Melanie Harper quiere disfrutar de unas merecidas vacaciones antes de enfrentar su dura realidad y tomar una decisión que afectará, sin duda, el resto de su vida, sin embargo, no contaba con que Conor Sullivan apareciera en su vida, y la hiciera vivir todas las aventuras que alguna vez soñó con experimentar.
Conor Sullivan guarda un secreto, es el Capo de la mafia Irlandesa, pero no dejará que Mel se aleje de él por su trabajo, antes peleará con la misma muerte de ser necesario.
Porque si encuentras a la persona que te hace feliz tienes el derecho a hacer lo que sea para conservarla a tu lado, incluso si aquello implica que sangres.
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Frío
Melanie
–Nunca pensé que llegaría este día, pero el escarabajo de Tonny ha muerto –declara por fin.
–Mierda.
–Hay gente en el pueblo que te agradecería si supiera. Esta cosa hacia un ruido infernal.
Hago un mohín. –Tonny querrá sacar partido de esto, seguramente me cobrará el doble o el triple de lo que vale.
–Es muy probable –dice limpiándose las manos, llenas de aceite de motor, en su camisa–. Pero no dejes que eso te quite el sueño, yo hablaré con él.
–Puedo resolver mis propios problemas –devuelvo–. No quiero que pienses que me estoy aprovechando de ti.
Se ríe y luego se saca la camisa, enmudeciéndome por completo.
–Soy un maldito desastre –se queja–. Por suerte tengo una camiseta de repuesto.
Hace una bola con la camisa y seca el sudor de su abdomen. Imagino que después de estar media hora revisando el auto por abajo, por dentro y por fuera, sudas bastante.
Lucho para mantener mi boca cerrada mientras veo unas pequeñas gotas de sudor correr desde sus enormes pectorales hasta su abdomen marcado.
Un trueno suena en el cielo justo cuando de mi boca sale un sonoro suspiro. Imagino que mi suerte está regresando.
Cuando las primeras gotas comienzan a caer sobre nosotros Conor sonríe y mira hacia el cielo, abriendo la boca y tragando las pocas gotas que deciden caer en su boca.
Es hipnotizante ver como el agua se desliza por su escultural cuerpo.
Me bajo de la rama en la que me dejó sentada y camino hasta él, víctima de un hechizo.
–¿Qué…? –comienza a preguntar cuando me ve, pero se calla cuando coloco mi mano sobre uno de sus pectorales.
–Es como si tu cuerpo luchara contra la naturaleza. Tú le dices al agua por donde ir –susurro siguiendo el hilo de agua con la yema de mi dedo índice.
–Mel –usa mi nombre como una advertencia–. No empieces algo que no vas a terminar –me amonesta y reacciono.
Retrocedo tan rápido que tropiezo con una pequeña roca, pero Conor alcanza a tomar mi brazo antes de que vuelva a caer.
–Lo siento, creo que no dormir me está afectando –me disculpo sin atreverme a mirar esos ojos tan hipnóticos–. Y si mejor vas a buscar ayuda y yo espero aquí –ofrezco insegura de poder controlarme si tengo que estar con él sobre la yegua.
Piel contra piel.
–No te voy a dejar sola –devuelve con firmeza–. Nunca sabes con quien te puedes encontrar.
Antes de que peda agregar algo más me sube sobre la yegua.
–Tranquila, Niki –ordena cuando la yegua comienza a relinchar y a moverse con brusquedad, como si una pulga estuviera molestándola–. Hey, tranquila –insiste. Acaricia la cabeza del animal y luego deja un beso sobre su copete–. Esa es mi chica –susurra, calmándola.
Tomo las riendas para equilibrarme mientras Conor guarda sus cosas y las va dejando en el bolso, que cuelga sobre la punta de anca de Niki.
–¿No vas a ponerte una camiseta? –pregunto sonando asustada.
–Sí, la camiseta –dice y rebusca en el bolso hasta que encuentra una delgada camiseta negra.
–Eso no te abrigará nada. ¿Quieres de vuelta tu chaqueta?
–Estoy bien –dice y se sube a Niki en un movimiento–. Sujétate a mi cintura –ordena.
Respiro profundamente y obedezco su orden. Lucho contra un temblor cuando siento su calor corporal en mi pecho y brazos, y sobre todo, cuando puedo tocar esos duros abdominales con mis manos.
–Tengo que correr si queremos llegar antes que anochezca a la finca. Si el dolor en tu pie empeora, házmelo saber –ordena.
–Sí, señor –respondo de inmediato.
Conor ríe antes de golpear a Niki con su pie. La yegua sale disparada y tengo que sujetarme a él con fuerza.
Pensé que era una jinete atrevida, pero quedo corta al lado de Conor. Parece que no le tuviera miedo a la muerte, ni respeto a su vida, o a la mía.
–¡¿Cómo vas?! –grita en mi dirección.
–¡Feliz de seguir con vida! –devuelvo, logrando que todo su cuerpo tiemble con su sonora carcajada–. ¿No te preocupa que el ganado no pueda seguir tu ritmo?
–Son listas, saben el camino a casa –devuelve.
Escondo mi rostro en su espalda cuando pasamos a la velocidad de la luz a través de árboles y matorrales.
Después de lo que parecen horas, se detiene bruscamente.
–Puedes abrir los ojos –dice divertido–. Pensé que te gustaría ver el lago Kilbrean.
Abro un ojo, asustada todavía con el viaje.
–Oh –susurro cuando veo el lago frente a mí.
–Cerca de casa está el lago Lackagh, pero es más pequeño que este.
Me suelto de su agarre e intento saltar de Niki, pero Conor se baja y me toma de mi cintura para ayudarme a bajar.
–¿Podemos acercarnos?
–Claro –dice e intenta tomarme de nuevo en sus brazos.
Me cruzo de brazos. –Puedo caminar –digo divertida–. Solo tengo un esguince en el pie, nada grave.
–Pero no nos arriesgaremos –dice tomándome por mis muslos, y dejándome colgando sobre su hombro–. ¿Mejor así?
–Qué gracioso –devuelvo mientras saco el cabello de mi rostro y me giro para ver el lago–. Es maravilloso.
Conor asiente y camina hacia el lago y antes de darme cuenta está con el agua hasta su cintura.
–Dijiste que te gustaba más el clima frío.
–Sí, pero… –no alcanzo a terminar porque me deja caer sobre las frías aguas.
Mi cuerpo se hunde hasta el fondo antes de flotar de vuelta a la superficie.
Comienzo a toser, y lucho con mi cabello para sacarlo de mi cara.
–Podrías haberme matado.
–Por favor, Mel, el agua en la orilla no es tan profunda.
–Para ti, que mides como un edificio, no, pero yo –digo colocándome de pie–. El agua llega casi a mi cuello.
Conor ríe a mandíbula batiente. Su risa rebota a través del lago y no puedo evitar sonreír.
–El agua helada es buena para tu pie –dice a modo de disculpa.
–¿Y qué con el resto de mi cuerpo?
–El agua helada es buena para la salud.
–Si tú lo dices –murmuro–. Acabas de arruinar tus botas.
–Tengo un montón –dice encogiéndose de hombros–. Y ver la expresión en tu rostro cuando caías al agua no tiene precio.
–Me alegra que te diviertas a mi costa –digo y le lanzo agua a su cara–. Pero gracias. Está muy lindo aquí. ¿Todo esto es tuyo?
–Sí –responde orgulloso–. Mis abuelos trabajaron toda su vida en estos terrenos y apenas tuve el dinero, quise comprarlo para que pudieran ser dueños del lugar donde solían ser maltratados.
–Tu papá debe haber estado muy orgulloso y feliz de que pudieras hacer eso por sus padres.
Conor tensa su mandíbula.
–Son los padres de mi madre –masculla.
–Oh, lo siento –me disculpo cuando entiendo que su padre es un tema delicado para él–. Tu mamá debe estar muy orgullosa.
–Murió tres años después que lo hiciera mi hermano –dice antes de tomarme en sus brazos nuevamente–. Y este terreno lo compré cinco años después de su muerte.
–¿Cuántos años tenías cuando tu mamá murió?
–Diecinueve años. Fue el mismo día de mi cumpleaños.
–Oh, lo siento mucho. ¿Cuántos años tenía ella?
–Treinta y ocho años.
–Oh, era muy joven. ¿De qué murió? –pregunto con curiosidad.
–Tenemos que volver pronto o cogerás un resfrío –dice cambiando de tema bruscamente.
–Sí, claro –digo y me castigo mentalmente. La periodista que hay en mí hace preguntas, sin pensar si puedo o no lastimar a alguien.
Nos subimos a Niki y antes de que pueda disculparme salimos disparados.
Abrazo su torso y recuesto mi cabeza en su espalda. Debe haber sido muy difícil perder a su gemelo y luego a su madre. Acaricio su espalda con mis labios, intentando borrar esos tristes recuerdos de su memoria.
Ay, Mel, la cagaste.
VENDETA VENDETA
Jajajajaja me encantan las mujeres poderosas y mel tú lo eres
MUJERES AL PODER
Es mejor enfrentar las cosas jajajajaja
Pero tb recibisteis un beso de connor jajajajaja
Se te vio el plumero jajajajaja
Que pasará en esa fiesta ?
Espero que connor no tenga problemas por el anillo
Somos dos cochinotas por pensar en cosas sucias jajajajaja 😂