CUARTO LIBRO PRINCIPAL DE LA COLECCIÓN HURMAYA:
Majic, Lycka y Huimang aman profundamente, pero deberán decidir cuánto están dispuesto a sacrificar por proteger a quienes aman.
¿Podrán ser capaces de reconstruirse después de ser arrastradas al abismo de la desolación y la desesperanza?
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6. Nosotros somos Majic y Josag
Cuando Majic regresó al palacio no encontró a su padre, según le informaron en la tarde el rey emérito Carpio de la familia Maruzba, fue llevado al Tribunal de Justicia de Hurmaya, dónde estaría detenido provisionalmente a la espera del juicio sumarisimo; sabía que ella no lo podía acompañar, era la decisión que había tomado él y la iba a respetar, aunque sintiera que una vez más lo había perdido; tenía de consuelo que ya no estaba en aquella torre oscura, y que ahora habían personas que estaban a su lado, especialmente su amado esposo.
Aquella noche Josag la abrazaba con fuerza y calmaba su angustia, sentirse en los brazos del hombre que amaba le daba paz y seguridad; sin embargo, hablar sobre la decisión de su padre era complicado.
Majic quería recuperar todos los años perdidos, pero entendía la culpa que envolvía a su padre; de otro lado, por años Fortem y Josag esperaban justicia ante la muerte de sus padres, y aunque ahora sabían que hubo una bruja malvada detrás de todo, no podían olvidar quien fue el medio usado para vivir la desgracia de perder a sus padres.
- “Él va a estar bien es un hombre fuerte, soportará el juicio, puedes acompañarlo en ese momento”, dijo Josag.
- “Estaré a su lado, mientras tu estarás en el lado acusatorio, no hubiese querido estar en esta posición, entiendo perfectamente tu dolor, pero él sigue siendo mi padre, discúlpame”, comentó Majic bajando la mirada.
- “No me pidas disculpas (levantando con cariño el mentón de su esposa), no actúes como si fueras culpable de algo, eres la más inocente en todo esto, te amo Majic, y siento que tu corazón este dividido por esta circunstancia, mi corazón también lo está, quisiera estar sentado a tu lado en todo momento, pero debo honrar la memoria de mis padres, por favor no dejemos que esto nos atormente”, expresó Josag acariciando el rostro de Majic.
- “¿Josag sabes la historia que llevó a mi padre a tener una segunda esposa y que originó las primeras discusiones de mis padres?”, preguntó Majic con un suspiro.
- “Cariño, yo solo sé que venias a Reviere mayormente con tu madre, y eras la niña más linda y buena del mundo, de la relación de tus padres no sé mucho, me parecía que se llevaban bien. De ahí murió mi mamá y no podía verte, no sé si recuerdas, pero cuando tenía diez años me escapé de Fontana y vine a verte a Susumira, faltaban muy pocos días para que cumplieras ocho años, fue la última vez que te vi, te abracé tan fuerte, se había apoderado de mí una horrible sensación de que no iba a volver a verte. Tu padre me encontró y creí sinceramente que moriría ese día; no sé como apareció tu madre, ya no lucía como la vi en Reviere, la imagen de la mujer alegre, vivaz y fuerte había desaparecido, lucía pálida, cansada y su mirada era de tristeza absoluta, aún así convenció a tu padre de dejarme ir. Hubiese querido en ese momento tener el poder del hombre que soy ahora, hubiese podido llevarte conmigo; fue terriblemente angustiante cuando llegué a Fontana, ver la preocupación en el rostro de mi padre, no hubo regaño creo que entendió como me sentía. Pero luego llegó la terrible noticia que acrecentó la pesadilla en que vivía, la reina Karoly y la princesa Kuzelmy habían muerto. Me sentí responsable, creí que mi visita fue la causante del enojo del rey y de la acusación de traición, yo juré ese día que si tú no pudiste tener la vida que merecías, yo renunciaría a cualquier futuro con alguien más a mi lado. No sé las causas que motivaron los problemas de tus padres, solo sé cuánto dolió”, expresó Josag tomando las manos de Majic.
Majic se quedó absorta, los recuerdos para ella de su época de pequeña aún son confusos, se sorprendió de no recordar que Josag la había ido a buscar en medio de la guerra. En cambio de lo descrito, ella había grabado una imagen vivaz de su madre, cuando se despidió de ella antes de su muerte, solo podía recordar la escena por las palabras que le había dicho pidiéndole que luchara por mantenerse con vida, para dos días después verla en un cajón de madera sobre una carreta, recordaba con exactitud el rostro hinchado de su madre y la enorme marca en su cuello, una Majic pequeña de ocho años, no entendía lo que estaba pasando, ni que su madre había cargado la condena de muerte que se había cernido sobre la ahora reina de Susumira.
Majic no pudo evitar soltar algunas lágrimas, que Josag limpió con mucho cariño, el ahora rey de Susumira se sintió culpable, tal vez no debió contarle lo que sucedió, había cosas que Majic no recordaba, mientras él tenía los recuerdos intactos de su vida.
- “Lo siento”, dijo Josag.
- “Te amo y eso no cambiará, hay cosas que no recuerdo cariño, y no tengas miedo en decírmelo porque me vayan a doler, siento que necesito saberlo todo. Pero no puedo evitar hablar de los problemas entre mis padres, porque temo que nos pueda pasar a nosotros. Ellos estuvieron casados por seis años, sin que mi madre pudiera quedar embarazada, la opinión de los expertos señalaban que la reina Karoly de Susumira era estéril y que jamás podría darle un hijo al rey Carpio, mi padre estaba dispuesto a abdicar, mi madre no aceptó la idea de que mi padre renunciara a la corona y a todo por lo que había luchado por años conseguir, temía que un día cuando los años pasaran, él se lamentara de la decisión que tomó y peor aún que terminara resintiendo que fue por ella; hubieron muchas discusiones hasta que mi padre aceptó tener una segunda esposa, solo para tener un heredero a la corona, no entendieron cómo, pero igual mi madre salió embarazada, y nací con yo, poseedora de unos poderes extraños, y sobre tenerlos o no tenerlos originó las discusiones más terribles entre ellos. El amor puede ser muy fuerte o frágil dice mi padre; ellos se amaron con locura, con una pasión desenfrenada e intensidad caótica, pero no pudieron superar sus distintos puntos de vista, sus decisiones individualistas, su orgullo y sus miedos; de ahí hechizos, conjuros, maldad y el resultado final es todo lo que ya hemos padecido. Tengo miedo Josag, de que todo eso nos pase a nosotros, además, ¿qué pasará si el daño de mis poderes de fuego es irreversible?, lo siento sé que me dijiste muchas cosas, pero siempre vuelvo a lo mismo”, manifestó Majic con tristeza.
Josag le sonrió, guardó en silencio y empezó a besarla, los besos no cesaron hasta que la recostó en la cama, luego besó su vientre y lo acariciaba tiernamente.
- “Si los designios de los cielos es que acá no se forme un bebé nuestro lo voy a aceptar; pero jamás aceptaré que eso nos separe. El heredero a la corona de Susumira, debe ser alguien con sangre real de la familia Marutzba y si tú no puedes darle eso a la corona, tienes hermanos que podrían, dejaremos el destino de este reino a alguno de ellos y partiremos con todo nuestro amor a Reviere; envejeceremos juntos en ese lugar, llenos de todo el amor que nos tenemos. Me aferré a ti toda la vida, solo te he amado a ti toda mi existencia, y será así todo el tiempo. No te atormentes, nosotros no repetiremos la historia”, aseveró Josag con convicción sin dejar de mirar a Majic.
- “¿Tu no quieres ser padre?”, preguntó Majic.
- “¿Tu quieres ser madre?”, replicó Josag.
- “Yo sí quiero, quiero poder tener la familia que se me negó en mi niñez”, respondió con tristeza Majic.
- “Amor, en caso de que no podamos tener un hijo o una hija que crezca dentro de ti, entonces adoptaremos uno, le daremos todo el amor que podamos, y aunque no tenga magia, nosotros lo llenaremos de ella. Nosotros somos Majic y Josag, no Karoly y Carpio, no cometeremos los mismos errores, y nos amaremos y estaremos juntos toda la vida”, manifestó Josag con cariño y Majic sonrió.
- “Te amo con todo mi ser”, expresó Majic acariciando el rostro de Josag.
- “Y como aún no estamos seguros de que puedas o no salir embarazada, lo intentamos una y otra vez, ¿te parece?”, dijo Josag con expresión pícara.
Majic se sonrojó, para luego acercar a Josag, desordenando el cabello castaño de su esposo, y después besarse con apasionamiento, mientras acarician sus cuerpos, para entregarse como siempre, con intenso amor.