ARROGANTE

Estoy caminando sin rumbo por él mismo parque de mi anterior sueño y trato de llamar a Nolan pero no se como hacer para que aparezca y me aclaré todas mis dudas, cuando ya me estoy dando por vencida, lo siento, me recorre un escalofrío por la espina vertebral y giró despacio cuando lo veo y él corazón se acelera a un ritmo casi innatural.

— Sabias que si llamas a uno de nosotros debemos aceptar para introducirnos a los sueños — responde relajadamente con la espalda recostada en un árbol y con una pierna flexionada en él mismo y hace que envidie siempre su postura y tono relajado.

— Sabías que puedes avisar que estás detrás de mí y evitarme un infarto —le regaño mientras trató de que mi corazón desacelera su ritmo a uno normal.

 — Y de qué hablas cuando te refieres a nosotros— le pregunto curiosa.

Sonríe — De verdad no me percibes, no encuentras una vibra diferente al resto de las personas, vamos concéntrate, puedes hacer más — hago lo que me dice y cierro los ojos para concentrarme mejor y es cuando lo siento..., siento algo diferente en él que hace que mis vellos se erizan.

 — Quién eres — le hago la misma pregunta que me hizo en el anterior sueño.

 — Corrección  no es quien soy sino que soy — cuando termina de decir sonríe aterradoramente y hace que mi pulso de nuevo se acelere.

 — Qué eres — pregunto con él miedo recorriendo todos mis huesos.

 — Preguntada acertada, pero debes descubrirlo tu misma — sonríe y siento como quedo más curiosa que antes.

— Te exijo respuestas — digo firmemente y me sorprende que mi voz no me fallara por él miedo.

 — Vamos bonita eres más inteligente que eso — contesta rodando los ojos al cielo y yo solo pienso en él apodo que me dijo la primera vez que hable con él.

— necesito saber — le recrimino.

 — Para eso me llamaste a tu sueños— se encamina a paso firme hasta quedar frente de mi haciendo que me coloque más nerviosa de lo que ya estoy.

 — eres peligroso — le pregunto y él vuelve a rodar los ojos al cielo.

 — te parezco peligroso — dice mientras recoge un mechón suelto de mi cabello y lo coloca detrás de mi oreja y se aleja de mi.

No se que mas decir y él me mira pacientemente desde la distancia.

 — necesito que busques un grimorio en tu casa — dice para girar en su eje y caminar hacia la oscuridad que se cierne en él y es cuando noto como la imagen se distorsiona y se que ya voy a despertar.

Abro los ojos, tomo mi celular que se encuentra en la mesa de noche y veo la hora y me sorprende al ver que dormí cuatro horas, me desperezo y me pongo en la tarea de buscar en el celular que es un grimorio, lo que me arroja internet me desconcierta, de verdad debo buscar un libro viejo lleno de imágenes raras. salgo de mi cuarto, camino por el pasillo pensando en dónde buscar ese bendito grimorio.

He pasado casi una hora y media buscando ese dichoso libro que no encuentro en ningún lado y cierro los ojos para no perder el control y recuerdo que mi mamá siempre decía que detrás de los cuadros es bueno esconder cosas, abro los ojos y busco un cuadro y veo el retrato de todos juntos, sonrió melancólicamente y me encaminó hacía él, quitó el cuadro y veo una pequeña puerta, la abro y veo un libro grande, un poco viejo, lo saco y lo llevó a mi cuarto.

Cierro la puerta y me tiro en la cama con el libro y comienzo a leer cada letra de cada página que en él está escrita y así me paso toda lo que resta del día tratando de entender lo nuevo que a mi vida llega.

Pongo en práctica muchos hechizos para dar rienda suelta a lo que según dice él soy la más poderosa y me sorprendo al ver lo fácil que me salen pero que me cuesta mucho controlar y así aprendo poco a poco de lo que es ser una bruja y lo que conlleva controlar el poder que se me ha impuesto la naturaleza misma, olvidándome de todo lo que me preocupa y concentrándome plenamente en recitar bien las palabras para que los hechizos y los conjuros funcionen, me levanto de la cama, bajó a la cocina a buscar que comer, percibo que en la casa no hay nadie excepto yo, me preparo un sanduche para engañar a mi estomago, tomo el libro lo abro y busco un hechizo que haga levitar objetos, digo el hechizo al pie de la letra y apunto mi dedo al sanduche, con asombro genuino observo como se eleva hacia donde dirijo mi dedo y pienso cómo mi vida cambiará después de descubrir esta magia y así sin más llega la noche, escucho la puerta ser abierta y muy nerviosa escondo el libro en mis piernas para que no lo vea, veo como papá llega, me mira y me sonríe con cansancio.

 — Voy a dormir, estoy muy cansado, buenas noches Mar —se dirigió escaleras arriba y escucho la puerta de su habitación cerrarse, boto el aire que no sabía que llevaba conteniendo y me relajo, termino mi cena y subo las escaleras, paso por la habitación de Miguel y me pregunto donde estará, llego a mi cuarto y decido llamarlo pero me manda directo al buzón, suspiro y me digo que mañana lo buscaré, guardo el libro en mi cajón y me acuesto en la cama y sin darme cuenta caigo rendida en un escalofriante sueño.