¿Cómo te sentirías si amaras a tu propio primo? La respuesta es ¿por qué no? Si tu primo es un hombre muy guapo y amable, aunque su carácter y actitud sean tan fríos como el Polo Norte.
Eso es lo que le pasó a Bayron Arbeto, un precioso omega de dieciocho años que quería mucho a Agam Mateo, su primo mayor.
Un alfa conocido por ser muy frío, rígido y nunca visto cerca de ningún omega. Pero lamentablemente Agam Mateo no siente lo mismo, el alfa siempre ha considerado a Bayron como su propio hermano pequeño. ¿Y cómo podría un hermano amar a su hermano?
-Amarte es un regalo para mí- Bayron Arbeto
-Ser amado por ti es un desastre para mí- Agam Mateo.
¿Cómo va la historia de amor de ambos? ¿Se producirá el matrimonio entre primos? Ven a seguir su linda y adorable historia de amor.
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Part. 10
Bayron pensó que trabajar en la empresa de Agam la acercaría más al hombre, pero la realidad que recibió fue todo lo contrario. El primer trabajo que hizo lo alejó de Agam, porque desde la mañana Bayron le dieron la tarea de ir directamente al campo para encontrarse con varios clientes que querían colaborar con la empresa.
De modo que no podía ver el bello rostro de su primo y sólo podía contentarse con mirar el rostro de Jonathan, que era serío y rígido, como una gamuza seca.
Y después de pasar un día fuera de la oficina con Jonathan, Bayron regresó a la compañía de Agam con la esperanza de estar a solas con el apuesto alfa.
Sin embargo, sus esperanzas desaparecieron instantáneamente cuando vio la figura de Cindy en el estudio de Agam, y lo que fue aún más desafortunado fue que Cindy le pidió que los acompañara a buscar el vestido que Cindy usaría el día de su compromiso.
-¿Cómo me queda este vestido?- Cindy preguntó con una sonrisa.
-Bien- Agam respondió brevemente, mirando a Cindy que actualmente estaba parada frente a él con un hermoso vestido que cubría su cuerpo.
-Bayron, ¿qué piensas?- Cindy le preguntó al primo de su futuro esposo.
-Ese vestido te queda muy bien- Bayron respondió sinceramente, pues la mujer se veía muy hermosa y sexy luciendo un vestido largo con una abertura en el lado derecho.
-Está bien, me quedo con este vestido- Cindy regresó al vestuario con una sonrisa en los labios, porque había encontrado un vestido adecuado para usar en la fiesta de compromiso.
-¿Qué sucede contigo?- Preguntó Agam, cuando por el rabillo del ojo captó la expresión incómoda en el rostro de Bayron.
-No, estoy bien
Agam respiró hondo y trató de no preocuparse por lo que le pasó a Bayron, pero sus esfuerzos no tuvieron éxito cuando escuchó a Bayron hacer una mueca de dolor mientras se masajeaba la pierna. Y sin pensarlo, Agam se arrodilló frente al omega, luego agarró sus delgadas piernas y las colocó sobre sus muslos.
-¿Qué estás haciendo?- Bayron chilló cuando su primo se arrodilló y le quitó los tacones que llevaba.
-¿Por qué llevas esto?- Agam miró los pies de Bayron, que se estaban pelando en el dedo meñique, el dedo gordo y el talón trasero.
-¿Duele?- Agam levantó la cara para mirar la cara de Bayron.
-No son mis pies los que me duelen, sino mi corazón el que me duele porque me rechazaste- Bayron señaló su pecho.
Agam tiró bruscamente las piernas de Bayron y luego se recostó en el sofá.
-¡Duele, sabes!- Bayron protestó cuando Agam tiró su pierna.
-Si estás enfermo, ¡vete a casa! Jonathan te llevará- Dijo Agam sin mirar a Bayron que estaba sentado a su lado.
Prefería mirar la pantalla de su teléfono celular en lugar de mirar la cara de Bayron que siempre lo molestaba.
-¡No es necesario! Ya no me duelen los pies- Bayron respondió rápidamente e inmediatamente se volvió a poner los zapatos, porque no quería volver a casa y perder su tiempo con Agam, que se había retrasado desde la mañana.
-¿Puedo preguntar algo?
-No deberías- Agam respondió fríamente.
-¿Es cierto que ustedes dos están en un matrimonio concertado?- Preguntó Bayron sin importarle las prohibiciones de su primo. Agam guardó silencio y no respondió a la pregunta de Bayron.
-¿Por qué preguntó si podía o no? ¡No escuchó la respuesta que le di!- Agam murmuró para sí mismo.