Si hubiera sabido el impacto que tendrías en mi vida, hubiera corrido en otra dirección que no fuese la tuya
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Verdades a medias
La madrugada avanzaba lentamente, pero la tensión en la sala solo aumentaba. Alex, aún con el teléfono de April en la mano, no podía dejar de pensar en lo que acababa de ver. La imagen de Lucas en ese cuarto oscuro lo perseguía, y el mensaje solo añadía una capa más de urgencia. Sin embargo, el dilema lo carcomía: ¿debía despertar a April ahora o esperar hasta que ella estuviera en mejores condiciones para enfrentarlo? Sabía que la situación era crítica, pero también era consciente de que April estaba al borde del colapso emocional.
Jota regresó con una taza de café, su expresión ya mostraba un cansancio profundo, pero cuando vio el rostro preocupado de Alex, supo de inmediato que algo no andaba bien.
—¿Qué pasó? —preguntó en voz baja, mirando primero a Alex y luego a April, aún dormida.
Alex dudó por un momento antes de mostrarle el mensaje anónimo en el teléfono. Jota miró la pantalla, y su rostro se oscureció al ver la imagen de Lucas. Un suspiro pesado salió de su boca, y luego se frotó los ojos con frustración.
—Maldita sea —murmuró Jota—. Esto se está volviendo peor de lo que pensábamos. ¿Qué vamos a hacer?
Alex apretó los labios. Sabía que no podían esperar más.
—Creo que tenemos que actuar ya, pero no quiero asustar a April. Está agotada y si ve esto en su estado actual, podría derrumbarse completamente —respondió, su voz baja pero tensa.
Jota asintió, claramente de acuerdo.
—Tienes razón, pero no podemos quedarnos aquí sentados sin hacer nada. La policía sigue sin avanzar, y esta gente parece estar controlando cada movimiento que hacemos.
Hubo un breve silencio antes de que Jota se acercara más, inclinándose hacia Alex.
—¿Has notado algo extraño desde que llegamos? —preguntó Jota, susurrando.
Alex frunció el ceño.
—¿A qué te refieres?
Jota tomó un sorbo de su café, sus ojos escaneando la sala como si esperara que algo o alguien los estuviera observando.
—Desde que llegamos a casa, siento como si algo o alguien nos estuviera vigilando. No he querido decirle nada a April, pero… no puedo sacudirme esa sensación. Incluso antes de que esto del secuestro explotara, había momentos en los que sentía que alguien nos seguía.
Las palabras de Jota hicieron que el ambiente en la sala se sintiera más denso. Alex también había sentido una inquietud en los últimos días, pero la había atribuido al estrés. Ahora, con lo que Jota decía, la sospecha de que alguien los estaba vigilando empezaba a parecer más real.
—¿Crees que todo esto comenzó antes del secuestro? —preguntó Alex, sintiendo que algo en su estómago se revolvía.
Jota se quedó en silencio un momento, considerando la pregunta.
—No lo sé. Pero lo que sé es que algo se siente mal desde hace semanas. Es como si todo lo que ha estado sucediendo —las deudas de Lucas, los mensajes a April, incluso lo que ella no nos ha contado— estuviera conectado de alguna manera. Y creo que esa conexión tiene que ver con lo que pasó en Richmond.
El nombre de Richmond volvió a llenar el aire como una nube oscura. Ninguno de los dos mencionó a Andrew directamente, pero ambos sabían a quién se referían.
Alex pensó en los pocos detalles que había logrado sacar de April sobre su tiempo en Richmond, pero la mayor parte de la historia seguía siendo un misterio. Lo que sí sabía era que algo en ese viaje había cambiado a April, y no para bien.
—¿Alguna vez te habló sobre lo que realmente sucedió allá? —preguntó Alex, manteniendo la voz baja para no despertar a April.
Jota negó con la cabeza.
—No con detalle. Sé que algo no andaba bien, pero nunca quise presionarla. Ahora me arrepiento de no haberle dicho lo que pensaba. Andrew… no me gustaba desde el principio. Siempre parecía demasiado perfecto, demasiado calculado. Pero April parecía tan feliz al principio que pensé que tal vez era solo mi paranoia.
Alex sintió una punzada de celos y preocupación al escuchar el nombre de Andrew. Aunque había tratado de no pensar demasiado en él, no podía ignorar la creciente inquietud que sentía cada vez que lo mencionaban.
—¿Crees que él podría estar involucrado en todo esto? —preguntó Alex, su tono grave.
Jota se encogió de hombros, pero su expresión era sombría.
—No lo sé. Pero desde que ella volvió, April ha sido diferente. Y con todo lo que ha estado pasando, no puedo evitar pensar que algo más sucedió allá, algo que ella no nos ha contado. Si Andrew está involucrado o no, no lo sé. Pero si alguien puede estar detrás de todo esto, no sería una sorpresa para mí.
El peso de sus palabras cayó sobre Alex como una losa de concreto. El nombre de Andrew, junto con la incertidumbre que lo rodeaba, empezaba a sentirse como una amenaza tangible, algo que podría estar conectado con todo lo que estaba sucediendo.
Justo en ese momento, el teléfono de Alex vibró en su bolsillo, rompiendo la tensión en el aire. Alex lo sacó y miró la pantalla. Otro mensaje anónimo.
**"Ella no está a salvo contigo."**
Alex sintió un escalofrío recorrerle la espalda. El mensaje era claro, pero al mismo tiempo vago, y eso lo hacía aún más aterrador.
—¿Qué dice? —preguntó Jota, notando el cambio en la expresión de Alex.
Alex le mostró el mensaje y Jota lo leyó, su ceño fruncido.
—Esto no tiene sentido. ¿Qué quieren? —preguntó Jota, su frustración evidente.
Alex no tenía una respuesta. Todo lo que sabían hasta ese momento era que estaban siendo observados, manipulados, y que cada paso que daban parecía llevarlos más profundamente en la trampa.
En ese momento, April se removió ligeramente en sus piernas, murmurando algo en sueños. Ambos hombres se quedaron en silencio, observándola mientras ella se movía y se acomodaba nuevamente.
—Tenemos que hacer algo pronto —dijo Alex en voz baja, mientras miraba a April—. No podemos dejar que ella siga en medio de todo esto sin saber qué está pasando.
Jota asintió, pero su mirada estaba perdida en el vacío, claramente preocupado por lo que podría suceder a continuación.
**La madrugada avanzaba, y aunque el silencio reinaba en la casa, la sensación de que algo terrible estaba por venir no los abandonaba.**