esperaré a que ella decida abrirse a mí, y cuando lo haga, le diré todo y estaremos juntos para siempre, de eso estoy seguro.
TARA
Han pasado las 2 mejores semanas de mi vida, Víctor es el hombre perfecto, o al menos lo es para mí, caballeroso, amable, firme, de valores impecables, es simplemente increíble y creo que me he enamorado de él, y es que en estas dos semanas he tenido la relación más hermosa de mi vida y aunque sé que tenemos muy poco tiempo de conocernos, no me imagino una vida sin él, y es algo que realmente me asusta.
La mayoría de mis parejas me dejaron por dos razones, mi trabajo y mi situación familiar, Víctor ya conoce mi trabajo, y aunque me confesó que no le hace mucha gracia que trabaje como stripper, sabe que es mi decisión si decido dejarlo o no, y él nunca me lo pediría, algo que claramente me hizo amarlo aún más, así que solo queda mi situación familiar, y me aterra que al enterarse decida que mi situación es demasiado complicada y decida dejarme.
- Hija, ¿por qué tanto suspiro?, parece que te estás desinflando – me dice mi padre, quien llaga hasta donde estoy.
Debido a mi situación con Víctor, no pude dormir, así que a pesar de ser temprano, decidí bajar y hornear un poco, siempre me gustó hacer postres, es algo que me relaja.
- No me estoy desinflando – le digo mientras le saco la lengua por su comentario.
- Es por ese muchacho, ¿o me equivoco? – me pregunta mi padre, a veces odio que me conozca tan bien.
- Si es por Víctor, temo que, de saberlo todo, decida dejarme – le comienzo a mi padre, mientras me siento en sus piernas como cuando era niña.
- Mi pequeña, ya no tan pequeña, no debes de temer, si ese chico decide dejarte, es porque él no era el indicado y por ende no valía la pena, mi niña tú vales tu peso en oro, incluso más, eres una mujer maravillosa, y ese hombre no sabe verlo, él se lo pierde, pero si te soy sincero, con lo que me has contado de él, dudo que lo haga, parecer ser un buen chico, así que sé valiente y tráelo a comer mañana, además de que como tu padre tengo unas cuantas cosas que decirle – me dice mi padre mientras me abraza.
- Gracias, pa, así lo haré.
Hablar con mi padre me ayudó a tomar una decisión, Víctor ha demostrado ser un hombre grandioso, así que no tengo nada que temer, y si al final las cosas no salen como espero, es porque no estábamos destinados a estar juntos.
cuánto falta
ya falta poco