Diana es una chica de solo 20 años que, se ve comprometida con el que tiempo atrás fuera su novio, sin embargo ella se niega a casarse por que el es un mujeriego qué siempre le fue infiel durante su relación y es por eso que ella decidió terminar la relación. Sin embargo su padre debe una cuantiosa suma de dinero a causa de un negocio que salió mal y el se ve en la necesidad de comprometer a su hija con Roberto su ex novio a cambio de él pagar la deuda. Diana esta tan decepcionada y molesta que se va a un bar a beber y allí se encuentra con Mateo quien cambiara su vida por completo.
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capítulo 6
-Nunca estaría contigo ni por dinero ni por ningún otro motivo.
- Bueno no te alteres, ya sabes de igual forma creo que ya no necesitarás un empleo, ya que viendo tu resolución en una semana empezarás a trabajar para mí dime cuanto te pagan en el bufete siempre puedo mejorar el sueldo.
Diana simplemente le hizo una mueca, de disgusto, y sin decir más se dirigió a la puerta para salir antes de que pudiera abrir la puerta Mateo se adelantó a tomar el pomo y la abrió indicándole a Diana qué pasara, ella se sonrojó pues nunca nadie había tenido un gesto semejante con ella.
Por el contrario, al ser la secretaria de Roxana Heredia y trabajar en un gran bufete de abogados, era muy común qué ella abriera la puerta y se apartara para que los abogados pasarán incluso para la misma Roxana qué era para quien ella trabajaba, aunque servirle a Roxana no le disgustaba, ya que ella siempre era amable y cariñosa con ella.
Diana la apreciaba mucho, ya que siempre la trataba muy bien y es por eso que ella también trataba de retribuir con puntualidad y no faltando al trabajo, se esforzaba mucho por hacer su trabajo lo mejor posible.
Mateo sonrió al ver lo roja qué estaba Diana, le pareció muy sexy verla así.
Mientras desayunaban a Mateo se le podía ver muy feliz su mirada irradiaba un brillo especial, pero Diana era completamente lo contrario apenas probaba bocado y se le notaba triste y pensativa.
Su cabeza daba vueltas a todo esto no sabia que hacer, por una parte, estaba el compromiso con Roberto a cambio de ayudar a su padre a pagar la deuda y, por otra parte, ahora estaba metida en tremendo lío.
Al terminar el desayuno Diana se levantó para marcharse, no veía la hora de poder salir de ese lugar.
Mateo se levantó y le dijo- Diana espera, deja que felipe te lleve la carretera está algo lejos o deseas que lo haga yo.
- Está bien si felipe me lleva, gracias.
Diana subió a una camioneta y sin decir palabra solo se concentró en mirar el paisaje a su alrededor.
- A donde la llevo señorita. Pregunto amablemente Felipe.
Diana sonrió irónicamente, pensando en la palabra señorita y una lágrima salió por el rabillo de su ojo, no es que lamentara haber perdido su virginidad simplemente lamentaba lo tonta que había sido al entregarse a ese hombre que tal parecía que no era nada parecido a la descripción qué le habían dado sus compañeras.
Felipe pudo notar lo triste qué estaba, sintió lástima por ella no sabía que era lo que le sucedía y aunque quisiera consolarla sabía que no era prudente preguntar nada, ya que no la conocía y podría hacerla sentir incómoda y terminar, peor de como estaba.
Simplemente, espero paciente a que ella le contestara a donde tenía que llevarla después de un momento Diana le dijo qué al centro Felipe se dirigió al centro de la ciudad ya cuando estaba por llegar Diana le dio la dirección exacta.
Ella renta un cuarto a una adorable mujer mayor de edad quien le había rentado el cuarto por un mínimo de dinero muy por debajo a como estaban las rentas en ese lugar, Diana se sintió muy contenta al conseguir ese cuarto era barato y sobre todo muy cerca de su trabajo.
A veces pensaba que la tía Lulú solo le rentaba para tener compañía, ya que claramente ella no necesitaba el dinero de la renta y era tan poco qué Diana pensaba que solo lo hacía para que ella conservará su dignidad.
Aun así Diana estaba muy contenta de vivir con ella, ya que era una mujer tan educada, dulce y cariñosa. Diana la apreciaba y la veía como una abuela.
Diana agradeció a Felipe antes de que él se marchará y rápidamente se dispuso a entrar por suerte para ella al parecer tía Lulú, no estaba, asi le decia Diana de cariño, así que no tenía qué dar explicaciones de porque estaba allí cuando se suponía qué debería estar trabajando.
El día anterior Diana le informo que iría a casa de sus padres y que allá pasaría la noche que por la mañana llegaría al trabajo. Tía Lulú como siempre, solo le dijo "que Dios te acompañe y que te vaya bien". Diana le agradeció y se marchó sin saber todo lo que estaba a punto de pasar.
Después de que Diana se marchará de la finca, Mateo subió a su recámara, su mirada se inundó de alegría al ver la sabana sobre la cama con una mancha de sangre, él mismo la quito para ponerla a lavar.
Mientras Diana se adelantaba a desayunar él ordenó a Rosario qué nadie entrará a su recámara. Pues él quería ser quien limpiara todo ese desastre y al mismo tiempo disfrutar del placer qué le producía saber que él había sido el primer hombre en estar con Diana.
Al terminar abrió el cajón del buro y tomo entre sus manos, aquel pequeño objeto qué le había lastimado su espalda la noche anterior y que él solo lo había tomado y lo puso dentro del cajón.
Al tenerlo entre sus manos, pudo distinguir claramente qué era un rosario de oro, sonrió mientras pensó que era de Diana y que entre las caricias y la pasión desbordada de anoche se rompió.
Él lo miro por un momento y después lo guardo.
Como si de una joya muy preciada se tratara.
Mateo Covarrubias, es un joven empresario agricultor y ganadero, hace poco más de dos años en una junta de empresarios agricultores conoció a Diana en el momento que la vio quedó deslumbrado por su belleza, había algo en ella que le atraía demasiado, aunque era prácticamente una chiquilla de algunos 18 años aun así impresionó a Mateo.
Sin embargo, cuando Mateo intento acercarse a ella para hablarle. Llego Roberto y a su lado por la forma en que platicaban y se relacionaba, se dio cuenta de que eran pareja así que molesto le dio un golpe a la pared al momento de darse la vuelta para volver a su lugar.
Mateo estaba de muy mal humor no comprendía como es que ella podía andar con un tipo como Roberto.
Mateo no tenía a Roberto en un muy buen concepto, ya que él consideraba que Roberto era un tipo egocéntrico, presumido, fanfarrón machista, en pocas palabras era un patán.
Después de eso, volvió a ver a Diana un par de veces, pero siempre andaba con Roberto, así que solo la admiraba a la distancia.
Después de casi un año, no podía creer lo que estaba viendo, Mateo estaba bebiendo un trago en un antro muy famoso de la ciudad, cuando llama su atención un grupo de chicas que bailaban en la pista solas.
Mateo entrecerro los ojos para agudizar la vista y pudo distinguir claramente qué una de esas chicas era la mujer que le robaba suspiros.
Mateo dejo el trago y se acercó a ella para bailar, y para su sorpresa ella accedió.