Amelia Xhu, es la joven y única sobrina del Patriarca de la familia Xhu, quien la ha criado desde su niñez. Al cumplir los 23 años, Amelia fue obligada por su tío a tener citas a ciegas con hombres que no conocía para que pudiera asentarse y tener algo de vida amorosa, y quien sabe, hasta casarse y tener hijos.
Sin embargo, cada cita a ciegas terminaba en fracaso cuando los hombres escuchaban a que se dedicaba, estos huían inmediatamente con excusas al saber su profesión. Finalmente terminó frustrada y se dio por vencida con su vida amorosa.
Pero lo que no sabía era que un pequeño descuido la llevaría a conocer al hombre con quien había soñado en incontables ocasiones.
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Intensa mirada.
Dos días después, en un famoso restaurante de la capital:
-¿Qué hacemos aquí?- La voz sería de un joven sonó con un delicado susurro en el segundo piso, temiendo perturbar el descanso de su Señorita.
La mujer a su lado lo miró como si fuese un idiota, pero no dijo nada en voz alta -El Gran General le encomendo a su hija hacer una pequeña investigación en este restaurante, ya que está a su nombre. Dicen que la comida no se prepara de manera cuidadosa y algunos clientes se han intoxicado en esta última semana.- Explicó con seriedad.
Su Joven Señorita se encontraba tranquila, bebiendo té de su taza como si fuese algo normal o como si no estuviese haciendo nada allí. Sin embargo, ninguno se atrevió a cuestionar a su nueva Maestra.
Con una taza de té humeante yacía sobre las manos de Sasha, quien luego se tomar dos sorbos lo apartó con disgusto. Claro estaba que el sabor de aquel té era disgustante para su paladar.
La joven aparto la mirada de su taza de té, tan solo para bajar la vista al primer piso, donde una figura familiar yacía delante de un joven desconocido. Ambos conversaban con gran calma, pero lo que llamó su atención, era que aquel extraño parecía muy pegado a su prometido.
-Ve a llamar al gerente del restaurante y al cheff que se encarga de estas cosas. Diles que vallas a la habitación privada personal de mi padre.- Ordenó Sasha para luego ponerse de pie con las manos en la espalda, su mirada puesta sobre Cuart.
Acatando la orden, el joven se retiró, ya estaba acostumbrado a recibir órdenes de Sasha.
Riu vio como su Maestra volvía la mirada hacia un lugar en específico, sus ojos se abrieron ligeramente al ver de quien se trataba ¡Qué gran casualidad! Pero, él no estaba allí cuando llegaron.
-¿Quién es el hombre que lo acompaña?- La voz de su Maestra la sacó de sus pensamientos, se había dado cuenta. Los ojos de su Señorita miraban con intensidad a aquella persona que le resultaba desconocida.
Como siempre, su joven Maestra era muy minuciosa y cuidadosa con las personas.
Llevando sus manos en puños a su pecho, respondió respetuosamente con la cabeza baja -Es el médico más famoso del Estado Shuayan, también es el médico que siempre acompaña al Comandante Liang en el ejército para tratarlo. Y he escuchado algunos rumores sobre... una relación romántica e impropia entre ambos.
Ella mantuvo sus ojos en su Señorita, tratando de ver si esta cambiaba de expresión, pero al contrario, la joven sonrió un poco y aparto la mirada antes de decir en voz baja -Que gustos más peculiares.- Para luego darse la vuelta y alejarse.
Riu miró a Matthew una vez más, centrando su mirada en él, sin embargo, como si este sintiese su mirada, levantó la cabeza y miró justo en su dirección.
Con un escalofrío en su cuerpo, Riu siguió a su Maestra, ignorando aquella mirada tan fría e intensa que aquel hombre le lanzaba.
En la planta baja:
Matthew frunció el entrecejo cuando la única guardia femenina de su futuro suegro se alejaba en el segundo piso. No logro ver a Sasha y tampoco le presto atención a la guardia ya que para él, le servía a Mark Kun.
-¿Qué estás mirando?¿Alguna belleza llamo tu atención?- El joven delante de él pregunto con curiosidad mientras seguía la mirada de Matthew, sin embargo, su expresión cambió. Inclino un poco su cuerpo y se volvió hacia su amigo desde la infancia.
-Hace unos minutos, sentí un fuerte escalofrío recorrer mi cuerpo, sentí la mirada desde esa dirección ¡Era como si alguien quisiese matarme! No te miento, sentí miedo bajo esa mirada ¡Ni siquiera me atreví a volver la cabeza y buscar de quien se trataba!- Dijo el joven con un tono ligeramente exagerado.
Su largo cabello dorado estaba atado en un moño alto y ceremonioso, como un príncipe, usando una horquilla especial que sólo disponían los médicos imperiales. Vestido completamente de blanco, frunció el ceño ante la incomodidad que le dio aquella mirada.
Matthew miró su taza de té con cierto disgusto y lo dejo a un lado, no tenía el mismo sabor de hace unos días.
-Estás imaginando cosas, siempre eres paranoico.- Dijo con indiferencia el joven, sin tomarse enserio las palabras de su amigo ¿Quién en este mundo sería capaz de volver a ver así al hijo del primer ministro y también al mejor médico del Estado de Shuayan?
El joven golpeó ligeramente su puño sobre la mesa, caís siempre lograba mantener un comportamiento sereno y tranquilo, sin embargo, a causa de aquella mirada tan intensa ya no pudo ¡Los vellos de todo su cuerpo se pusieron de punta!
-Siempre te he acompañado al campo de batalla y esta es la segunda vez que siento una mirada así, tu fuiste el primero pero resulta que alguien que tiene la mirada incluso más peor que tu.- Dijo el joven con total seguridad.
Este es Mateo Yuan, el segundo médico imperial del Estado de Shuayanin, y también el segundo hijo del primer ministro, mano derecha del actual Emperador.
Siendo, además, el médico favorito de la Emperatriz.
-Si tu lo dices.- Respondió Matthew dándole poca o ninguna importancia a las palabras del joven Mateo, quien inmediatamente le lanzo una mirada de indignación.
-Idiota.- Murmuró antes de ponerse de pie y caminar hacia el segundo piso, con intensiones de ir a buscar a esa persona.
Matthew lo miró y con un suspiro de impotencia, le siguió, si no cuidaba de este tipo, se metería en grandes problemas con su hermano mayor. Después de todo, eran primos por sangre.
En el segundo piso:
En la habitación privada del General Kun, Sasha se sentó elegantemente sobre el sofá especial de su padre, detrás de ella, sus dos guardias personales se pararon a su izquierda y derecha con expresiones faciales frías.
-Señorita Kun, sé que esto es un problema grave pero espero que entienda a nuestros cheff.- Dijo el hombre de unos 30 años arrodillado delante de Sasha con un tono respetuoso.
-Me has dicho que los cheff de este restaurante son marido y mujer ¿No? Que ambos tengan problemas matrimoniales no tiene nada que ver con el restaurante. Si su amargura daña la comida, es su culpa ¿O acaso nuestro restaurante tiene que verse perjudicado por sus problemas amoritales?- Cuestiono Sasha con frialdad.
El cuerpo del hombre templo, pero no tenía nada que decir, su Señorita decía la verdad. Estaba por aceptar su error cuando escucho a la dama decir -Ve a llamar a tus cheff.
Varios minutos después, una pareja de mediana edad ingreso en el lugar con la cabeza gacha, pero ambos se miraban con enojo de reojo. Esto Sasha lo noto desde el momento en que ingresaron.
-Sal de la habitación.- La joven se volvió hacía el gerente, quién inmediatamente acató la orden y salió de la sala como si algún animal feroz lo siguiese.
Estando solo las cinco personas, Sasha miró a la pareja de mediana edad.
-Es un gusto conocerla, Señorita Kun.- Dijeron ambos al unísono con una reverencia respetuosa, sus cabezas estabas gachas, sabiendo cual era su error.
-¿Qué es lo que sucede?- Preguntó Sasha, dejando desconcertado a todos los presentes en la sala, sin saber a lo que se refería del todo.
-Nuestra comida sabe mal y bueno... Algunos clientes han resultado intoxicados por nuestros errores...- Habló primero el cabecilla de la familia con seriedad y respeto, aceptando su error y sin huir al problema.
La joven simplemente los miro con frialdad, poniendo nerviosos a la pareja -¿Y a que se debe?- Preguntó ella una vez más.
Esta vez, la mujer de mediana edad fue la que hablo primero -Tenemos problemas en nuestro matrimonio y a causa de nuestra amarga vida, la comida no sabe a como cuando la realizamos con felicidad.- Explicó con total sinceridad.
-Ya que es un problema matrimonial ¿Porqué no lo han solucionado? ¿Acaso no saben que esto le esta causando pérdidas al negocio de mi padre? Ya hemos compensado a diez personas por su comida.- Dijo la joven con extrema frialdad.
Ante tal tono sombrío, la pareja se estremeció por culpa del nerviosismo y el temor a ser despedidos. Habían trabajo en este restaurante desde que contrajeron matrimonio hace 35 años.
-Lo sabemos.- Asintieron ambos al unísono con expresiones culpables y ligeramente amargas.
-Solucionemoslo.- La voz de Sasha sonó con un frío más leve, sin embargo, aquellas palabras dejaron en confusión a la pareja, y no sólo a ellos. Cuart y Riu también se miraron con confusión.
-¿Nos despedirá?- Preguntó la dama con el rostro pálido, sus ojos se tornaron rojos y parecía estar a punto de llorar. El señor también parecía temeroso de aquello.
Sasha soltó un suspiro.
-No...
Es más divertido por estos lares latinos 🤣😂🤣🥂🍾🍷🍻🍺💃🕺💃🕺💃🕺
Me encantó este encuentro de Sasha con la madre