Saga Imperio Lombardi I.
La vida de Maritza cambió en ese momento donde lo perdió todo y, al conocer a su salvador, quedó atrapada en un mundo donde tuvo que aprender a mantenerse con vida hasta que se convirtió en la jefa de una de las mafias más poderosas.
Fría. Intimidante. Con un aspecto malvado. Su pasado la persigue y la ronda como un depredador a su presa.
Hasta que lo conoce, un diablo con aspecto de dios griego: Maximiliano Lombardi es un mafioso italiano dueño de casinos, hoteles y bares radicado en las Vegas para cobrar su venganza de la muerte y traición a sus padres.
Se asocia con Maritza, ya que tienen un mismo objetivo en común; y es acabar con el hombre que destruyó sus vidas en el pasado... y sin pensarlo, dando así, el inicio de un imperio.
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Episode 6.
Maritza
¡MIERDA! no sé porque me deje llevar y termine besándolo, ¿pero quién no? Si está como quiere, le lamería todo su delicioso cuerpo. Sí, soy muy pervertida pero desde que lo vi me encantó.
No, Maritza, no puedes terminar en la cama con él, sólo jugaré un rato nada más... sigue encima mío y no puedo moverme; pesa demasiado. Le sostengo la mirada mientras el sonríe divertido.
*¿Quieres que pare, Beckett? - Me dice en el oído con esa potente y sexy ronca voz,
¡Madre mía! me encanta como dice mi apellido, y vuelve a tomar posesión de mis labios, lo peor es que le correspondo el beso. Sus expertos labios bailan al mismo ritmo que los mios Son tan deliciosos esos labios, podría perderme en ellos por horas. Nos separamos por falta de aire, baja a mi cuello y lo besa suavemente, deja una mordida pequeña y no puedo evitar gemir, ese es mi punto débil. Me mira unos segundos y vuelve a besarme, una de sus manos bajan a mi muslo y lo acaricia, baja a mis senos y los muerde por encima de la ropa y cuando está apunto de meter su mano en mi intimidad: lo aparto de un rodillazo en sus pelotas.
Se retuerce encima mío y como puedo lo quito de mi cuerpo, y salgo del auto, ¿Que se creyó? ¿que de verdad me iba a acostar con él?. Obvio que no me conoce para nada, yo no me acuesto con el primero que vea.
Me metí de nuevo a la casa y subí directo a mi habitación, me quité toda lo ropa y entré en la ducha. Necesito un baño, estoy muy caliente. Siento, pues no soy de piedra, como dicen algunos.
Después de unos largos 15 minutos bajo el agua, salgo y me pongo un pantalón negro rasgado en los muslos, un top blanco y mi chaqueta negra de cuero, me deje el cabello suelto, cogí las llave de mi harley y salí. Menos mal ya no estaba el italiano sexy por ahí, me subí en mi moto y salí directo al club.
*¡Beckett!, ¿qué pasó con el sexy italiano? ¿porque no está contigo?, ¿y porque te cambiaste de ropa? - Me dice Hanna cruzándose de brazos mientras se recuesta en el marco de la puerta de mi oficina.
*Me besó, lo besé, casi tenemos sexo en su auto y después le di un cariñito a sus bolas para que bajara la calentura- Le respondí, restándole importancia.
Me miro como si me hubieran salido tres cabezas, y ya sé lo que me dirá. Me sirvo un trago y me lo tomo de golpe mientras que Hanna sigue ahí de pie, sin decirme nada; solo mirándome hasta qué por fin se le da por hablar.
*¡PERO QUÉ DEMONIOS TE PASA, PORQUE NO TE LO TIRASTE BECKETT, ESE HOMBRE ES TODO UN DIOS Y TÚ LO DESAPROVECHAS!- Me grita y yo solo me río como desquiciada, me mira con reproche y con molestia.
* Ya, Hanna. Sabes muy bien que yo no le abro las piernas a cualquiera, así sea todo un "Dios griego" como dices- le contesto tomando otro trago, quiero bajar y antes de que diga algo más, la tomo del brazo, sacándola para que vayamos con los chicos.
*Parker, ahora si me dirás donde estabas - Le digo mientras le entrego un trago, y yo bebo el mio.
*En Inglaterra, la perra me encontró y fue quien dejó las amenazas hace un año en contra de Brook, le di una buena lección a su nuevo novio, que de por cierto se va a casar dentro de algunos meses -Me dice sin mirarme y sé cuanto le afecta.
Esa mujer lo destruyó por completo. No le digo nada, sólo lo abrazo y le doy un beso en la mejilla Lo tomo de la mano y lo levanto a regañadientes, lo llevo a la pista para bailar, aunque no puedo evitar la ira qué siento por esa maldita; fue la que quiso lastimar a mi pequeña hermanita, cuando la encuentre la voy a picar y dársela a mis bebes.
Bailamos hasta que los pies me pidieron un descanso, y eso que no iba en tacones Cuando llegamos a la casa me dejé caer en la cama, y me dormí pensando inconscientemente en los deliciosos besos del italiano.
gracias